Antes de promulgado el motu proprio
"Summorum pontificum" por el Papa Benedicto XVI, nos mostramos
aprensivos. Nos preguntábamos a qué efectos la FSSPX solicitaba algo (la
libertad de la Misa) que ella había logrado salvaguardar y perpetuar. Dedujimos
que la petición a las autoridades -a efectos, se decía, de ´crear
confianza' en vistas a un probable acuerdo canónico- podía ser una
concesión a los recalcitrantes o aún una forma de postergar una decisión
dificultosa. Luego, un sacerdote de la FSSPX -que ahora no forma parte de
ella- nos argumentó que existía un derecho intrínseco a esa libertad, lo que en
un principio disipó nuestras dudas.
Visto así, la cuestión no planteaba problemas, al
punto que adherimos no sólo a la petición sino también a su implementación
habiendo reunido un "grupo estable" que la solicitó y habiendo
contado con el visto bueno de un párroco receptivo y, suponemos, del
episcopado. Eran los tiempos del ahora Papa emérito y todos debían, de buena o
mala gana, hacer buena letra.
No obstante, las dificultades no se hicieron
esperar: por el lado de los oficiantes, una doctrina no del todo íntegra en
algunos casos; por el lado de las graciosas autoridades, una equiparación
de ritos contrapuestos en la base misma del documento (tolerable en la medida
que "liberaba" la Misa de la prohibición de hecho a la que estaba
sometida) y más "palos en la rueda" a medida que la irradiación
de los efectos buenos de la Misa se hacían cada vez mayores. Los institutos
"tradicionales" que la promueven o cuyos estatutos se lo
permiten u obligan, presentando dificultades para establecerse en algunas
diócesis o bien siendo exigidos a renunciar a ciertos principios doctrinales.
En definitva, un experimento fallido, que lo
aproximó -aunque ello no haya sido así en el "espíritu de la ley"- a
un indulto más que a un derecho pleno.
Así las cosas, qué debemos pensar de las
"restricciones" de "Traditionis custodes"? 1) Dejan de lado
el experimento fallido y vuelven a exigir el "incienso" a los dioses:
misa novus ordo como única "lex orandi", sometimiento a los
principios conciliares que le dan sustento, decisión final de los Obispos
("Nerones" de turno la mayoría de ellos), reducción al estado de
"catacumba" para los que persistan en su celebración...2) Ponen en una
prueba de fuego a los “neo tradis”: o desobedecen el poder de la "Roma
imperial" o pasarán a engrosar (si es que no lo han hecho ya) las filas de
los apóstatas del "Falso profeta" conciliar.
Es esto una contradicción con nuestras posturas pasadas? En
lo más mínimo: 1) el derecho a la Misa tradicional es absoluto, por ser
"norma inmemorial" inderogable, por estar autorizada "a
perpetuidad" en la Bula "Quo primum tempore" de San Pío V. Su
prohibición de hecho, con "indultos" en abuso de poder, exigía su
liberación completa; 2) un instituto que esté en "acuerdo canónico", ante cualquier limitación a la Misa
tradicional, tiene un claro "estado de necesidad" para desobedecer
esa orden ilegítima y hacer el bien ("es lícito hacer el bien en sábado..?" Mc 3, 4).
Triste destino el de la ambiguedad.
ResponderEliminarDiluirse en la nada.
Esa de la que no se vuelve.
Solo recompòne el:
Santo
Santo
Santo.
Unigenito
Engendrado
No Hecho
Dios de Dios
Ante tal Grandeza:
¿que de las bajezas hoy "vaticanas"?
¿Acaso "obediencia"?
La de Atanasio.
Jamas otra...
Creo que el motu propio sòlo fue "fallido" respecto de objetivos puramente humanos, pero sirvió para probarle a muchos de buena fe que la oposición de Roma a la misa tradicional no tenía un fundamento en la Fé de la Iglesia, pues de otro modo no podría ser ilícita un día y al otro no. Al mismo tiempo permitió que mucha gente la conociera en un clima de cierta libertad.
ResponderEliminarAhora, en cambio, en e contexto de un papado debilitado y un clero en entredicho moralmente, es muy probable que un desacato al estilo FSSPX pueda ser muy posible entre los mismos institutos ecclesia dei, y eso sí que supondría un problema incontrolable para los modernistas.
"Atanasio": tanto tiempo! por una vez estamos de acuerdo: hoy sí, los que ya están reconocidos deben desobedecer y los que no estamos reconocidos podemos ampararnos -como no- en un "miedo grave".
ResponderEliminarAnónimo: cuando escribimos lo de "fallido" pensábamos en que hemos conocido pocos casos de integridad en la prédica (no solo la de la "homilía", sino aquella de la que se es portador). Allí tenemos al Cardenal Sarah, paladín de muchos, desde el púlpito de "Nuestra Señora de la Cristiandad" y luego arrodillado frente a quien impuso la prohibición de hecho del rito inmemorial o diciendo que Juan Pablo II (destructor de la Fe) era el "mas grande santo del siglo XX"; o a un Cardenal Burke, diciendo que que no era lícito acercarse a la FSSPX... y los ejemplos abundan. Hay excepciones (Mons Schneider, Mons. Vigano) pero la claridad es de fecha reciente. También lo fue en el aspecto canónico-práctico, por las trabas conocidas. Por ello, el resultado es fallido en su parte práctica (de campo o de experimentación), no así en sus objetivos (por ello aclaramos que el 'espíritu de la ley' fue uno y la ley en su aplicación práctica, otro).
ResponderEliminarDe todas maneras, agradecemos su precisión, que nos permite aclarar lo que quisimos expresar en la nota.
Efectivamente, se rompe con una "liberalización" que sólo ha servido para que la Tradición avance, y por eso los modernistas han tenido que ponerle freno. La contradicción en la que han crecido los grupos "indultados" y después "liberalizados" ahora les pone en una encrucijada tremenda... Muchos por el camino ya buscaron la seguridad de la HSSPX (y seguro que esto anima a muchos más), así que a la HSSPX nada de esto la ha perjudicado (salvo por unos pocos que no entendían la situación y se fueron), sino que sale muy fortalecida. Lo malo es el mal que con esta reacción de Francisco se hace a la Iglesia y a muchas almas... Aunque creo que eso no le importa demasiado.
ResponderEliminarEstimado Jorge: por eso hablamos de los "efectos buenos de la Misa" (de hecho también los habría en quienes comulgan en el novus sin ser conscientes de su ilicitud): estos son independientes de la prédica semi-conciliar de muchos de los indultados, producto de malos acuerdos (en realidad renuncias). La Fraternidad o Hermandad como le dicen ustedes, sale fortalecida, sólo que tampoco podemos "desentendernos" del motu SP puesto que la FSSPX está en su origen. No es la libertad de la Misa tradicional para todos el problema, sino que aquella debiera ser acompañada siempre de la verdadera doctrina, lo que hace la Fraternidad San Pio X y unos pocos más en forma independiente. Será cuestión de ver la evolución, pero se presenta interesante. Saludos
ResponderEliminarQué bueno volver a leerlo.
ResponderEliminarSobre el penoso tema: Bergoglio y sus mandantes han sido coherentes, no como Benedicto y su Summorum, han mostrado la imposibilidad de la coexistencia entre el vetus y el novus, entre la Fe católica y la fe vaticanosegundista.
En fin, qué bien han hecho para pulverizar a los tibios y pusilánimes.
Daniel de la Fosa
Estimado Daniel de la Fosa: Gracias por el concepto. No se si ha sido la intención de las autoridades, pero que les ofrece una oportunidad clara de definirse por la Verdad, no hay duda. En particular, me gustaría conocer la decisión del IBP.
ResponderEliminar