Es oficial. El Papa anunció en su cuenta de Twitter que consagrará a Rusia y a Ucrania al Corazón Inmaculado de María el próximo 25 de marzo, en el curso de la celebración penitencial, en la Basílica de San Pedro.
Lo primero, todo buen católico debe alegrarse y agradecer al Papa por la voluntad de llevar a cabo la consagración de Rusia pedida por la Virgen de Fátima, cuya concreción le fuera solicitada igualmente por los Obispos de Ucrania. Decimos esto porque, increíblemente, en una suerte de acedia o falta de fe, hay quienes no se alegran o exigen otras iniciativas (entre las cuales las de un arriesgado viaje del Papa al lugar del conflicto....) como si la consagración (y las promesas anexas) de la Virgen de Fátima no abarcaran y completaran cualesquiera otras.
Lo segundo, en cuanto al acto en sí, no podemos asegurar si el mismo se va a realizar en las condiciones pedidas por la Virgen:
* un acto de consagración (no basta con encomendar confiadamente, etc)
*un acto solemne y público
*por el Papa y todos los Obispos, simultáneamente, ya sea reunidos ante el Papa o cada uno en su diócesis.
*Rusia debe mencionarse explícitamente (creemos que el hecho de incorporar también a Ucrania en la fórmula no sería un problema)
*la promesa de aprobar y promover la "devoción de los primeros sábados de mes" (aunque esto en relación a una 'cesación de la persecución en Rusia' que estaría vinculada al comunismo)
Debemos precisar de que Rusia es objeto de la consagración con el fin de "salvarla" por ese medio, con independencia de si actualmente aquélla representa el mal absoluto o "intrínseco" (como lo fue durante el período soviético) o un "mal menor" (como nos parece ser el caso hoy frente al "mal mayor" del mundialismo anticristiano). Y hablamos de 'mal' puesto que, a lo menos y sin entrar en consideraciones de geopolítica o estratégicas o mismo de irredentismos, es cismática. Y por tanto, necesitada de conversión.
Dicho esto, lo que ustedes querrán conocer es nuestra opinión de si efectivamente la consagración tendrá lugar en las condiciones pedidas por la Virgen y de sí, en consecuencia, veremos la concreción de las grandiosas promesas de la conversión de Rusia a la Fe y un "cierto tiempo de paz" para el mundo.
Pues bien, la coyuntura es la que sigue: secuela de una operación de engaño global (por su sobredimensión, sus fines ulteriores perversos) que dimos en catalogar como el préambulo del "Armagedón" (desde ya, no es a una 'guerra nuclear' a lo que hace alusión sino a una batalla espiritual, pero ésta sería la de todas las naciones contra Cristo), existencia de un "Papado emérito" (la que consignamos por su excepcionalidad, no porque seamos de la opinión de que el Papa sea efectivamente Benedicto XVI, a menos que éste retome el Papado alegando haber renunciado en forma inválida, cosa que no ha hecho), profecía privada (de las pocas a las que damos crédito por su antigüedad o cumplimiento parcial) como ser la del fin del papado romano (lista de lemas papales atribuída a San Malaquías que establece que estaríamos ante el último Papa romano, a menos de ser éste el que siguiera a la muerte de Benedicto XVI, lo que no podemos saber) y alguna mención de otro Malaquías, este contemporáneo (el jesuita Malachi Martin), el cual habría leído el "tercer secreto de Fátima" y relatado, en los años noventa, de que en él había una alusión a Rusia y a "Kiev" y de que la 'salvación' vendría de allí...
El inconveniente es de que, de nuestro análisis del Apocalipsis, sólo restaría la ocurrencia del "Juicio de las naciones" ("resplandor de la Venida de Cristo" o "Día del Señor"), lo cual sería difícil de compaginar con una consagración de Rusia a la que seguirían inmediatamente (esto porque Nuestro Señor le dice a la Hermana Lucía de que quiere que sea perceptible por todos el vínculo entre su cumplimiento y la intercesión de la Virgen) las promesas anexas: ¿cómo podría hablarse de 'paz' si sobreviniera acto seguido el mayor castigo a la humanidad de que se tuviera conocimiento con excepción del diluvio universal? Tanto es así de que, hasta el presente, eramos de la opinión de que la secuencia iba a ser la inversa, a la destrucción causada por el 'juicio de las naciones', un Papa sobreviviente sería el que finalmente cumpliría con hacer la consagración ("Al fin... el Santo Padre me consagrará Rusia...").
No obstante, reflexionado sobre ello, pensamos de que no existe tal inconveniente, puesto que la "paz" y la justicia divina no son incompatibles, o bien esta última puede ser una vía para la concreción de la primera...algo así como si dijéramos que en el Cielo no habrá paz porque habrá condenados en el infierno...
Así pues, velemos y oremos, porque no sabemos el "día ni la hora"...
"No obstante, reflexionado sobre ello, pensamos de que no existe tal inconveniente, puesto que la "paz" y la justicia divina no son incompatibles, o bien esta última puede ser una vía para la concreción de la primera...algo así como si dijéramos que en el Cielo no habrá paz porque habrá condenados en el infierno..."
ResponderEliminarEl Cielo no puede prometer la paz del mundo sino la de Cristo y esta ciertamente requerirá de un enderezamiento forzoso de cosas, más aún si se estima que esto ocurrirá en forma bastante breve.
Que exista un entrelazamiento entre la intercesión de la Virgen y la acción de la gracia o, si se quiere, que sea el medio de Cristo para alcanzar su paz definitiva, aunque "breve", tampoco debiese generarnos problema.
Respecto de la "consagración" en sí misma, parece ser que, en principio, no será en unión con los obispos del mundo, por cuanto ya hay un anuncio de la CELAM de sumarse, aún cuando pueda terminase produciendo esta unión de forma accidental por esta vía.
Lo "gracioso" y aquí la frase de "Dios escribe recto con renglones torcidos" es que de seguro ni Roma ni los obispos participantes persiguen los objetivos de Fátima con este acto y, aún así, pueden terminar siendo instrumentos de la misma (una suerte de ex opere operato). Esto me recordó la frase de Amos "como cuando uno huye de un león y se encuentra con un oso".
Pues sí: una suerte de ex ópere operato. No cabe duda de que si se cumplen las condiciones pedidas por la Santísima Virgen, seguirán los efectos prometidos por Ella. Lo importante es el opus operatus, no el operantis.
EliminarLes enlazo este artículo publicado en un sitio carlista.
ResponderEliminarEste tema de las "naciones aniquiladas" no neserariamente tiene que significar la aniquilación física de sus habitantes. Durante el período soviético, muchas naciones desaparecieron como tal, en el sentido que fueron absorbidas o suplantadas por otras nuevas que deshicieron toda su cultura, tradición e identidades propias. Y eso abarcó a un número muy importante, desde las republicas que conformaron la URSS pasando por la creación de Yugoslavia, etc.
ResponderEliminarAnónimo: respondo en otra "addenda"
EliminarYugoslavia nunca fue una "nacion".
EliminarSolo un aglomerado bajo argamasa de sometimiento marxista.
Como la propia Union Sovietica.
Lo prueba el hecho de que al caer el poder sovietico volvio a constituir numerosas Naciones.
Del poder del tirano Tito solo el mal recuerdo sangriento de su corrupcion.
https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=42939
ResponderEliminarSi bien es una "invitación" a unirse, tengo la impresión de que, esta vez, si se va a cumplir con la Consagración tal como fue pedida. La inclusión de un cardenal en forma simultánea en Fátima es muy decidora.
Si bien la entrevista del padre Fuentes fue del 57, Lucía se limitó a repetirle lo que se le había dicho décadas atrás. Es posible que eso se refiriese a hechos pasados, tal como lo de que Rusia expandiría sus errores por el mundo.
Lo interesante es la fecha en que se hará la consagración, por quien de menos se esperaba y en fechas tan vinculadas a lo que, al parecer, son los últimos descuentos. Notable.
Todo apunta que sí. Y nos alegramos!
Eliminarpor lo que decidimos eliminar del post las 'addendas' que no son mas que reflexiones al vuelo. De hecho, a favor de su opinión, esta la respuesta de Nuestro Señor en cuanto a la tardanza, allí dice: "la harán, pero será tarde. Rusia habra expandido sus errores por el mundo, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir" pero nada se dice de las naciones...
Y en cuanto a la fecha, le recuerdo que también es el aniversario del deceso de Mons. Lefebvre. Que interceda por nosotros!