Habida
cuenta de cierta evolución en cada una de las "etiquetas"
que comentamos en una entrada anterior, procedemos a desarrollar y a
clarificar lo atinente a cada una de ellas, suscribiendo lo
anteriormente dicho:
1-
"Acuerdismo"
Decíamos
que no hay nada que acordar sino que Roma debe reconocer a la FSSPX
tal cual es. Lamentablemente, este punto no es entendido por todos
dentro de la FSSPX y algunos "exigen" el firmar una "nota
doctrinal" en aras de un supuesto mejor entendimiento en el
futuro (al parecer, los famosos "prerrequisitos" apuntaban
a lo mismo). Este error puede responder a dos factores: el primero,
el dar largas a las negociaciones -lo que claramente era la intención
de los infiltrados de celo amargo y puede serlo ahora de los
dubitativos- a sabiendas de la dificultad que insume tal propósito;
el segundo, una condición puesta por la propia Roma para intentar
comprometer a la FSSPX de alguna forma. Además de ello, agregamos
nosotros, la firma de tal "acuerdo doctrinal" resulta
peligroso aun cuando no suponga concesión para la Fe: se corre el
riesgo de pecar por omisión, por ej. al afirmar que la nueva misa es
"válida", lo cual puede llegar a ser cierto, porque se
estaría omitiendo la maldad del rito en cuestión o al decir que los
documentos del Concilio deben leerse "a la luz de la Tradición", lo
cual también es verdad, porque se estaría omitiendo que muchos de
ellos presentan verdaderos errores. Nuevamente, no vemos ninguna
necesidad de acordar nada.
2-
"Resistencia"
En la
entrada anterior distinguíamos la posible fundamentación de esta
postura de las formas adoptadas por sus proponentes. Nos quedamos cortos en la
apreciación, ciertamente negativa de esta corriente. Las formas
están a la vista, no necesitan de mayor explicación. Pero la
fundamentación es inexistente o en todo caso carente de verdad.
Fuimos nosotros, en un intento de querer blanquear la
posición en personas que creemos de buena voluntad, que tiramos el
salvavidas del "miedo grave". Pero resulta que éste es
alegado sólo en forma implícita y, en ocasiones, ni siquiera
de esa forma. Así por ejemplo, las consagraciones ilícitas de Mons.
Williamson tuvieron como fundamento una "amenaza de guerra"
(en Siria, extensible al mundo) sin ninguna relación con la
perpetuación del episcopado tradicional, y una supuesta "defección"
de la FSSPX (excusa que resulta de transformar un eventual miedo
subjetivo a traicionar la Fe en una causal objetiva). En
consecuencia, la "resistencia" ha devenido en una
corriente materialmente cismática. Distinto sería el caso de que
mañana Mons. Fellay -en vistas, supongamos, de la existencia de unas
condiciones inaceptables para el reconocimiento romano- decidiera
consagrar Obispos sin autorización de Roma, puesto que en ese caso
lo haría por la misma razón objetiva que Mons. Lefebvre, esto es,
la de perpetuar la Tradición (teniendo presente la edad y la salud
de los Obispos que permanecen fieles así como las necesidades del apostolado).
3-
"Papado"
Seguimos
viendo con preocupación las críticas sistemáticas al Sumo
Pontífice. Este puede "hablar como el Dragón" (y lo
hace), pero "tiene cuernos como el Cordero" (no ha perdido
la potestad para mandar cosas legítimas, sea por jurisdicción
propia o suplida). Por otro lado, su hablar contrario a la
Tradición pensamos que está lejos, en cuanto a su poder de
seducción, del de un Juan Pablo II con su "gnosis" de la
"salvación universal". Algunos perciben su acercamiento a
la FSSPX como un intento de debilitar a la institución. Pensamos que
no es así, como tampoco lo fue el reconocimiento administrativo
operado en Argentina. No debemos descartar en ningún momento que la
Providencia divina se valga de instrumentos poco dignos o
contradictorios para un buen fin.
4-
"Fátima"
Ya nos hemos referido a ella en entradas específicas en el blog.
Otros blogs han insistido en la deformación del mensaje de Fátima
que emana de Roma. Nuestra preocupación ha sido desmontar las
alteraciones al mensaje que provienen de sectores que podríamos
denominar de la "oposición" al conciliarismo, sean éstos
"neo tradis" o "sedevacantistas", por estimarlas
más peligrosas. La postura de que la consagración de Rusia ya fue
realizada, la hemos contradicho con dos argumentos: las declaraciones
de la auténtica Hna. Lucía al P. Agustín Fuentes en 1957 que
recuerdan que aquél país no se había "convertido" en ese
año y no olvidemos, la afirmación de que "la Santa Virgen está
muy triste porque nadie hace caso de su mensaje, ni los buenos ni los
malos...", así como por otras declaraciones de la misma Hna.
Lucía, cuando ante la noticia de la consagración (incompleta) de
1952 pide "paciencia" (lo que supone seguir esperando algo)
o cuando, en 1967, indica cómo "el mundo podría entrar
en una era mejor de paz, tranquilidad y salvación": "arrancando
esta gracia del Corazón de Dios por medio del Corazón Inmaculado de
María"; la constatación de la realidad: el sinsentido de un
"cese de la persecución interna en Rusia" mientras se
sucedían los ataques del comunismo en todo el mundo y la falta de
paz ininterrumpida desde el fin de la Segunda guerra mundial.
Recordemos que la promesa de un "triunfo final" es
incondicional y que sea "tarde", como lo será, no quiere
decir en forma defectuosa, puesto que las promesas anexas también se
cumplirán infaliblemente (nosotros pensamos que se trata del triunfo
de la Virgen sobre la serpiente antigua, del fin de la era de los
gentiles y de la paz escatológica).
5-
"Apocalipsis"
Esta
claro para nosotros que el final de los "1260 días" se
encuentra relativamente próximo. Ese término simbólico, equivalente a los "42
meses", a los "tres años y medio" y al "tiempo, tiempos y medio tiempo" se caracteriza por dos desarrollos
paralelos: la predicación de los "dos Testigos" (Ap XI, 3)
y la persecución de los santos (Ap XIII, 5). En relación a ello, nos vemos obligados a hacer una precisión importante, dada la
identificación que hemos efectuado de los Testigos: no creemos
posible que vaya a existir "reconocimiento" de la FSSPX mientras perdure el "Falso profeta",
puesto que este opera como soporte de la "primera
Bestia" -a la que se le dió "poder sobre los santos para
vencerlos"- y no podría
contravenir ese poder. Así pues, la "reivindicación" de
los Testigos es casi probable suponga algo distinto, quizás hasta la
misma desaparición de sus oponentes [pronóstico que no altera los criterios de actuación que mencionamos en las etiquetas 1 y 2]
Estimado:
ResponderEliminarSoy de la opinión que un reconocimiento de la FSSPX "tal cual es" presupone, si bien no exigir la "conversión" de Roma, como pregonan los "resistentes", si una garantía de que precisamente estamos conscientes de lo que es y que eso que es es perfectamente católico. Un preámbulo doctrinal en que expresamente se excluye o, al menos, se distingue grados de adhesión a los documentos del Concilio parece ser la herramienta escogida desde ambas veredas para evitar ex post malos entendidos, lo que a su vez también da claridad a la propia Iglesia (en especial sus fieles) de que dicho acto no supone una claudicación de los principios en juego. Buena parte de la nueva visión que hoy se tiene de la FSSPX se debe precisamente a que se reconoció legitimidad a puntos esenciales de sus posturas (la misa tradicional, el levantamiento de las sanciones de excomunión) y de hecho eso también ha servido para que hoy temas tabú hace muy pocos años hoy no lo sean (de ahí que haya "tradis tardíos"). Claro, si Roma quiere reconocer si más, saltándose dicho "preámbulo" no hay nada que hacer, pero creo que ambas partes han preferido la franqueza en esto.
Tengo la impresión que Francisco aborrece a los aduladores y a los que hacen de una forma y se presentan de otra. En estos casos ha sido inmisericorde. Le ocurrió a la orden de Malta y hoy parecen estar en la mira los Heraldos. El quiere conciliares de tomo y lomo y no "conservadores" que le rindan una reverencia a sus ídolos y quizá es la ventaja de la FSSPX, que nunca ha dejado de decir lo que piensa y eso Francisco lo valora. Es probable que este Papa sea el instrumento de la providencia para terminar de ajustar cuentas con los movimientos que pactaron con el conciliarismo para obtener permiso de un estatus privilegiado, un poco más "laxo" del mismo.
Yendo a otro punto:
!no creemos posible que vaya a existir "reconocimiento" de la FSSPX mientras perdure el "Falso profeta", puesto que este opera como soporte de la "primera Bestia" -a la que se le dió "poder sobre los santos para vencerlos"-
Veo también posible la idea de que precisamente este reconocimiento sea el principio de la caída de las bestias, el principio del fin si usted quiere, por lo que no descartaría sorpresas en este punto.
Hay elementos que se me escapan pues aún ignoro algunos elementos clave de exégesis de los mismos que espero algún día podamos conversar.
Estimado:
ResponderEliminarComo siempre, muy interesantes sus apreciaciones, que paso a comentar.
Respecto al "preámbulo doctrinal", entiendo lo que me quiere trasmitir, pero me baso en que difícilmente se plasme algo claramente católico en tal documento (aunque sea por omisión como decía): el "Falso profeta", que es un cuerpo doctrinal, no lo permitiría, iría contra su ser. Claro que sus soportes humanos pueden integrar ese cuerpo doctrinal y salir de él, pero lo harían a nivel individual y probablemente a costa de su posición y jerarquía (algo de eso le ha pasado al Cardenal Burke). Un documento de esta naturaleza ya no sería producto de un individuo sino que allí ese cuerpo doctrinal que infesta la Iglesia, se impondría.
En cuanto a sus impresión de las intenciones de Francisco ¡ es exactamente la mía! (y se me adelantó, porque pensaba escribir algo al respecto). Todos aquellos que condescendieron en algo, los del mono tema "familia", son despreciados.
En relación al último tema, como le decía en una oportunidad, el término para la predicación/persecución es el mismo, de allí que sólo puedan caber estas posibilidades: al finalizar el término o desaparecen (habrá que ver si en forma institucional o de otra forma)los Testigos o desaparecen las Bestias o ambas a la vez. Lo conversamos,
Saludos
Estimo que debemos exigir que el reconocimiento de la FSSPX sea tal cual ella es. Eso bastará para abrir puertas al apostolado tradicional, hoy relegado como algo marginal y así percibido por los "mediocatólicos" de buena fe. Muchos de ellos, que hoy hacen sentir tímidamente su voz al advertir excesos y defectos más que ostensibles en la Iglesia dominada por la logia conciliar, encontrarían espacio propicio para dar ese paso al que hoy no se animan. Digo que encontrarían el espacio, porque lo demás dependerá de su buena disposición y del soplo del Espíritu Santo.
ResponderEliminarCoincido en que la búsqueda de un acuerdo doctrinal llevará las cosas a largas, y esperar -como otros pretenden- que el Papa golpee su pecho y reconozca los errores en que han incurrido los últimos pontífices, a más largas todavía.
José
Estimado José: disculpas por la demora! Exacto. Es lo que denomino 'quitar la excusa' -porque siempre hay una excusa- siendo la más manida la de la irregularidad. Pero quizás quedé en eso , en una demostración del rechazo al Testigo. Mi intuición (compartida con alguien más? ) es de que algo de mayor amplitud ocurrirá antes...Saludos
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