Ya hemos planteado las dificultades que presenta el saber con certeza sobre quién recae el Papado desde la renuncia de Benedicto XVI (aquí y aquí). Hemos referido que existe una posibilidad que la misma haya sido inválida y que en ese caso Francisco sería sólo "Papa putativo", ejerciendo de hecho la potestad papal pero limitada a los actos para el bien común de la Iglesia (ello explicaría, entre otras cosas, la "no asistencia" para "canonizaciones" dudosas...)
Pues bien, en el reciente libro-entrevista "Ultimas conversaciones" con el Papa emérito, el periodista Peter Seewald le pregunta : "Usted conoce la profecía de Malaquías quien en la Edad Media compiló una lista de futuros Papas, previendo asismismo el fin del mundo, o al menos el fin de la Iglesia. Según esta lista, el papado se terminaría con vuestro pontificado. ¿No será que Ud. es efectivamente el último en representar la figura del Papa tal como la conocemos hoy? La respuesta de Ratzinger fue la que sigue: "Todo es posible". Y agrega: "Probablemente esta profecía nació en los círculos del P. Felipe Neri".
La respuesta no deja de sorprendernos, puesto que él sabe que ha sido sucedido por el Papa Francisco, y la profecía tampoco es clara en su parte final, que dice así "En la última persecución de la Santa Iglesia romana, se sentará en el trono Pedro Romano, el que apacentará a sus ovejas en el medio de grandes tribulaciones, tras lo cual la ciudad de las siete colinas será destruída y el Juez tremendo juzgará al pueblo".
La entrevista luego ofrece una salida para esta respuesta ambigua, cuando el periodista le pregunta: "¿Usted se considera el último Papa del mundo antiguo o como el primero del nuevo?" La respuesta es: "Entre ambos". Pero resulta claro que entre Benedicto XVI y Francisco no hay ruptura alguna en lo sustancial (sí en la "práctica", como el calificó el pontificado de Francisco en el mismo libro-entrevista), por lo que la última respuesta (y convengamos, también la pregunta) tampoco convence si no es a la luz de la proximidad de eventos que cambien el giro de la historia.
A su vez, para quien quiera ver "entre líneas", toda apunta pues a un desenlace, que el Papa emérito conoce de primera mano por haber leído el texto de la explicación del tercer Secreto de Fátima, como él mismo reportó para la revista "Jesús" en 1984: "en él (el secreto) se habla de los peligros para la Fe y la vida de los cristianos. Pero lo que se dice está contenido en las profecías de la Escritura y confirmado por muchas otras apariciones marianas". Además, (el secreto) recalca "la importancia de los novísimos" (Muerte, Juicio, Infierno, Paraíso).
Ese desenlace lo hemos encuadrado, por nuestra parte, en el final de la "gran tribulación" (Mt. 24), la desaparición de las fuerzas del mal mediante un "Juicio", el comienzo de la restauración-purificación de la Iglesia y la instauración del Reino mesiánico.
Ni tradicionalista ni modernista, ni amigo de Francisco ni enemigo, ni Papa ni no-Papa, ni mundo antiguo ni nuevo, ni tomista ni antitomista, todo es posible, ni si si ni no no, tibio, grisáceo.
ResponderEliminarAsí es. Se podría alegar que "no lo dejaron" hacer más en favor de la Tradición, pero es que desde el momento que se alcanza el Papado ya no es posible invocar que no sabía que se podía llegar a una situación tal dado el dominio del mal en las altas esferas, a nivel interno de la Iglesia y de los enemigos externos. Yo los culpo más que nada por no recurrir a los auxilios del Cielo... léase Fátima.
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