lunes, 31 de agosto de 2015

No hay peor cuña...

Quiebre entre 'Avec l' Immaculée' y Williamson!"... Así podríamos titular una nueva entrada si siguiéramos los parámetros de los desertores que festejan cada deserción en perjuicio de la FSSPX como si fuera un triunfo. 

Nosotros, en cambio, no festejamos deserciones. Nos preguntamos qué es lo que motiva las mismas. Así, en los desertores de la pseudo "resistencia" encontramos el "celo amargo", el espíritu de cisma, el capillismo, el espíritu de secta, los desencuentros personales ...en definitiva todo lo que se aleja del "sensus Ecclesiae". 

Pero "la revolución como Saturno se come a sus propios hijos" es la frase atribuida a Vergniaud que se aplica a estos pobres desviados de la pseudo "resistencia"  cuyo nombre, abominable, ha llamado la atención hasta a sus propios adláteres que pidieron su revisión. Y de su misma madera emergió una cuña revolucionaria con el pío nombre de "Avec l' Immaculée" ("Con la Inmaculada"). 

En este caso, el sitio francés manifiesta: "El Obispo Willamson, gran admirador del poeta satanista y esotérico Thomas Stearns Eliot, que era miembro de la Golden Dawn, ayuda a Mons. Fellay y al Papa Francisco a preparar los espíritus para un acuerdo con Roma sin ningún preámbulo doctrinal". Y ello en virtud de que el Obispo considera que un acuerdo sin préambulo doctrinal significaría el posicionamiento de la FSSPX como un "caballo de troya al interior de las murallas de Roma". Y siendo así, que "los romanos" se empeñan por obtener el mencionado "preámbulo doctrinal".

Coincidimos totalmente con el Obispo Williamson en este aspecto. Es lo que sostuvimos desde siempre, al oponernos al "prerrequisito" del "preámbulo doctrinal" y favoreciendo el denostado "acuerdo práctico" (en nuestra interpretación equivalente a un "reconocimiento unilateral"). En efecto, no hay nada que acordar, excepto los aspectos canónicos no menos importantes en cuanto a su repercusión en lo doctrinal. Roma debe reconocer a la FSSPX tal cual es y permitirle desarrollar su apostolado con libertad de acción. Esto es hacer confianza en la Providencia en miras a la "purificación del Santuario" (Dn 8, 14).

El desconocimiento de la facultad de mandar cosas legítimas por parte de Roma es lo que está en la base de la postura -cismática por naturaleza- del sitio "Avec l' Immaculée" con la excusa de que no se debe tener acercamiento con los herejes. Lo cual es atendible si hablamos de herejes sin jurisdicción. Pero respecto de herejes que no han sido declarados tales y que por añadidura ejercen poder aunque más no sea por permisión divina, no es válido el argumento. En todo caso, no se trata de un acercamiento a los errores doctrinales que estas autoridades trasmiten.

En resumidas cuentas, no se entiende la rebelión del Obispo Williamson, a no ser por los motivos enunciados al principio de esta nota. Elijan ustedes el que más se acomoda al Obispo inglés hoy caído en desgracia.

sábado, 29 de agosto de 2015

Las siete Iglesias

Retomando algunos posts de la primera época del blog que tuvieron mayor difusión re publicamos la secuencia gráfica de las "Siete Iglesias" del Apocalipsis con base en la interpretación que hiciera el P. Castellani, con las modificaciones que propusimos nosotros en las dos últimas "Iglesias":


I- EFESO
    
Éfeso significa ímpetu. Representa la primera edad de la Iglesia, la Iglesia Apostólica, hasta Nerón.



II- ESMIRNA

Es la edad de las persecuciones, desde Nerón a Diocleciano. Smyrna en griego significa mirra, símbolo en la Escritura de dolores corporales y de embalsamamiento.




III- PERGAMO

Por los libros, Pergamino. Es la Iglesia de los Doctores y de las Herejías, hasta Carlomagno.




IV- THYATIRA

Thyatira (triunfo) es la Iglesia del Dominio, desde Carlomagno hasta Carlos V de Alemania y I de España.




V- SARDES

Sardes (sardio, sardónica, riqueza) es la edad llamada del Renacimiento, desde Carlos V hasta la Revolución Francesa. Sardes, capital del reino de Lydia, era proverbial en la antigüedad por sus riquezas: el nombre de su rey Creso, todavía se usa hoy día para designar a los multimillonarios. Tiene nombre de viviente pero está "muerta" ya que comienza a ser carcomida por las filosofías liberales.




VI- FILADELFIA

Filadelfia significa amor a los hermanos. Es la Iglesia misionera que va desde la Revolución francesa hasta el papado de Pío XII. Tiene "poca fuerza" porque es combatida por las ideologías liberales, modernistas y ateas, pero sin embargo "guarda la palabra".  Durante la misma se convierten "algunos de los que se dicen judíos pero no lo son" (Lehmann, Cohen, Ratisbona, Zolli, etc)





VII- LAODICEA

Laodicea (gr. Laodíkeia, quizá "corte [de justicia] del pueblo", "juicio [justicia] del pueblo" o "un pueblo juzgado") es la Iglesia actual, desde Juan XXIII hasta el Juicio de las naciones. Esta Iglesia es un Iglesia tibia, "ni fría ni caliente", que se "cree rica" pero necesita "colirio para ver". Es la Iglesia del Anticristo y Cristo está "a las puertas".


miércoles, 26 de agosto de 2015

El caballero que gobierna tergiversa


Rioult: de origen germánico, Ridwald (Rid= caballero + wald=que gobierna)

Pero más se parece a ésto: "Digo pues, que con todo su acompañamiento, llegó Sancho a un lugar de hasta 1.000 vecinos, que era de los mejores que el Duque tenía. Diéronle a entender que se llamaba la Insula Barataria, por lo barato con que se le había dado el gobierno".

Dice por allí, tratando de buscar la paja en el ojo ajeno (revista interna de la FSSPX “Cor unum” de agosto de 2015): "El peligro que acecha a la Fraternidad sería entonces el de combatir demasiado el Vaticano II. Pero ¿quiénes son los cofrades que se limitan a fustigar cada domingo los errores del Vaticano II”¿No es esto lo caricaturesco? Se combate un defecto que no existe pues, en nombre de una pretendida fidelidad a la gracia y al deber de estado, se justifican implícitamente los silencios oficiales y escandalosos sobre ciertas“consecuencias trágicas del Concilio”

Primera tergiversación, puesto que el "silencio oficial y escandaloso..." adjudicado a Mons. Fellay no es tal sino todo lo contrario. Este afirma: "Ciertamente no se trata de descuidar la gravedad y las consecuencias trágicas de este Concilio, sino más bien de estimar correctamente los medios que necesitan nuestros fieles para trabajar por su salvación y de procurárselos efectivamente”.  Tiene presente la "gravedad" del Concilio y califica a  sus consecuencias de "trágicas", buscando cómo remediar en la práctica dicha realidad. Estos quijotes hablan pero ¿qué hacen en la práctica? Acto seguido, el caballero cita a Mons. Lefebvre pero la cita es de 1976 cuando era necesario "desmistificar el Concilio", pero habiendo pasado casi cuarenta años se supone que ese Concilio ha quedado ya desmistificado...Sobre la supuesta "exculpación" a Francisco, el mismo caballero cita a Mons. Fellay que no exculpa "el espíritu de las reformas del Papa Francisco" en relación al falso concepto de misericordia. Pero a lo que se refiere Mons. Fellay en esta carta es a que el Papa no ha zanjado oficialmente la cuestión por pronunciamientos de su magisterio, i.e de permitir la comunión a los divorciados vueltos a casar.

Segunda tergiversación: se trae una frase trunca (lamentablemente no hemos podido dar con la carta original, seguramente filtrada por los secuaces del caballero) respecto de la misa antigua y de la valoración que le merecería a Francisco. Y en este punto ha habido ambivalencia, puesto que por un lado "permite la explosión" de los Franciscanos de la Inmaculada (llama la atención la súbita preocupación  por parte del caballero respecto de este grupo calificado por él como "comunidad conciliar", el cual de hecho consideró no estar ante un "estado de necesidad" cuando se le prohibió la celebración del vetus ordo) y por otro reconoce como de "derecho pontificio" en Argentina a la FSSPX...Ambivalencia que excluye una preocupación o fijación con el tema, a lo que se refiere Mons. Fellay.

Tercera tergiversación: sobre la posición de Mons. Lefebvre en relación a las autoridades romanas. Se trae a colación, como siempre, las palabras que pronunciara tras el desencuentro de 1988, las que rechazan el "diálogo" en miras de un "acuerdo" pero no la aceptación de un reconocimiento unilateral perfectamente legítimo y al que se debe aspirar. La catolicidad de las autoridades no es la que está en juego en este caso, sino su potestad para mandar cosas legítimas, que es lo que oculta el gobernante de Barataria. Alude luego a las visitas romanas, las que entran dentro de esas facultades legítimas de que hablamos y llega al colmo de atacar las "palabras que no significan nada" (ironía que denota impotencia para rebatir lo que se dice) de Mons. Fellay: "Nosotros ponemos como condición “sine qua non”, antes de toda regularización canónica, la aceptación por parte de estas autoridades de nuestra identidad católica, con la garantía que no se nos obligará a adoptar este espíritu y estas reformas” con una cita de Mons. Lefebvre ¡que dice exactamente lo mismo!: "No somos nosotros los que debemos firmar algo. Son ellos que deben firmar, garantizar que aceptan la doctrina de la Iglesia. Ellos quieren nuestra sumisión, pero no nos dan la doctrina”

Cuarta tergiversación: sobre el juicio de los romanos respecto de las reformas conciliares. Nuevamente, no se distingue el hecho de que "la autoridad confirme oficialmente"  (se entiende,  por un acto magisterial) el carácter no vinculante de esas reformas con declaraciones hechas por los interlocutores, aun por  los mismos Pontífices, en cartas o revistas. Y se recurre, falseando una vez más el pensamiento de Mons. Lefebvre, al argumento de que es un deber el separarse de la "Iglesia conciliar", puesto que él lo decía en el aspecto doctrinal, no en el disciplinar. La "Iglesia conciliar" no es otra Iglesia sino el modernismo en la Iglesia, como bien decía Mons. Fellay y que cita el caballero como queriendo ver una contradicción: "“En cambio, nosotros nunca quisimos pertenecer a este sistema que se califica a sí mismo de Iglesia conciliar y que se define por el Novus Ordo Missae, el ecumenismo indiferentista y la laicización de toda la sociedad. Sí, no tenemos parte alguna, nullam partem habemus, con el panteón de las religiones de Asís".

Termina su panfleto el caballero  conminando a los destinatarios a la deserción, diciéndoles que son bienvenidos a la ermita u otra parte...de Barataria.

lunes, 17 de agosto de 2015

Conclusión esjatológico-profética



Si algo prueba este tema -apasionante- de los novísimos, es la dificultad que existe para poner un punto final que concilie todos los datos: escriturísticos, magisteriales y de la actualidad. La que nos pareció que era la tesis que cuadraba perfectamente con las Escrituras, no lo era en cambio con la enseñanza de la Iglesia y pudiera o no serlo con respecto a la actualidad (así para algunos el "tiempo de paz" predicho en Fátima ya habría tenido lugar, para otros no, etc ). Luego, la interrogante que nos hicimos a nosotros mismos, sobre cómo explicar la cronología que propusimos con lo repentino de la Segunda Venida, aumentó nuestras dudas.

Y por ese mismo carácter incierto, en esa búsqueda de conciliar todos los datos antes mencionados, hemos hecho un ejercicio diferente: empezar la cronología desde el final hacia atrás. Lo que parecía un intento un tanto descabellado, resultó,  en cambio, en alguna sorpresa.

El último estado que vemos descrito en Apocalipsis es el "Cielo nuevo y la tierra nueva" (Cap XXI) cuya característica saliente es que "la muerte no existirá más".

La referencia al "cielo nuevo y tierra nueva" la encontramos también en la significativa profecía del Apóstol Pedro: "Pero el día del Señor vendrá como ladrón, y entonces pasarán los cielos con gran estruendo y los elementos se disolverán para ser quemados y la tierra  y las obras que hay en ella no serán más halladas. Si, pues, todo ha de disolverse así ¿cuál no debe ser la santidad de vuestra conducta  y piedad para esperar y apresurar la Parusía del día de Dios, por el cual los cielos encendidos se disolverán y los elementos se fundirán para ser quemados? Pues esperamos también conforme a su promesa cielos nuevos y  tierra nueva en  en los cuales habite la justicia " [ y agrego yo, donde no haya más muerte, conforme al Capítulo XXI de Ap. antes citado, o sea el Cielo] (2 Pedro 3, 11)

Aquí vemos una Parusía novísima, en la más pura doctrina alegorista. Pero sigamos con las citas, hacia atrás: "Luego, el fin, cuando entregue a Dios Padre el Reino, después de haber destruido todo Principado, Dominación y Potestad. Porque debe él reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo en ser destruido será la Muerte" (1 Corintios 15, 24). Allí encontramos nuevamente a la "Muerte" (que acabamos de referir en los párrafos anteriores), el Reino y antes, los Principados, dominaciones y potestades (terrenas y enemigas). Este es el tiempo de paz, uno relativamente corto ("un cierto tiempo" como en Fátima...) 

Y luego entonces, hacia atrás, la "gran tribulación", el gran terremoto y las señales cósmicas, éstas últimas que señalan la destrucción del Anticristo, como se desprende de Ez, 28, 7: "Al extinguirte cubriré el Cielo y oscureceré sus estrellas, taparé el sol con una nube y la luna ya no despedirá su luz". Lo que debemos cotejar con "el sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y terrible" de Joel 2, 31.

¿Qué resulta? (ahora sí en su orden natural): un Anticristo, un Juicio de las naciones (destrucción de los enemigos de Cristo), un Reino y una Parusía. 

La pregunta "¿cuándo venga el Hijo del Hombre encontrará fe en la tierra?", las circunstancias de tiempo ("como en los tiempos de Noé") y la referencia al "soplo de su boca y el resplandor de su Venida" han de entenderse del anticipo que se hace en esos versículos de la Parusía, con un fin de advertencia a la humanidad, cuyo destino quedará en gran parte sellado con el Juicio de las naciones.

Lo demás (*)  se lo dejamos al Santo Oficio cuando vuelva (...)


(*) se entiende, la explicación del "Milenio". Por ello, hemos borrado las entradas que hacían referencia a él.

sábado, 8 de agosto de 2015

Neo fariseísmo neo tradi

Acostumbrados a tener que lidiar con el fariseísmo sede o "resistente", habíamos descuidado el neo fariseísmo modernista o "neo tradi", el que se rasga las vestiduras por la "violación del sábado".

Tal es el caso de la "Advertencia hacia la Sociedad de San Pío X" proferida por el Obispo de Madison, Robert C. Molrino en su "columna episcopal" y fechada el seis de agosto de 2015.

Luego de reconocer que "muchas de las preocupaciones [de la referida Sociedad] son legítimas. Muchos de sus valores y aspiraciones son admirables y su celo impresionante. Sus sacerdotes desean servir al Señor y a Su pueblo. Las personas que asisten a sus capillas son fervorosas... Sería impreciso decir que son un grupo cismático en sentido estricto y todos deberíamos rezar para que un día se encuentre plenamente reconciliada con la Iglesia"  advierte que "la SSPX recurre asimismo al argumento de que actúa amparado en la existencia de un "estado de necesidad" en .la Iglesia. Sin embargo: 1) el legislador (el Papa) y los Obispos en unión con él no creen estar frente a un estado de necesidad y 2) los sacramentos provistos por la SSPX ya se encuentran disponibles en forma amplia en legítimas parroquias y capillas, i.e, no negándose a nadie los sacramentos", precisando  más adelante que esto incluye los sacramentos según el "usus antiquior" y la "forma extraordinaria" que él mismo celebra frecuentemente (sic).

El primer argumento es viejo y fácilmente refutable: el "estado de necesidad" ha sido reconocido por los mismos Papas conciliares, empezando por Pablo VI que llegó a hablar del "humo de Satanás que entró en la Iglesia" y de que "asistimos [ya desde entonces] a la autodemolición de la Iglesia", siguiendo por Juan Pablo II el cual habló de una "apostasía silenciosa" y terminando por Benedicto XVI el cual reconoció -frente al Superior General de la FSSPX- que era posible hablar de un "estado de necesidad" en algunas naciones europeas. En todo caso, como hemos sostenido siempre desde esta bitácora, el "estado de necesidad" es la falta (necesidad) de un Obispo tradicional regular con jurisdicción internacional. 

El segundo argumento es más nuevo y más sutil y no está exento de cierta lógica (aunque no de verdad). Para responder a el, hay que recurrir a la noción de "jurisdicción de suplencia" que suspende los efectos de la prohibición de administrar los sacramentos, toda vez que éstos sean pedidos por lo fieles por cualquier "causa justa" (canon 1335). La "causa justa" no tiene necesariamente que ver con la falta de los sacramentos según la forma antigua, sino con la forma en que éstos se administran: con mayor perfección o devoción, con doctrina íntegra (en lo que hace a la prédica). Doctrina íntegra que incluye, valga la precisión, la creencia en que la "suprema lex" es la salvación de las almas y que ésta habilita a la violación de una  norma que la impida o le ponga obstáculos [no creemos que ésta sea doctrina del Obispo de Madison]

Pero por sobre todas las consideraciones, está el hecho de que "la suplencia de la Iglesia" se ejerce legítimamente mientras Roma no reconozca ese Obispo (al día de hoy los tres Obispos de la FSSPX) por tanto, la situación de "ilegitimidad" es de exclusiva responsabilidad de las autoridades romanas.

Memorándum esjatológico-profético


Muchos saben o perciben que está cerca el "resplandor de su venida", el Juicio de las naciones, el gran Juicio del valle de Josaphat o la última batalla de "Armagedón".

Lo que no todos logran visualizar es el alcance de dicho evento. Así por ejemplo se han divulgado recientemente unas supuestas palabras de la Hna Lucía (en carta al Cardenal Caffara) y que algunos amigos han asumido como ciertas, por las que habría advertido que la "batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será acerca del matrimonio y de la familia...esta es una cuestión decisiva". 

Me permito dudar de que estas palabras sean de la verdadera Hna. Lucía.  En efecto, parafrasea lo de la batalla final que la verdadera Hna. Lucía refirió al P. Agustín Fuentes en 1957, en donde esa batalla final se enmarca en los últimos tiempos, esto es, la batalla entre Cristo y el Anticristo. Esto no quiere decir que la batalla por la familia y por el matrimonio no sean importantes, pero no constituyen el centro de la batalla final, que en tal caso queda reducida a una batalla por el orden natural, cuando en puridad, la última batalla es de orden sobrenatural, se pelea antes que nada en el Cielo y desemboca en la tierra: "Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Angeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Angeles combatieron, pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos. Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Angeles fueron arrojados con él" (Ap.12, 7)

Esa batalla, reminiscencia de la batalla del Génesis, se prosigue en las respectivas simientes (la de la Mujer y la del Dragón). Allí tenemos al "Hijo varón", que no es otro que el remanente fiel, representado asimismo en los 144000 que vienen a ser el equivalente de los "siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron" (1 Reyes 19:18), encuadrados por el profeta Elías (ya volveremos sobre él).

Pero aquí también, los "exégetas" de todo pelo se apresuran en negar la realidad. Nos llama la atención cómo proyectan todo para le futuro, cuando está todo o casi todo ante sus ojos. 

Citemos de los comentaristas del blog "Amor a la 'verdad'": "Durante la primera mitad de la semana, el Hijo de Iniquidad buscará consolidar su hegemonía planetaria, durante la segunda mitad, ejercerá su poder efectivo de manera universal y desencadenará la última y gran persecución contra la Iglesia, conocida como « la gran tribulación », acompañada ésta por la predicación de Enoch y Elías, quienes ejercerán su ministerio durante el imperio global anticrístico, y luego serán ejecutados en Jerusalén (Ap. 11, 8)". Asombroso, para este comentarista no estamos viviendo al presente la "gran tribulación"...

Otro comentarista afirma: "Si el Anticristo aparece en 2015 duraría 3 años y medio, o sea antes de 2021, porque tengo entendido que el Anticristo tendrá medio reinado en la sombra y otro medio en lo público, pues planeará la guerra de Oriente para su salida pública, saliendo con un pacto de paz con el que parará la destrucción y el mundo le abrazará". La fecha de 2021 es dada por el autor del blog, no se sabe bien con qué fundamento y de ahí el razonamiento del comentarista. En realidad, la fecha de 2021 sí es profética, porque desde la fecha de supresión del Sacrifico son 52 años, al igual que la otra primera mitad (desde 1917). Hacemos notar que en el calendario azteca los 52 años significaban un ciclo de tiempo y aunque no demos crédito a sus cálculos, sorprende esa cifra y la circunstancia de que la Virgen María de Guadalupe se haya aparecido en tierras aztecas representada con una luna bajo sus pies, tal como en Apocalipsis. No obstante, sabemos que los tiempos "serán acortados" y otras fechas proféticas nos interpelan antes: sobre fin de este año y hacia los años 2017-2018.

Un tercer comentarista se explaya: "Nos esperan grandes combates. Yo pienso que la fortaleza de los últimos fieles va pareja con la Visibilidad completa de la Iglesia Católica. Es necesario que la Iglesia entre al Milenio guiada por su Cabeza Visible, por eso creo que entre los últimos combates está el no rendirnos antes las dificultades que pone el enemigo para que tengamos un Papa. Los Dos Testigos llevarán las almas a la Iglesia, y es el Papa y la Jerarquía unida a él quienes recibirán a los conversos: los judíos y los gentiles. Estamos al final de Filadelfia, el Falso Profeta existe, el Inicuo está creciendo entre las sombras, “cuerno pequeño que se hace grande”, y el Diablo sabe que le queda poco tiempo. Los acontecimientos se precipitarán cada vez a mayor velocidad, debemos conservar “las lámparas encendidas para la llegada del Esposo a las Bodas”. Seguimos en tiempo futuro y curiosamente para un sedevacantista, se le despierta la necesidad de hacer aparecer -de la nada- la "Cabeza visible" que niega al presente. Y por construirse una realidad diferente de la FSSPX, no quiere ver en ella a ese Testigo del fin de los tiempos, con el espíritu de Elías, cuya función principal consistió en restablecer el altar: “Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Jehová que estaba arruinado” (1 Reyes 18:30). Acompañado en su función por el espíritu de penitencia de Enoch el cual "fue trasladado al Paraíso, para dar la penitencia a las gentes" (Ecl 44, 16), que es la rama monástica unida a la dicha Fraternidad sacerdotal.

Resumiendo, la batalla final se está librando en las almas -es una batalla de orden espiritual aun cuando el enemigo recurre en ocasiones a matar los cuerpos, lo vemos especialmente en Medio oriente- y su campo son todos los ámbitos de la sociedad, no sólo el familiar, sino también el político, social, religioso...especialmente éste último: "Padre, el demonio está librando una batalla decisiva contra la Virgen; y como sabe qué es lo que más ofende a Dios y lo que, en menos tiempo, le hará ganar mayor número de almas, está tratando de ganar a las almas consagradas a Dios, ya que de esta manera también deja el campo de las almas desamparado, y (el demonio) más fácilmente se apodera de ellas". 

Pero, a un mal inmenso corresponde un remedio de igual naturaleza:  “Cuando viereis, pues, la abominación de la desolación, anunciada por el profeta Daniel, estar en el lugar santo (¡el que lee, entienda!), entonces los que estén en la Judea huyan a los montes... Rogad que vuestra fuga no sea en invierno ni en sábado, porque habrá entonces tribulación grande, cual no la hubo desde el comienzo del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si no se acortaran aquellos días, no se salvaría hombre viviente; mas en atención a los elegidos serán acortados aquellos días” (Mt. 24 15, 20-22)

sábado, 1 de agosto de 2015

La balanza del Santuario



“Ora con insistencia, clama sin cansarte y llora con lágrimas amargas en el secreto de tu corazón, pidiendo a nuestro Padre Celestial, que por el amor al Corazón Eucarístico de mi Hijo Santísimo ponga cuanto antes fin a tan aciagos tiempos, enviando a esta Iglesia el Prelado que deberá restaurar el espíritu de sus sacerdotes.

“A ese hijo mío muy querido lo dotaremos de una capacidad rara, de humildad de corazón, de docilidad a las divinas inspiraciones, de fortaleza para defender los derechos de la Iglesia y de un corazón tierno y compasivo. En su mano será puesta la balanza del Santuario, para que todo se haga con peso y medida, y Dios sea glorificado”.

(Hacia fines del siglo XVI y comienzos del XVII, la Santísima Virgen de El Buen Suceso previó, en sucesivas apariciones a la Abadesa del Monasterio de la Limpia Concepción de Quito, Venerable Madre Mariana de Jesús Torres, las catástrofes espirituales y materiales que deberían acontecer en el siglo XX.)

¿Quién es este Prelado a que se refiere la profecía?

Del repaso que hemos hecho de las numerosas páginas de internet que tratan el tema no hemos encontrado los manuscritos originales de donde se extraen estas profecías. En una de esas páginas se evoca una obra titulada "Vida Admirable de la Rvda. Madre Mariana de Jesús Torres" cuya transcripción en portugués se encuentra aquí y extractada aquí.

Nos ha sorprendido la llamativa omisión del pasaje que reproducimos en el acápite en cierta página (aquí) o la sustitución de la palabra "Prelado" por la de "restaurador" (aquí) así como el hecho de que súbitamente desaparece la referencia en la transcripción de esta otra página (aquí), que en realidad era la traducción de una página en inglés  que se encontraba en este sitio (aquí). De acuerdo a los comentarios al pie, alguien observó la omisión a su autora y ésta claramente expresó su opinión contraria a la identificación del Prelado que se le formuló...Sobre esta autora, léase aquíQue el lector atento sepa discernir lo que estas páginas tienen en común...para no llamarse a engaño.

No es tan llamativa, en los de la sedevacancia, la omisión del pasaje que refiere a la corrupción de muchos sacerdotes y a sus efectos: "Con este aparente triunfo de Satanás, se provocarán sufrimientos enormes en los buenos pastores de la Iglesia, y a la excelente mayoría de buenos sacerdotes y al Pastor supremo y Vicario de Cristo en el tierra, el cual, prisionero en el Vaticano, derramará secretas y amargas lágrimas en la presencia de su Dios y Señor, pidiendo luz, santidad y perfección para todo el clero del universo, del que es rey y padre"

Esta referencia es por demás interesante. Sin que pretendamos imponer una interpretación de este pasaje hacemos notar lo que se especula al respecto: "En este sentido, vemos una coincidencia entre los mensajes de Quito y de Fátima, sobretodo en lo que dice respecto de la figura del Santo Padre, perfectamente aplicable a Benedicto XVI, que tanto sufrió y fue acusado por esos crímenes" (alude a los casos de pedofilia en el clero)

En cambio, la identificación del "Prelado que habrá de restaurar el espíritu de sus sacerdotes" con Mons. Lefebvre no puede dar lugar a dudas. En primer lugar, porque el contexto de esta profecía es "hacia el final del siglo XIX y la mayor parte del XX" , en medio de una crisis de Fe, y no hay otro candidato que el santo Obispo francés en esas coordenadas de tiempo. En segundo lugar, porque "Prelado" es en la definición que proporciona la Rae un "Superior eclesiástico constituido en una de las dignidades de la Iglesia, como el abad, el obispo, el arzobispo, etc" pero no un Papa como maliciosamente proponen algunos.  Y en tercer y último lugar, porque se dice que para poseer pronto este Prelado y Padre, harán contrapeso la tibieza de todas las almas a Dios consagradas" lo que es propio de este tiempo (la característica propia de la "Iglesia de Laodicea" en la que nos encontramos es precisamente la tibieza).

Responderemos ahora a algunas objeciones que pudieran efectuarse a esta identificación:

1) la que dice que la llegada de ese Prelado supone el "fin de tan aciagos tiempos", lo que no ocurrió con Mons. Lefebvre. 

Lo primero es señalar que algunos distinguen el objeto del clamor que se pide, uno dirigido a poner fin a esos "aciagos tiempos" y el otro -separado en algunas transcripciones por la conjunción "y"- el envío por parte de Dios de ese Prelado. Lo segundo, que la venida de este Prelado y su obra restauradora supone ya para muchos -saciados en la doctrina y la liturgia- ese final, que en tal caso se ve anticipado a su respecto.

2) la que identifica a ese Prelado con un dignatario eclesiástico ecuatoriano: Podemos leer aquí:  "¿Quién será aquel Prelado santo? Ya antes, en la aparición de 1599, Nuestra Señora se había referido a él como, probablemente, un obispo de Quito.

'Llegados los tiempos de oro para éste mi monasterio, será feliz y premiado de Dios aquel Prelado, hijo mío tan querido, el cual, conociendo con luz divina la necesidad de la sujeción inmediata a los [Frailes] Menores [o sea, a los franciscanos] para la santificación y perfección de las hijas de mi Inmaculada Concepción, pedirá al Vicario de mi Hijo en la Tierra que los Menores gobiernen este monasterio... Este día vendrá cuando la corrupción de las costumbres en el mundo parezca haber llegado al ápice...'

En otra aparición la Santísima Virgen también habla del triunfo de la Iglesia, y menciona a un hijo escogido. Aquí no se refiere expresamente a un prelado, pero tampoco dice si es la misma persona. Lo cierto es que éste surgirá cuando el mal parezca triunfante y 'la autoridad' haya prevaricado.

'Pero cuando parezcan triunfantes y cuando la autoridad abuse de su poder cometiendo injusticias y oprimiendo a los débiles, próxima está su ruina, caerán por tierra desplomados.

'Y la Iglesia, cual tierna niña, resurgirá alegre y triunfante, y adormecerá blandamente, mecida en manos de hábil corazón maternal del elegido hijo mío, muy querido, de aquellos tiempos. Lo haremos grande en la Tierra y mucho más en el Cielo, donde le tenemos reservado un asiento muy precioso. Porque, sin temor de los hombres, combatió por la verdad y defendió impertérrito los derechos de su Iglesia, por el que bien le podrán llamar mártir' "

Lo primero, no se desprende necesariamente que se trate del mismo "Prelado" y del mismo "elegido hijo mío" que el Prelado a que hacemos referencia. Lo segundo, aplicable al primero de los mencionados, es la explicación que da la misma autora a que nos referimos antes (Marian Therese Horvat): en su libro, la autora aclara que la palabra "Prelado", en el lenguaje del siglo XVII, designa tanto a un dignatario civil como eclesiástico y una solicitud de este tenor bien podría recaer en una autoridad no religiosa. Lo tercero, la alusión al resurgimiento de una Iglesia "alegre y triunfante" no implica concomitancia con su "mecimiento", antes bien,  supone una actividad que se presume anterior, en nada contradictoria con la obra de Mons. Lefebvre.

Para finalizar con esta reseña, quisiéramos reproducir las palabras del mismo Mons. Lefebvre en el sermón en ocasión de las consagraciones episcopales de julio de 1988: "Pido disculpas por continuar el relato de esta aparición, pero en ella se habla de un  prelado que se opondrá totalmente a esta ola de apostasía y de impiedad y preservará el sacerdocio preparando buenos sacerdotes. Hagan ustedes la aplicación si quieren, yo no quiero hacerlo. Yo mismo me he sentido estupefacto leyendo estas líneas, no puedo negarlo. Está escrito, impreso, consignado en los archivos de esta aparición".