viernes, 3 de abril de 2020

Los reyes del oriente



No, no es a los "reyes magos" a que nos referimos, por más que en esto del "coronavirus" puede haber algo de magia -de la demoníaca- sino a una misteriosa evocación en cierto pasaje de las Escrituras, en concreto la de Ap 16, 12. Pasaje que, como admitiera el P. Castellani, ha sido de difícil interpretación para los intérpretes. 

No hemos sido la excepción puesto que, luego de aventurar algunas ideas, las que inclusive plasmamos en el Album, hemos debido rectificar, dejando esta alusión en suspenso, mencionando apenas que podría tratarse de "herejías o ideologías" aunque esta vez a manera de plaga.

Partimos de la base de que este virus es real -primer obstáculo que debemos sortear en vistas a tanta "falsa bandera" a que nos han venido sometiendo en los últimos años- y de que  el mismo -independientemente de si se trata de uno modificado en laboratorios o no- es de relativa peligrosidad (para los que lo contraen al menos). 

Y constatamos asimismo, sin perjuicio de lo dicho anteriormente, que hay una suerte de manipulación de las masas en cuanto a magnificar el hecho, al punto tal que casi todos los gobiernos del mundo han decidido la "cuarentena general" prohibiendo casi todas las actividades humanas, incluyendo las religiosas.

Este último aspecto, en lo que tiene de "prodigio" y a la vez de "aflictivo", es el que nos conduce a analizar si el mismo no responde a la evocación de las tres ranas apocalípticas de Ap 16 aunque sin pretender -nuevamente- ser categóricos en este tema.

Repasemos en qué momento histórico nos encontramos de acuerdo a nuestro análisis del Apokalypsis:  en la "Iglesia de Laodicea" -la última, tibia y en la que Cristo ha de venir- ; en el "Sexto sello", donde se oscurecen el sol (mediante la desvirtuación del Sacrificio), la luna (apostasía en la Iglesia) y las estrellas caen del cielo (la traición de los pastores) pero que verá la caída de las Bestias y el triunfo de Cristo; en la "Sexta trompeta" (en su final) [Ndr: en la "séptima trompeta"] y suponemos -aquí viene nuestra interpretación reciente, falible- en la "Sexta copa o redoma", esto es la del "secamiento del Eufrates" y la congregación para el Armagedón. De esta suerte, los tres últimos septenarios [Ndr: el segundo y cuarto] habrán de dar paso al séptimo que simboliza el triunfo de Cristo con el "resplandor de su Venida", acompasándose con la séptima "Iglesia" en su apéndice.

El "secamiento del Eufrates" es, en la intérpretación casi unánime, una señal de la próxima caída de la (última) Babilonia desde que su tipo fue,  en los tiempos de la Babilonia histórica, lo que permitió al Rey persa Ciro la toma de dicha ciudad. Lo que sigue es más complejo: "para dar paso a los reyes del oriente". Y aquí los intérpretes vieron lo que tenían ante sus ojos: a los partos (enemigos por excelencia de la Roma imperial), a los turcos y más recientemente, a los rusos (en la era soviética). Otros hilaron más fino y vieron en ellos a las "diez tribus perdidas" de los hebreos (posible).

Aquí conviene hacer un paréntesis y desechar de plano ciertas adjudicaciones diríamos muy humanas como, por ejemplo, las que suelen ver en los animales bíblicos una correspondencia con lo que el imaginario colectivo ha representado a los mismos: el oso como Rusia, el águila como Estados Unidos o el dragón como China...nada más alejado de la exégesis bíblica. O bien, el aseverar que estamos ante el "silencio de media hora" de Ap 8, 1 sólo porque el resultado del confinamiento general produce ese efecto sonoro...lo que queda desmentido por las mismas palabras del Apocalipsis que indican que el silencio es "en el cielo" (y no en la tierra).

Resulta sorprendente que el virus que nos aflige sea conocido como "corona" (elemento propio de la realeza, de los Reyes) y de que su origen presunto sea en la ciudad de Wuhan, en China (esto es en el Oriente)...sugestivo, aunque podríamos estar cayendo en lo que recién mencionamos, esto es, el hacer una exégesis con criterios demasiado mundanos. Sólo que, si vemos en todo esto una operación orquestada por un gobierno -en esto caso el chino- entonces sí deviene más plausible...

Pero lo más llamativo es lo que sigue en el relato de la sexta copa: "los espíritus inmundos que a manera de rana van donde los reyes de todo el mundo para convocarlos para la guerra del día del Dios omnipotente". Decimos en nuestro Album que estos espíritus son probablemente herejías o ideologías que tienen la particularidad de "involucrar a los reyes de (toda) la tierra" y ¿cuál sería esa postrera herejía o ideología? El ecologismo devenido en panteísmo, en cuyo nombre es necesario hacer frente al "coronavirus"... Y en él convergen todos, desde los gobiernos, pasando por las ong hasta  la propia Roma.

Convergen dijimos...en un lugar llamado "Armagedón"...

7 comentarios:

  1. Hicimos un agregado en la parte final de la entrada para dejar claro que el croar "coronavirus" y por ende su combate se hace en nombre de la naturaleza humana o de la "madre tierra" ofendidas (en ningún caso se vislumbra la posibilidad de que sea un castigo permitido por Dios a causa de nuestras desviaciones).

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  2. Tiene alguna idea de qué clase de evento podría desencadenar la caída simultánea de las bestias, a la luz de las profecías?

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  3. Anónimo: sí, hay una indicación en las Escrituras, pero de momento preferimos mantener reserva a su respecto. Luego tenemos las fechas tentativas que manejamos en el Album al comentar el capítulo XII del Apocalipsis, las que, como podrá apreciar, están muy cercanas (2021-2023). De allí nuestra apuesta reciente sobre el tema de actualidad en la nota, ya que sí o sí la sexta copa ha de tener lugar o ya tuvo lugar sin que lo hayamos percibido. Por cierto, una profecía de Habacuc dice así: "Viene Dios desde Temán (región de Idumea)...Delante de El va la peste , y a su zaga la fiebre ardiente..." (3, 3)En todo caso, la séptima copa es la caída de las bestias.

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  4. Como reflexión a su artículo, tengo la impresión de que el silencio de media hora, "en el cielo", puede significar el tiempo que siga a la caída de Babilonia y antes de la restauración del sacrificio perpetuo.
    El panteísmo, que se ha hecho manifiesto incluso como columna vertebral del nuevo credo, no parece ser muy coherente con el combate al coronavirus. Si Gaia reacciona a la depredación humana, parecería más bien una reacción de purificación que toma contra el ataque a la naturaleza.
    Donde sí pondría mucho cuidado es cono lo de "reyes de oriente" que, al menos por el curso de los acontecimientos, parecieran ser los chinos. ¿Es esto malo o bueno? Entendería que los castigos divinos suponen a la larga un bien en orden a la consumación del Misterio de la Encarnación. Es posible que sean ellos quienes obliguen a Occidente a replantearse muchas cosas o quizá, como ocurrió con los bárbaros que asolaron Europa, ellos son el futuro del cristianismo.

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  5. Anónimo: en realidad al profeta Daniel se le dice que (lo anunciado en) la visión del "sacrificio perpetuo, el pecado de la desolación, y el abandono del Santuario y del ejército que serán hollados" es hasta "2300 tardes y mañanas", que es lo mismo que "tres años y medio" o "1260 días". Luego ya es la "purificación del Santuario". El "silencio de media hora" sería el tiempo que va desde los "1260 días" hasta los "1290 días" o bien hasta los "1335 días". De allí que nosotros, en el séptimo sello, decimos que este es el Reino "o sus prolegómenos" (esto último sería más exacto).

    Sí, es posible que no haya expresado bien la idea: el virus, dicen, es porque la "naturaleza está enojada" y por ello más que combatir al virus per se, hay que combatir lo que, según ellos, lo causó (mal uso de los recursos y todo el bla bla bla).

    Lo de los "reyes de oriente" fue dicho a manera de hipótesis, para acomodarlo al momento escatlógico en cual pensamos que estamos (el final del final) pero no estamos seguros del origen (nos llama la atención el "pangolín", mencionado como "vector", en la página de cierta publicación del año pasado). Pero hay una diferencia grande entre la "suelta de los ángeles que están en el río Eufrates" de la sexta trompeta y esta. Aquella (comunismo) sí representó un castigo al "occidente" decadente; ésta (sexta copa) puede ser un coletazo de la primera, pero es ya el anuncio del final del "tiempo de los gentiles"...pronto habrá un aviso de nuestra parte.

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  6. La verdad me dejó la duda con su comentario. Daniel 12, 11 dice:"Desde el tiempo en que será quitado el sacrificio perpetuo y
    entronizada la abominación desoladora, pasarán mil doscientos
    noventa días". Yo lo tiendo a entender como que la abominación desoladora durará 1290 "días" y no 1260. Los 1260 serían el reinado del anticristo. Desaparecido éste, el templo (la Iglesia) ya no sería hollado (humillado) por los gentiles (los no "judíos", es decir, los no católicos), pero el templo no sería purificado sino en un breve tiempo después. Eso sería un "silencio" del cielo, aunque concuerdo que también puede ser hasta los 1335.
    Me llama la atención la fórmula de 2300 tardes y mañanas, pues arroja 1150 días. Por qué la diferencia? Por algún lugar leí que la desolación de Antíoco fue de poco más de tres años y no tres y medio. Significa entonces que esta profecía debe entenderse primeramente de eso?

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  7. Anónimo: son dos pasajes diferentes, uno de Dn VIII 13.14 (el de las 2300 'tardes y mañanas') y otro de Dn XII (el de los '1290 días'); en este último Daniel le pregunta por las "maravillas" que se le cuentan (que incluye sí el tiempo de "angustia" pero también describe la "resurrección de muchos") y cual sería el "final" (consumación) de todo ello, por lo que es dable pensar que va más allá del final de los 1260 días, aunque el punto es debatible.
    En cuanto a la fórmula, entiendo que las '2300 tardes y mañanas' refiere a 6, 5 años lunares (los de 360 días), pero al no ser solo tardes o solo mañanas, lo llevamos a la mitad. Es aproximativo, porque serían los 7 años (de la última 'semana') llevados a la mitad (3, 5). Es el simbolismo lo que cuenta.

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