Uno de los tópicos que más se repiten estos días es el del desencadenamiento de una posible "tercera guerra mundial" -algunos incluso afirman que ya estamos inmersos en ella- que enfrentaría, simplificando un tanto la cuestión, a Occidente con Oriente.
En otra ocasión hemos dicho que, desde el punto de vista escriturístico, no hay cabida para una "guerra mundial" de las dimensiones que se le quiere dar, la de una guerra que reitere poco más o menos las características de las otras dos que la precedieron, esto es, las de una guerra intercontinental, que involucrara a muchas naciones, la que -dado el equipamiento militar actual- tendría un alcance nuclear.
De nuestro estudio de los "septenarios" del Apocalipsis, nos encontraríamos en la séptima "Iglesia", en el quinto "Sello", en la sexta "Trompeta" y en la sexta "Copa". Veamos si hay traza de una "guerra mundial" en cada uno de ellos.
Las características principales de la séptima "Iglesia" son la tibieza, la riqueza de la que se jacta tener el laodicense -concomitante con una real pobreza espiritual- y ciertamente el anuncio de que Cristo está "a las puertas". No se desprende una "guerra mundial" sino más bien lo contrario, una suerte de indolencia.
El quinto "Sello" nos refiere un "clamor de los mártires debajo del altar" (es costumbre católica colocar reliquias de los mártires debajo de los altares como forma de consagración de los mismos). Se trata de los mártires de las épocas pasadas, a los que se pide que "aguarden a los que han de ser muertos como ellos" (Ap 6, 11). Está claro que al día de hoy sigue habiendo mártires en distintas partes del mundo, la mayoría en el contexto de guerras intestinas (a veces con interferencia internacional), pero ello no implica necesariamente una "guerra mundial". De hecho, los sellos se corresponden con el discurso escatológico de Mateo 24, que habla de "guerra y rumores de guerra" y la muerte y persecución que son su corolario, pero que se encuentran mencionadas en los sellos anteriores. Si los "sellos" son, como pensamos, etapas históricas sucesivas, no se está hablando en este quinto sello de una guerra física, sino más bien espiritual, la que por otra parte sabemos que es coincidente con la "gran tribulación" que es de ese tenor.
Las "trompetas" -siguendo al P. Castellani y a otros exégetas- hacen alusión a herejías que habrían de afligir a la Iglesia. Si la quinta "Trompeta" son, como decía el nombrado en primer término y corroborado -esto lo decimos nosotros- por el Magisterio en "Mirari vos", los "filósofos del siglo XVIII", y su accionar es de "cinco meses" (Ap 9, 5) de años, ello nos conduce, para el comienzo de la sexta "Trompeta", a la "Segunda guerra mundial", la que tuvo un componente ideológico importante. Pero sabemos que esa guerra terminó y que la humanidad no se arrepintió, habiendo desembocado en el hedonismo actual. Lo que resta es ya la "consumación del misterio de Dios", pero no otra "guerra mundial".
Las "Copas" o "Tubas" son las plagas finales que se descargan sobre la humanidad, a la manera de las plagas de Egipto. Y esta vez serían sucesivas y acumulativas. Del análisis que hacemos -en consonancia con los otros septenarios- estaríamos ya en la sexta, que anuncia la definitiva caída de Babilonia en la séptima copa (de ahí la referencia al "secamiento del río Eufrates" que en el tipo representó la caída del imperio babilonio a manos de los medos). Ahora bien, en ella se habla de unos "reyes de Oriente" y de una convocatoria a los "reyes de todo el mundo" en un lugar llamado "Armagedón". Pero no se menciona ninguna guerra, puesto que en todo caso, si tal fuera el propósito de los congregados, la misma es interrumpida por el accionar de Dios. El lugar parece más bien un símbolo de la batalla final, que es básicamente espiritual.
Por otro lado, si hablamos de intervención sobrenatural, sabemos que la misma es precedida de un falso sentimiento de tranquilidad -opuesto a un estado de excitación producto de una guerra- tal como queda de manifiesto con estas advertencias: "como sucedió en tiempos de Noé, así también será
cuando venga el Hijo del hombre. Comían, bebían, y se casaban
y daban en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca; entonces llegó
el diluvio y los destruyó a todos” (Lc 17, 6) o "cuando digan paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina" (1 Tes 5, 3).
Hemos conversado en alguna oportunidad este tema y también pienso que la gran batalla del monte Metido, el Armaggedon es precisamente esta gran batalla librada entre la Iglesia, por un lado, y el anticristo y falso profeta, por el otro. Si me parece posible que el desecamiento del Eufrates y la invasión de los reyes de oriente puede significar esta invasión de que esta siendo presa occidente por parte de las oleadas islamistas y anticristianas. O bien podría ser algo atinente a Rusia y China. Nuevamente aquí nos topamos con la ambigüedad propia de toda profecía hasta su verificación.
ResponderEliminarSin dudas, lo que está pasando en Siria ahora mismo tiene que ver con esto (baste pensar que todo ocurre en el entorno del Eufrates), y la parte de lucha contra la Iglesia queda claro puesto que uno de los objetivos es la desparación de los cristianos que habitan la zona. Pero ya vendrá Cristo a ejecutar la venganza contra los que "destruyen la tierra".
ResponderEliminarSi, también veo la posibilidad que se refiera a la neo barbarización de que está siendo preso Occidente. También pienso que la invasion de los "reyes de Oriente" puede ser la propagación de errores por parte del orbe comunista, pero ahí entramos a chocar un poco con los tiempos previstos en los anteriores septiminios. Esto aún no termina de quedar claro.
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