Puesto que hay quien no entendió nuestra posición o hace de cuenta que no la entendió, diremos algo más sobre el "Comunicado" de Mons. Fellay y sobre las ambivalencias que le adjudicamos.
En primer lugar, el "Comunicado" es aparentemente el corolario de la reunión de Superiores de Distrito, Directores de Seminario, Obispos de la FSSPX y de sus Asistentes, esto es, el "Capítulo General". Dicha reunión, según se había mencionado con anterioridad, podría tener como cometido el estudiar una propuesta romana de regularización canónica.
Allí empiezan las dudas, ya que el "Comunicado" nada dice del objeto de la reunión, y por tanto podemos preguntarnos ¿a qué viene el "Comunicado"? ¿porqué no se menciona el objeto del Capítulo General?¿existió una propuesta romana de regularización canónica?, en caso afirmativo ¿contenía esa propuesta algo contra la Fe (aceptación del Concilio Vaticano II o de la nueva misa)? ¿es la expresión del Capítulo o de Mons. Fellay?, si lo primero es cierto ¿porqué lo suscribe Mons. Fellay? Nada se dice al respecto.
Notése que no estamos ante un Partido político u otra organización profana que debe guardar secretos, hacer guiños a los posibles destinatarios, emitir comunicados que puedan tener distintas "miradas" o "exégesis" (como ha ocurrido), etc. No. Estamos ante una organización católica, que debe actuar a la luz del día, con sinceridad, transparencia y con conceptos claros. No vemos eso traslucido en el "Comunicado".
Veamos ahora de analizar los problemas que emergen de cada uno de los párrafos del "Comunicado":
- En la gran y dolorosa confusión que reina actualmente en la Iglesia, la proclamación de la doctrina católica exige denunciar los errores que han penetrado en su seno, promovidos, lamentablemente, por un gran número de pastores, incluso por el mismo Papa.
Este párrafo es equívoco, no porque sea falso, sino porque se pretende afirmar, entre líneas, que esa denuncia es imposible en el marco de una regularización. Lo cual no sólo es aventurado decirlo, sino que contradice la opinión del mismo Mons. Fellay en otras instancias, en donde claramente expuso que ahora la FSSPX no estaba sóla en la crítica a los errores conciliares o del actual Papa. Así por ej. se pudieron conocer las críticas del Obispo Schneider o del Card. Burke o de laicos que no reniegan de pertenecer a la "oficialidad" a la reciente Exhortación apostólica "Amoris laetitia".
- La Fraternidad San Pío X, en el actual estado de grave necesidad que le concede el derecho y el deber de proporcionar los auxilios espirituales a las almas que recurren a ella, no busca ante todo un reconocimiento canónico, al que tiene derecho por ser una obra católica. Lo único que desea es llevar fielmente la luz de la Tradición bimilenaria que señala el único camino que debe seguirse en esta época de tinieblas, en la que el culto del hombre reemplaza el culto de Dios, tanto en la sociedad como en la Iglesia.
Aquí se vuelve a un concepto erróneo del "estado de necesidad", ya desmontado por nosotros. No puede haber "estado de necesidad" cuando la propia Roma quiere, presumiblemente, otorgar un marco canónico sin condiciones a la FSSPX. La "necesidad" vino precisamente por la negativa de Roma a un reconocimiento o concesión de un Obispo regular tradicional, y esto desde los tiempos de Mons. Lefebvre. Y lo mismo vale para la "jurisdicción de suplencia" que emana de ese mismo concepto de "necesidad".
- La “restauración de todas las cosas en Cristo”, que quería San Pío X siguiendo a San Pablo (Efe. 1, 10), no podrá lograrse sin el apoyo de un Papa que favorezca concretamente el retorno a la Santa Tradición. A la espera de ese día de gracia, la Fraternidad San Pío X quiere redoblar los esfuerzos para restablecer y difundir, con los medios que le da la Divina Providencia, el Reinado social de Nuestro Señor Jesucristo.
Aquí tenemos un error fundamental, que creíamos superado por parte de la FSSPX y que consiste en hacerle perder la "potestad de gobierno" al Papa por ser éste un modernista (material). Como dijimos, un Papa alejado de la Tradición (como Francisco) pero que no perdió su potestad, perfectamente puede querer otorgar a la FSSPX un marco canónico sin condiciones. Y ese marco debe ser recibido por la FSSPX a menos de esgrimir una causa de justificación (que es lo que distingue una desobediencia legitimada -como la de Mons. Lefebvre- de otra cismática). La única causa de justificación que se podría alegar es la de un "miedo grave". Y emplazamos entonces a las mismas autoridades de la FSSPX a que fundamenten su desobediencia en dicha causal. Por nuestra parte, hemos llegado a la conclusión de que no es posible alegarlo, ya que aquél sólo existiría si hay un determinismo causal (al reconocimiento se sigue una defección doctrinal) y tal determinismo no resulta -en su generalidad- de la expriencia de los así llamados "institutos tradicionales". Entonces lo que hay son meras hipótesis, si se quiere, "temor hipotético", que no habilita a ampararse en esta causal. No obstante, podríamos estar equivocados. Eso sí, en ese caso (más allá de los "grados" de miedo) la FSSPX debería pedirle perdón a Mons. Williamson y a los demás Sacerdotes echados de ella, porque fueron los primeros que lo vieron así...Por otro lado, cabe preguntarse -sentada esta posición- qué pasaría si Francisco reconoce unilateralmente a la FSSPX: ¿se negaría la FSSPX porque no es un "Papa que favorece concretamente la Tradición"?...
- La Fraternidad San Pío X reza y hace penitencia para que el Papa tenga la fuerza de proclamar íntegramente la fe y la moral, pues de ese modo acelerará el triunfo del Corazón Inmaculado de María que deseamos, ahora que nos aproximamos al centenario de las apariciones de Fátima.
Para concluir las ambivalencias de este "Comunicado", una mención a Fátima y al triunfo del Corazón Inmaculado aparentemente correctas pero que no se encuadran debidamente. No es porque se vaya a cumplir un aniversario que es dable esperar la intervención del Cielo, sino porque existe una visión profética (del Papa León XIII) que refiere a un período de "cien años" que verosímilmente podría tener su cumplimiento el año que viene o porque (como hemos concluído en nuestra exégesis de las Escrituras) se acerca el final de la "ultima semana" a que hace referencia el profeta Daniel -cuyo comienzo sería la aparición de la "Mujer vestida de sol" identificada entre otras como la Virgen de Fátima- y por tanto nos encontramos en vísperas de la Parusía (si bien pensamos que en una primera instancia será un "anticipo"). Contexto en el cual pensamos que la FSSPX (a pesar de "Comunicados" ambivalentes como el que comentamos) tiene un rol especial...
Muy claro, directo y contundente, como siempre. Me gusta mucho su estilo. Habrá que seguir de cerca la situación... Saludos.
ResponderEliminarEstimado:
ResponderEliminarMuchas gracias por sus conceptos. Era el objetivo de la nota.
Saludos
Muy interesante su análisis. Sin embargo recuerdo que hace unos ¿10 años? un señor ligado a grupos "ECCLESIA DEI" en USA escribió un artículo donde reconocía que sin lo obrado por Monseñor Lefebvre, es decir, sin la Fraternidad, ellos no existirían. Mi conclusión es que esa realidad aún hoy persiste. Si la fraternidad "entra" se acaba todo. Es cierto que los grupos ED existen, pero más bien agonizan al tener que emplear lenguajes y estilos que no los hagan desmerecer. Son como una muestra que indica que en la Iglesia todos caben, incluso los dinosaurios, es como en USA, se puede ser de todo, pero dentro del marco liberal, democrático y masón. Es un problema sin solución pues la falla está en la cabeza y ningún subordinado podrá jamás arreglar un problema que deriva de una falla de la cabeza. Probablemente Monseñor Williamson tiene razón. Eso sólo se sabrá el día del juicio final. Saludos.
ResponderEliminarEs cierto que hay un cierto "secretísimo" en el comunicado. Siempre hemos sabido que nuestra fraternidad es muy clerical en sus procederes, aunque también debemos de reconocer que esta reserva a una exposición mediática tiene su antecedente en el caso Williamson y en también la pléyade de lado y lado interesados en torpedear cualquier posibilidad de acuerdo con Roma. Pero fíjese en una cosa: el comunicado de Eclesia Dei (de Pozzo) no es de sorpresa o de sentir que les dieron un portazo en la cara. Podríamos inferir de ello que posiblemente siga este tira y afloja con el tema del valor del Concilio sigue en pie, pero entre las mismas autoridades romanas no se deciden qué valor precisamente tiene (müller prácticamente le da un valor de fe).
ResponderEliminarTiendo a considerar que esta expresión "un papa que favorezca la tradición", que pareciera un retorno a posiciones superadas, no significa un papa tradicional, sino uno dispuesto a aceptar la tradición tal cual es, reconociéndole su estatus catolico y permitiéndole realizar su obra con plena libertad.
Estimados anónimo y Francisco: muy interesantes sus comentarios, que serán objeto de reapaso en una próxima entrada.
ResponderEliminarEs muy ingenuo al pensar que no hay miedo grave, sino mire lo que pasó con los Franciscanos de la Inmaculada, con M. Livieres, el Cardenal Burque etc. Pero lo que para mi determina este comunicado es que después de los dichos de M. Pozzo, sobre que no sería exigible los horrores del Concilio V. II, tanto el Cardenal Muller, como el mismo Papa Francisco, salieron a desmentirlo, y consideran dichos horrores como Magisterio de la Iglesia.
ResponderEliminarSería en consecuencia muy infantil prepararse para una regularización, si siguen diciendo que el Concilio, no es negociable. Muy bueno lo de la Autoridad, pero nunca a costa de Fe. Si un ángel del cielo quisiera regularizarme a costa de aceptar un nuevo evangelio, no se puede tranquilamente seguir adelante.
Este es el objeto del comunicado. Somos católicos, formamos sacerdotes católicos, seguiremos siendo así, les guste o no, regularicen si quieren, pero no a costa de aceptar aunque sea en forma implícita los horrores del Concilio.