sábado, 16 de mayo de 2020

Cuando la mecha se apaga

A veces pecamos de ingenuos. Nos pasó cuando codo a codo defendíamos al bastión de la Tradición junto con otros bloggers en los comienzos de la era del papado de Benedicto XVI, pensando que todos ellos estaban en la misma sintonía, esto es, la de escapar tanto a la herejía como al cisma. Pronto caímos en la cuenta de que muchos "salieron de los nuestros pero no eran de los nuestros" (Juan 2, 19), habiendo sucumbido al celo amargo y desembocado en el cisma.

Nos sucede también de ver buena voluntad en los de la herejía modernista, cuando en realidad muchos de los que aparentan salir de ella -habiendo incluso dejado mucho lastre de lado- no terminan por desligar las amarras. Nos pasó hace poco con la lectura del blog "Linum Fumigans", cuyo autor se prodiga con frecuentes y largos artículos no carentes de interés y en los cuales quisimos percibir unas "ansias de verdad". Pues bien, parecería que no es el caso. El juanpablismo puede más. Y como el juanpablismo y la Tradición no son compatibles, es necesario justificarse.

Es lo que hace el autor del blog en su entrada reciente, en la cual, en forma sinuosa,  busca atacar al bastión de la Tradición. Veamos de disecar el artículo, colocando nuestra opinión entre paréntesis:

En la Iglesia actual hay muchos sonoros silencios; basta recordar los temas del pecado, de la degradación de la mujer, de la presencia profética de la Virgen María en la historia [este es silencio de las verdaderas apariciones pero aliento de las falsas y de los falsos mensajes] , etc. Pero no hay que pensar que estos silencios existen solamente en ámbitos progresistas (más o menos contagiados de modernismo) sino también en ámbitos tradicionales. Incluso existen sonoros silencios en sectores tan tradicionales que viven separados de lo que podríamos llamar la estructura oficial de la Iglesia, como la FSSPX [primera insidia, porque se vive 'separado de la estructura oficial' por culpa exclusiva de la oficialidad al no querer asumir sus errores doctrinales]. En este blog, en la entrada de ayer, hubo lectores que en sus comentarios deslizaron que en la FSSPX no suele hablarse del Apocalipsis, y ofrecieron sus explicaciones (no carentes de buenos argumentos) [en concreto se trató de uno, 'Don Benja', el cual cita una experiencia personal con un 'grupo de jóvenes'. Aquí conviene distinguir lo oficial de lo oficioso. Nosotros mismos, a título oficioso, en calidad de simples fieles, presentamos una exégesis del Apocalipsis que coincide con la del comentarista. Pero distinto es el caso de una Institución de la Iglesia que no fué fundada con ese fin, el de hacer una interpretación del Apocalipsis o de predicar el final de los tiempos como inminente, para lo cual además se debe contar con una cierta inspiración del Cielo]. Creo que otro sonoro silencio en la predicación del clero de la FSSPX es el ecumenismo [aquí pensamos que el blogger se refería a la herejía posconciliar -que fue siempre uno de los leit motiv de la oposición de la FSSPX a las autoridades conciliares- , pero no, el mismo se va a referir a una cierta realidad instalada, frente a la que nada se podría hacer...]. Un silencio que precisamente en ellos podría interpretarse de escandaloso, ya que por ejemplo la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos entró en la Iglesia Católica por primera vez precisamente con la bendición del papa san Pío X, nada menos! [compréndase bien: el 'silencio escandaloso' no es obviamente frente a la herejía conciliar en sí, sino el no querer admitir que la herejía, según la visión del blogger,  venía de antes del Concilio, con lo cual este es inocente...]

----------Es cierto que lo que suele llamarse "movimiento ecuménico" tiene raíz protestante: de hecho, fue iniciado en el siglo XX por un conjunto de confesiones protestantes, pero que gradualmente se fue repensando para encontrar el modo por el cual la Iglesia Católica pudiera también participar en el mismo movimiento. Por supuesto, la iniciativa ecuménica no sólo tuvo promotores desde el lado cismático, sino también desde el lado católico; y los impulsos de ambos lados hicieron que se diera un paso importante inicial, que produjo que el movimiento ecuménico llegara al conocimiento de todos los fieles católicos. Eso ocurrió precisamente con la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, bien recibida ya desde los tiempos del papa san Pío X
[ya ven por dónde van los tiros...]
----------Tradicionalmente, el octavario de oración ecuménica se celebra del 18 al 25 de enero. En ella, de forma solemne y conjunta, nos reunimos en el nombre de Jesucristo para pedir que las divisiones sean superadas y la unidad se convierta en una realidad plena y visible. Es decir, durante esta semana, los cristianos católicos, ortodoxos y protestantes de todas las denominaciones están invitados a rezar juntos por su unidad. Son días de súplica a la Santísima Trinidad pidiendo el pleno cumplimiento de las palabras del Señor en la Última Cena: "Padre Santo, guarda en tu nombre a aquellos que me has dado, para que sean uno como nosotros" (Jn 17,11). La oración de Cristo alcanza también a quienes nunca se han contado entre sus seguidores, pues dijo Jesús: "Tengo otras ovejas que no son de este redil, a ésas también es necesario que las traiga, y oirán mi voz y formarán un solo rebaño con un solo pastor" (Jn 10,16). Ahora bien: alguno de los lectores de este blog que asista a las Misas de la FSSPX ¿podría tener la amabilidad de responderme si alguna vez se celebró en su comunidad la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos? [a ver si procuramos seguir entendiendo: el blogger pretende decirnos que el ecumenismo es bueno, puesto que contaba con la bendición de San Pío X y que entonces la FSSPX, como fiel discípula, debería seguir -hoy- sus pasos. Nuestra explicación sigue en los párrafos siguientes]---------
            La práctica de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos fue introducida en 1907 por el padre Paul Wattson, líder episcopaliano (rama anglicana de los Estados Unidos) fundador de la Society of Atonement (Comunidad de los hermanos y hermanas de la Penitencia), quien finalmente se convirtió al catolicismo junto con los miembros de su comunidad. La iniciativa recibió la bendición del papa san Pío X y fue luego promovida por el papa Benedicto XV, quien terminó de instaurar el Octavario por la Unidad de los Cristianos en 1916, que fue cuando se escucharon aquellas sus famosas palabras: "la Iglesia no es latina ni griega ni eslava, sino católica: no hay diferencia entre sus hijos, ya sean griegos, latinos o eslavos, o de otro grupo nacional"  [la intención inicial de Paul Wattson era católica: la 'unidad' significaba el retorno de las diferentes confesiones a la Iglesia católica romana, de allí que eligiera como fechas para la octava, el 18 de enero, fiesta de la Cátedra de Pedro y el 25 de enero, fiesta de la conversión de San Pablo]
----------Ahora bien, a partir de la instauración hace más de un siglo de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, se fueron dando algunos avances, sobre todo a partir de las invitaciones surgidas de las confesiones protestantes a la Santa Sede para una mayor implicación con el movimiento ecuménico. Pero estas invitaciones, si bien fueron recibidas con cortesía por los Papas, lo que primó en ellos fue sin embargo la cautela, [precisamente, ese ecumenismo nunca supuso en los Papas pre conciliares, una renuncia a la Tradición, como queda claro en la Encíclica 'Mortalium animos' de Pío XI o en  'Mystici Corporis' de Pío XII o en 'Instrucción sobre el movimiento ecuménico' promulgado por el Santo Oficio en 1949 por la cual se consignaba que 'no se debe perseguir la unión por el método de una asimilación progresiva de las diversas profesiones de fe ni por medio de una adaptación del dogma católico a algún otro; que la única verdadera unión de las Iglesias no puede hacerse sino por el retorno (per reditum) de los hermanos separados a la verdadera Iglesia de Dios']hasta que en el Concilio Vaticano II se produce un salto adelante [perjudicial, negador del dogma católico], institucionalizándose el área de labor ecuménica dentro de la organización de la Curia Romana.
----------Llegado a este punto, a mediados del siglo pasado, la pregunta que se planteó fue: ¿cómo desarrollar la labor ecuménica?... Por supuesto, la pregunta ha tenido diversas respuestas, y no pretendo aquí hacer una reflexión teológica ni valorar las iniciativas asumidas. Mi única intención es presentar en breve síntesis los pasos que se fueron dando en lo que podríamos llamar el "ecumenismo práctico", hasta llegar a la realidad que, nos guste o no nos guste, es la que vivimos hoy [en qué quedamos: ¿a Ud. le gusta o no le gusta el ecumenismo pos conciliar y el  'ecumenismo práctico' que deriva de él?],
----------Un viejo método, que sin embargo fue rechazado hace cien años, era el de entender que más allá de las diferencias doctrinales entre católicos y cismáticos, se puede trabajar codo con codo en la praxis asistencial, o en lo que luego se llamó la "promoción humana". Pero esta metodología fue vista como el inicio de una pastoral de perfil relativista, heterodoxa, y por eso no logró prosperar durante el siglo pasado. Sin embargo, un hecho práctico determinó un cambio de rumbo sin que hubiera necesidad de proclamaciones oficiales.
----------El hecho práctico al que me refiero ha sido el fenómeno de la incorporación de dinámicas evangelistas (es decir, de sectores protestantes) en grupos oficialmente católicos, de obediencia papal. En la práctica, se ha ido dando un reconocimiento de la acción simultánea del Espíritu Santo tanto en la Iglesia Católica como en confesiones protestantes, o sea una acción "transversal", que podríamos decir que no está probada, pero que muchos importantes representantes eclesiales católicos tienen por cierta y verdadera; y como quiera que sea, es indudable que fueron surgiendo en muchas diócesis, con la tácita o a veces formal aprobación de los pastores, los movimientos con características y estructuras organizativas típicas de agrupaciones protestantes, como el liderazgo, el proselitismo, la tendencia bíblica exclusivista, y una espiritualidad de peso moral sacrificial unida a revivals pentecostalistas. Repito: no estoy haciendo aquí ninguna valoración dogmática del fenómeno, sólo constato el hecho práctico que se ha dado en la pastoral, frecuentemente a partir de simples encuentros ecuménicos, realizados en parroquias o comunidades a partir de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, instaurada en la Iglesia Católica hace más de cien años [no 'a partir de' sino 'en quiebre' a aquella intención original]
----------Esto es lo que suele llamarse "ecumenismo práctico". De esta manera, aunque las instituciones no se funden, lo que se funden son las iniciativas sobre grupos o masas laicales que se han querido renovadas por el Espíritu Santo, sobre todo después del Concilio Vaticano II. Con la nueva "tolerancia" pastoral, los obispos y párrocos aprueban esas iniciativas con tal de que aquellos de sus feligreses que participan en esas iniciativas comunes, se declaren leales a Roma. Al respecto, incluso fieles de la FSSPX participan en estas actividades comunes. De hecho, aquí en Mendoza, algunas de mis feligresas que participan en varios grupos pro-vida que trabajan activa y valientemente en la calle (o trabajaban, antes del coronavirus) me han dado noticias de que comparten esas tareas con fieles de la FSSPX; y yo debo suponer que esas mujeres de la FSSPX trabajan en esas iniciativas comunes con la anuencia del clero de la Fraternidad. [no nos consta que lo hagan en 'anuencia con', pero en todo caso lo que hay que verificar es si esa acción particular va en detrimento del dogma: una manifestación contra la despenalización del aborto en la que participen protestantes no es contra el dogma, 'rezar juntos', sí lo es]
----------¿Cuál es el resultado de este hecho práctico?... A mi entender, un resultado para nada agradable, y mucho me temo que alejado de lo que en realidad es la voluntad de Dios. De este modo, con esas iniciativas comunes, alentadas muchas veces por obispos y párrocos, se sientan las bases para que la misma Iglesia Católica hospede en su seno directrices diferenciadas, maneras totalmente diferentes de entender la Fe y la Vida de Fe, algunas maneras precisamente importadas del protestantismo. Hay Obispos e incluso Cardenales que asumen su formal vinculación a unos u otros movimientos, que son movimientos que frecuentemente aportan vocaciones, seminarios y fondos económicos. Se ve a todo esto como la entrada de "aire fresco" en la Iglesia, como aquel conocido "abrir las ventanas" de Juan XXIII que parecía exigir esta flexibilidad y tolerancia, el fin de la vigilancia extrema del rebaño, característica desde los tiempos de la Reforma y Contra-Reforma, y mucho más desde los frentes abiertos por el modernismo a finales del siglo XIX y principios del XX.  [estamos de acuerdo, pero no es culpa ni de Paul Wattson, ni de San Pío X, ni de Pío XI, ni de Pío XII, ni -institucionalmente- de la FSSPX]
----------Ese es, a la vista de todos en la actualidad, el resultado del ecumenismo práctico. Es inútil negarlo porque así, de hecho, ya se ha realizado en la práctica el ecumenismo de familia cristiana eclesial dentro de la Iglesia Católica, y eso sin formulaciones, ni aparatosas declaraciones. Podría considerarse al ecumenismo práctico la realización concreta y puntual de un aspecto del "diálogo" tan fomentado a partir del Concilio Vaticano II, aunque en los hechos, en la práctica, sin necesidad de diálogo teórico de teólogos. De este modo, un principio que fuera rechazado en la controversia sobre las relaciones cristiano-marxistas, se ha instalado sin embargo en la práctica: el principio de que lo importante es el trabajo codo a codo, a nivel de personas que quieren ayudar a los demás, como mis feligresas que trabajan junto con cristianas evangelistas y feligresas del Priorato de la FSSPX de Godoy Cruz, en las mismas organizaciones pro-vida por las calles y plazas de la ciudad de Mendoza. ¿Lo pueden ver los lectores tal como lo explico?... Vale decir, que ésta es toda la teología que hace falta, pero sin que se exijan diálogos entre expertos teólogos ni declaraciones formales relativistas: sea usted todo lo fundamental que quiera (como supongo que son esas feligresas de la FSSPX de las que me hablan mis amigas) pero ante todo colaboración en la misión universal del bien humano. Así de simple. Estos son los hechos.
----------Por supuesto, de la labor ecuménica al diálogo (o acción) interreligioso, hay solo un paso. El siguiente paso es el del "ecumenismo" (hablando de un modo general y estrictamente impropio) con todas las confesiones religiosas cualesquiera que sean. Esto se inició visiblemente con los encuentros de Asís, tan escandalosos para los llamados integristas, pero que lejos de ser sucesos aislados del que son responsables las cúpulas eclesiales, tienen por el contrario consecuencias que se integran cada vez más a la dinámica de la vida de las parroquias y comunidades, con la proliferación de oratorios comunes y la cesión de espacios internos para cualquier espiritualidad. Es decir, es el ecumenismo no ya en congresos sino en las iglesias, cediendo espacio no sólo a los "otros cristianos" sino a la "religión" sin más. [aquí el blogger quiere disculpar a sus amados 'Papas conciliares' en el 'quiebre' al que nos referimos más arriba]
----------Nos guste o no, esto es lo que hay y ya no se puede volver atrás. Creo que sueñan con una ilusión utópica los que anhelan una restauración católica a estas alturas de la historia. El ecumenismo siempre evoluciona radicalmente y no puede no hacerlo, pues con el paso del tiempo su esencial dinámica es borrar toda especificidad. ¿Esto es modernismo en estado puro, panteísmo inmanentista? Efectivamente. Pero una vez introducido ya no se le puede sacar. ¿Cómo hace el prior de la FSSPX para convencer a su feligresa que no debe trabajar con sus amigas evangelistas o mormonas en el grupo pro-vida en el que se afilió? ¿La convencerá diciéndole que sus amigas son ministras de Satanás?...[nuevamente, lo que el blogger pretende decirnos es que como esa 'mala práxis'  ya está instalada, hay que dejar hacer; 'laissez faire, laissez passer']
----------En definitiva: lo que hoy rige es la caridad para todos, con exclusión de los propios católicos no ecumenistas que sólo tienen una salida falsa: la formación de... otra iglesia, sin catolicidad, sin papado, sin unidad, dedicada un 80% a rabiar contra Roma, justo como les ha ocurrido a todos los separados (o a todos los semi-separados, como la FSSPX), y que, por lo tanto no es una buena salida, no es santa iniciativa [léase: unámonos todos los 'buenos católicos neocones' con ese ecumenismo ya instalado que al final no resultó tan malo y sobre todo, no nos juntemos con la FSSPX la que, pese a lo que diga el blogger, no es 'otra Iglesia' , es la parte sana de la Iglesia unida al Papa en todo lo que es legítimo, obra suscitada por Dios para defender a la única Iglesia frente a herejes y cismáticos]
----------Ya lo vengo diciendo y repitiendo en este blog: la alternativa no es la más feliz, pero ya no hay otra. Es la aceptación de la Pasión de la Iglesia, es aceptar que no hay otra salida más que la de seguir dentro de la Iglesia, sufrir dentro y dar testimonio dentro, bajo el mismo techo, en el mismo entorno, respirando el mismo aire que los espiritualistas de cualquier signo, hasta que Nuestro Señor Jesucristo vuelva y solucione el embrollo. [que la solución vaya a ser por intervención divina mediante el 'resplandor de la Venida de Cristo´como venimos sosteniendo desde esta casa, no quiere decir que debamos quedarnos de brazos cruzados o condescendiendo con errores sólo porque 'están allí instalados']

2 comentarios:

  1. Se han soltado las trenzas por estos días con el repelente JP II, posiblemente el peor Papa de toda la historia de la Iglesia. Parece que no les basta la porquería que nos dejó, los neocones no quiere renunciar a su ídolo de cartón.

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  2. Eso es lo preocupante. Hasta el mismo Benedicto XVI que dicho sea de paso confirma su conciliarismo, les dice que Francisco (al que consideran el 'único' mal) es continuidad de JP II...pero ni eso les hace repensar. JP II habrá sido un líder con carisma y un hábil politico, pero lo que cuenta a los ojos de Dios es su fidelidad a la doctrina y en ella, los que estudiaron a fondo su pensamiento, encontraron que no la tenía, con múltiples herejías, con actos escandalosos como Asís,beso del Corán, etc etc y no nos olvidemos, la 'excomunión' a la Tradición, en la persona de Mons. Lefebvre y Castro Mayer. Lo de la presunta 'santidad' lo tengo estudiado y no es así. Que se haya arrepentido a último momento es mi deseo, pero no fué público.

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