Se nos ha solicitado que dejemos por escrito las razones
esgrimidas como comentario en otras bitácoras que justifican o impelen la
aceptación de un reconocimiento unilateral de la FSSPX por parte de Roma.
Aquí las razones de fondo:
1- Es un deber y es de justicia que la Iglesia reconozca a
la Tradición tal cual es.
2- Es un deber el aceptar una orden legítima emanada de la
autoridad.
3- Es lo que pretendía Mons. Lefebvre cuando pedía que se le
dejara hacer "la experiencia de la Tradición" (obviamente se refería
a un ejercicio regular y no al que se vió obligado por las circunstancias)
4- Supone el cese de "estado de necesidad de Mons.
Lefebvre" esto es, la necesidad de dar continuidad a la Tradición mediante
el reconocimiento de Obispos plenamente católicos.
5- Ad extra: constituye un aliciente para el apostolado, teniendo
presente que muchas personas no se acercan a la Tradición por temores
(infundados) en relación a la licitud de los Sacramentos impartidos por la
FSSPX.
6- Ad intra: constituye una forma de purificación, una
división clara entre los que queremos permanecer católicos y los cismáticos de
celo amargo. Lamentablemente, no podemos decir que esa separación entre el
trigo y la cizaña se haya completado aún.
También comentamos los posibles efectos de este eventual
reconocimiento:
El hecho objetivo, en las condiciones apropiadas, será
bueno. En cuanto a la respuesta, es probable que no sea de
"masas". Como alguien señaló antes, eso no pasó con el "Motu
proprio" (otro hecho objetivo bueno). Pero no adjudicaríamos la poca
receptividad sólo a una cierta mentalidad moderna que se rebela ante lo solemne
y espiritual sino también a las trabas que desde la oficialidad se pusieron a
la Misa tradicional. Si lo mismo ocurriera con la FSSPX, al menos ésta debería
quedar como está (sin pérdidas). En todo caso, nuestra experiencia con el
"Motu proprio" es la del refrán : " a río revuelto, ganancia de
pescadores" (de almas). Que no serán muchas, es probable, porque la
Tradición seguirá siendo un "resto". Pero el intento bien vale la
pena. La mayor o menor receptividad dependerá de la habilidad de los
sacerdotes de la FSSPX. Se debe pedir por ejemplo la encargatura de alguna
parroquia o a lo menos, la celebración de la Misa tradicional en algún horario
en alguna Iglesia importante (como ocurre por ejemplo en el Brompton Oratory de
Londres) de manera de reforzar la comunidad.
Y las razones de forma para su aceptación:
En cuanto a la eventual orden -porque es una- de
regularizarse para la FSSPX, se debe tener en cuenta que no es discrecional de
Roma el otorgar un marco canónico. Es un deber: "no se permitirán los
curas vagus.." (anárquicos, ya que estamos en tema) dice el CIC. Y si hay
un deber, hay una obligación correlativa a seguirlo por parte de los súbditos.
Obligación de la que sólo puede sustraerse el receptor invocando un estado de necesidad o alguna
otra causal prevista en el Derecho canónico. Si nos permiten la supervivencia
no hay tal "estado de necesidad"; tampoco un "miedo grave",
puesto que éste no puede consistir en “sospechas, temor hipotético”, debe ser
“inminente y grave” (Diccionario de Derecho canónico, C. Corral, José Ma.
Urteaga, p.39)
Lo que pueda pasar una vez que se obedezca es otra cuestión.
Nosotros mismos hemos dicho que los Franciscanos de la Inmaculada se
encontraron ante un "estado de necesidad" por la prohibición de
oficiar en exclusividad la misa tradicional. Pero resulta que ellos no hicieron
lo que deberían haber hecho: acercarse, como comunidad o individualmente, a la
FSSPX. Por ello, su caso no es de recibo. De ocurrirle algo similar a la FSSPX,
ella misma debería invocar la causal de justificación apropiada a la situación.
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