Le habíamos prometido a un comentarista que ampliaríamos la temática relativa a los tiempos finales y lo haremos, pero abarcando otros aspectos del quehacer incluyendo aquélla, desde un denominador común, en este caso el voluntarismo.
Empezamos con el del portal "Religión en libertad", el que suponemos "católico" unido en algún momento al portal "Libertad digital", como dicen por allí "de tendencia ecléctica pero afín al Papa" (y ya nos mareamos), en todo caso laodicense, el cual colgó allá por el año 2015 parte de una entrevista al recientemente fallecido músico francés de origen armenio, Charles Aznavour, que tituló: "Si Dios existe me recibirá bien; le honré con mi música". La nota es laudatoria, como se desprende de los "tags": "Música", "Razones para creer".
No tenemos el gusto de conocer o en su caso el de haber podido apreciar el talento musical de Charles Aznavour y deseamos firmemente que haya obtenido su salvación personal. Es una creencia actual la de que "todos somos salvos", bastando para ello haber sido "buenas personas" (o, como en este caso, además, "buenos artistas"...). Pero resulta que la Fe católica dice otra cosa: "Sin Fe es imposible agradar a Dios" y prescribe la necesidad de la Gracia para salvarse. Resulta que de la entrevista surge que el músico se manifiesta como "agnóstico" (en cuanto duda de la existencia de Dios) por lo que estamos en lo opuesto de las "razones para creer", salvando claro está la Misericordia divina.
El blog que-no-ama-la-Verdad [blog sedevacantista] colgó hace unos días una entrada muy interesante que reproducía un artículo de otro blog y de otro autor, titulada "Jesús no era judío", con mucho dato ya conocido por nosotros pero que puede resultar revelador para otros. Esta vez, la encabeza muy bien "Moimunan".
El problema radica en que, en el alegato central, se niega la nacionalidad judía o hebrea a Nuestro Señor, con una finalidad sin duda maniquea, que desconoce la vocación tanto para el mal como para el bien en la estirpe humana. Para ello se recurre al pasaje de Juan 4, 22 ("la salvación viene de los judíos") y se pretende sustituir el término "judío" por el de "judeano", en tanto significaría a persona que "se encuentra en" o "de paso en" Judea pero de diferente nacionalidad. Todo para terminar afirmando que en realidad Jesús era jafetita (descendiente de Jafet), lo cual niega las Escrituras (genealogía de Jesús, la legal recibida de San José que se remonta a Sem, pero asimismo la de la Santísima Virgen, tal como se desprende del comentario de Mons. Straubinger a dicha genealogía cuando afirma que la Virgen era también "descendiente de David").
El problema radica en que, en el alegato central, se niega la nacionalidad judía o hebrea a Nuestro Señor, con una finalidad sin duda maniquea, que desconoce la vocación tanto para el mal como para el bien en la estirpe humana. Para ello se recurre al pasaje de Juan 4, 22 ("la salvación viene de los judíos") y se pretende sustituir el término "judío" por el de "judeano", en tanto significaría a persona que "se encuentra en" o "de paso en" Judea pero de diferente nacionalidad. Todo para terminar afirmando que en realidad Jesús era jafetita (descendiente de Jafet), lo cual niega las Escrituras (genealogía de Jesús, la legal recibida de San José que se remonta a Sem, pero asimismo la de la Santísima Virgen, tal como se desprende del comentario de Mons. Straubinger a dicha genealogía cuando afirma que la Virgen era también "descendiente de David").
Veamos, que los talmudistas o que los jázaros se hayan apropiado del término "judío" no hace necesario que haya que tergiversar las Escrituras. "La salvación viene de los judíos" porque Jesús nació en "Belén de Judá", pero quienes lo condenaron fueron los de su misma raza: "y vino a los suyos y los suyos no lo recibieron" (Jn 1, 11-12) y "no será más suyo el pueblo que le negará" (Dn 9, 24), lo cual no quiere decir que entre la clase dirigente y sacerdotal no hubiera edomitas (descendientes de Esaú). Todo ello más allá de lo que se dice en relación a la apariencia física de Jesús, perfectamente factible. De hecho, de David se dice que era "rubio" (1 Sam 16, 12), probablemente debido a la ascendencia moabita (aunque probablemente también, no del tipo "anglo-sajón" que conocemos).
En relación a la proximidad o no de los "últimos tiempos", existe mucho de voluntarismo porque hay datos escriturísticos que demuestran cabalmente que aquélla es un hecho. Nosotros hemos recibido ciertas luces a este respecto (y cierta inspiración, al fin y al cabo la interpretación de las profecías es un don de Dios: 1 Cor 12, 7-11) y una de las profecías que desciframos, si lo hicimos bien, nos da una inminencia (en términos relativos también, en otro post hemos proporcionado una fecha límite) del final de los tiempos (no del "sanseacabó" como se dice por allí) puesto que "el reino y el imperio y la magnificencia de los reinos que hay debajo de todo el cielo, será dado al pueblo de los santos del Altísimo" (Dn 7, 27). Les recordamos que nuestra posición, siguiendo a las categorías del P. Van Rixtel, es la de un "intervencionismo no milenarista", de conformidad con Cornelio A lapide, Santo Tomás o el P. Arminjon.
Pero resulta que algunos, por holgura en la vida o, al revés, porque las tribulaciones actuales no les son suficientes, afirman, sin base cierta en las Escrituras, que estamos "lejos" de los eventos finales. Otros anteponen su postura respecto de la crisis en la Iglesia y entonces, si estamos ya en presencia de la supresión del Sacrificio, tienen que reconocer que ciertos personajes ya están entre nosotros, pero sucede que, en algunos casos, especialmente en lo atinente a "dos Testigos" que habrían de predicar en determinado espacio temporal y que no son de su agrado, ello los obliga a tener que negar la realidad o a postergar sine die los eventos del fin.
Pero resulta que algunos, por holgura en la vida o, al revés, porque las tribulaciones actuales no les son suficientes, afirman, sin base cierta en las Escrituras, que estamos "lejos" de los eventos finales. Otros anteponen su postura respecto de la crisis en la Iglesia y entonces, si estamos ya en presencia de la supresión del Sacrificio, tienen que reconocer que ciertos personajes ya están entre nosotros, pero sucede que, en algunos casos, especialmente en lo atinente a "dos Testigos" que habrían de predicar en determinado espacio temporal y que no son de su agrado, ello los obliga a tener que negar la realidad o a postergar sine die los eventos del fin.
El artículo de "Amor a la Necedad" que menciona me causó la misma impresión: partía bien, con mucho dato interesante, pero con conclusiones manifiestamente absurdas y contra sentido común.
ResponderEliminarMuy acertado el título de voluntarismo; esta es gente que al final sucumbe a sus ganas de que las cosas sean de una manera y, lo peor, terminan creyéndosela.
Estimado anónimo: exacto. Y muchos de estos voluntaristas son de los "nuestros". Ya me voy a referir a ellos, tenga un poco de expectación...
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