Antes de proseguir con el comentario, reiteramos que la crítica que hacemos al video en modo alguno supone un demérito para la producción audiovisual, la que por otra parte y dado el medio utilizado, tiene potencialidad de llegar incluso a no católicos para su instrucción.
Lo que es de lamentar es el hecho de que se haya perdido la oportunidad de ajustar la interpretación de las Escrituras a la realidad. Aunque ello hubiere supuesto el dejar de lado, por un instante, la exégesis del P. Castellani. El mismo, sin perjuicio del mérito de haber condensado y conferido autoridad a ciertas explicaciones de autores pasados (por caso, las "trompetas" como herejías, etc), no es ni ha sido "profeta" infalible del último libro de la Revelación, no habiendo percibido, entre otros, el pasaje de la Iglesia de Filadelfia a la de Laodicea mediando los cambios sufridos por la Iglesia en la misma época que él vivía.
Decíamos que había algunos otros errores que no se explicitan pero que se pre anuncian en el video. Pues bien, se trata, en concreto, del hecho de postergar la aparición del Anticristo y de rodear la misma de unas connotaciones de persecución sangrienta que ciertamente están en el imaginario colectivo y que han sido postuladas por algunos autores, pero que no deja de estar completamente alejado de la verdad.
En nuestro Album, si bien mantenemos reserva en cuanto a los principales componentes del "misterio de iniquidad", dejamos traslucir que ese Anticristo ya está entre nosotros y que su persecución, no obstante alcanzar a veces a los cuerpos, se concentra en las almas, habiendo Satanás aprendido la lección que menciona Tertuliano de que "la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos". Por ello, cuando el video prevé como futura la aparición del Anticristo y le otorga un carácter de persecución sangrienta a su reinado, equivoca el rumbo.
De hecho, el obrar primordial de aquél se dirige a pervertir o desnaturalizar (abolir) la Fe y la Liturgia: "proferirá palabras contra el Altísimo, oprimirá a los santos del Altísimo y pretenderá mudar los tiempos y la Ley" (Dn 7, 25). Todo esto ya es historia y ocurrió todo a lo largo de las últimas décadas del siglo pasado, estando ahora en los estertores.
Algunos que no quieren ver esto, no tienen más remedio que inventarse "Anticristos" o buscar el cumplimiento de las profecías en sucedáneos. Así por ejemplo, el candidato para lo primero pasa a ser, indefectiblemente, el Papa Francisco (el cual, con todos sus errores -muchos de los cuales se deben a una deficiente formación- no es el peor de los Papas conciliares) y para lo segundo, se busca el cumplimiento de la "supresión del Sacrificio" no en el Novus ordo sino en la prohibición circunstancial de la Misa a causa del covid o en la prohibición reciente de las Misas en el recinto vaticano, etc
En forma concomitante, el video comete el error de difuminar el "remanente fiel", queriéndolo identificar con los "tradicionalistas" en sentido amplio. Rescatamos que en el pasaje en que se explaya sobre el tema figure el Arzobispo Marcel Lefebvre. Toda la exégesis de los tiempos finales apunta a que ese "remanente" es muy circunscripto: tiene fecha de nacimiento y es expresión fiel de los Testigos del tiempo final (cuyo accionar se corresponde con el "segundo ay" y que luego se proyecta al "tercer ay" o segunda mitad de la última "semana de años" a que alude el profeta Daniel).
Respecto de estos últimos, recomendamos nuestra entrada "A vueltas con Elías " la que se ve reforzada por el Capítulo XIV del Apocalipsis en el pasaje relativo a los "tres heraldos de los juicios de Dios", que se pueden corresponder con los Testigos que mencionamos (recuerden que Benedicto XV está entre ellos, por su impronta misionera propia de "Filadelfia") desde que se dice que el primero "tenía que anunciar un Evangelio eterno para evangelizar a los que tienen asiento en la tierra...", al igual que el "tienes una puerta abierta" de Ap 3, 8. Lo interesante es destacar el comentario de Straubinger en el sentido de que los tres ángeles "serían, según el sentir de muchos autores eclesiásticos, tres grandes predicadores, y este primero sería en tal caso Enoc..." El tercero bien podría ser Mons. Lefebvre, ya en la época anticrística actual.
La mayoría de los exégetas ubicaron al Anticristo en la Iglesia de Laodicea, por ser la última que se describe y por la expresión "estoy a la puerta y llamo". Debemos reiterar, puesto que ya lo consignamos en el Album, de que somos "intervencionistas no milenaristas" (a la par que Santo Tomás, el Abbé Arminjon, etc). Esa intervención ha sido denominada "juicio de las naciones", puesto que se trata, ciertamente, del Jinete en el "caballo blanco" de Ap 19, 11. Pero no debe confundirse con la venida en las "nubes del cielo" para juzgar a vivos y muertos y el juicio final del "gran trono" de Ap 20, 11.
Mi impresión es que lo más difícil de asumir por parte de la mayoría de los católicos, no sólo los corrientes sino que incluso los "tradis" es que la nueva misa pueda constituir "la abominación de la desolación en el lugar santo". Como no consiguen sortear ese escollo, la brújula escatológica queda imposibilitada de calzar las piezas, aún cuando hay una intuición clara en mucha gente de que algo grande está por pasar.
ResponderEliminarEs así. Y ello realza aún más la operación 'supervivencia de la Tradición' emprendida por Mons. Lefebvre y por Mons. Castro Mayer. Puesto que no se trató de salvar algo 'mejor' que otro sino de salvar lo bueno por sobre lo malo. Y no es casualidad que la colocación de la abominación coincida temporariamente con el nacimiento de la FSSPX.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con ambos
ResponderEliminar