Se ha abierto en el foro de Hispanismo.org un interesante hilo de discusión cuya lectura recomendamos a nuestros lectores.
En líneas generales compartimos la opinión del participante "Kontrapoder", de quien extraemos estas consideraciones al azar:
Por descontado, puede darse el caso de personas que critiquen al Papa pero sin que esto venga determinado por su apreciación positiva del Putin. O de personas cuyas críticas vienen dictadas por su amor a la Iglesia y no porque quieran utilizarla para sus fines políticos
Comentas tu desagrado por el mamoneo con los luteranos. Créeme que soy el primero que detesta cualquier tipo de trato con los protestantes. Pero, si no recuerdo mal, en estos mamoneos con los protestantes incurrieron también los dos papas anteriores. Entonces entiendo que no hay que atribuir toda la responsabilidad a Francisco al tiempo que se idealiza a los dos papas anteriores; ni hay que alarmarse en exceso por una cosa que, por desgracia, nos es muy familiar a los que llevamos más de tres décadas en el mundo. Lógicamente, hay que combatir estas desviaciones, pero atribuyendo a cada uno la cuota de responsabilidad que le toca. Por otra parte, siempre he creído que al pontífice reinante hay que guardarle un respeto extra, que no es exigible con los papas anteriores, sólo por el hecho de estar en ese momento a la cabeza de la Iglesia. Porque entiendo que si las críticas rebasan cierto nivel pueden empezar a hacer daño a la Iglesia.
Hablábamos sobre el "mamoneo" con los protestantes. Es razonable estar disgustados por lo del Papa Francisco en Suecia, pero me gustaría recoger varias noticias que prueban que estas acciones no son nuevas ni sorprendentes, sino que responden a una sucesión temporal de eventos en la que tienen un papel muy destacado los dos papas anteriores. Es fundamental conocer los antecedentes de de las noticias. A veces con la hemeroteca se comprende el presente mejor que con las noticias de actualidad. [ver la documentación con que apoya sus afirmaciones, muy ilustrativa]
Está claro que hay que dar una respuesta. Pero hay respuestas y respuestas. Las de la FSSPX suelen ser bastante equilibradas y caritativas. Las de Infocatólica faltan a la caridad más elemental y en mi opinión son fruto de oscuras razones ideológicas. Cualquier repuesta que no pase por reconocer que los males de Francisco vienen de papados anteriores es un engaño.
En una línea parecida, los infocatólicos critican absolutamente todo lo que ha hecho el Papa Francisco salvo una cosa: la canonización exprés de Juan Pablo II. Esta es una grave contradicción que indica un fallo de base.
Si se presenta lo de Francisco como una iniciativa loca salida de la nada, sin anclaje en los papados anteriores, en mi opinión estas críticas no sirven para mejorar la Iglesia y de hecho podrían resultar contraproducentes. Por otra parte, referirse a Francisco en términos irrespetuosos, como los del viejo verde, hace daño al papado como institución y siembra de bayonetas el camino del próximo papa, incluso si resultase ortodoxo.
Lo que pasa es que ese tic neocón lo tienen los infocatólicos y lo tienen la mayoría de críticos de Francisco en el espectro conservador. El mensaje de Pío Moa lo puse para ejemplificarlo. También he observado que algunos tradis han adquirido el tic, y es que estas cosas suelen ser contagiosas. Naturalmente, dejo fuera a la FSSPX, que siempre ha planteado una crítica global (por lo menos hasta el CVII) y coherente.
Por cierto la misma Infocatólica anuncia con cierto recelo que el acuerdo con la FSSPX está casi listo:
Y, como en ocasiones anteriores, surgen los conservadores --últimamente radicalizados hasta rozar el sedevacantismo-- que intentan boicotear el regreso [digamos el "oficial"] de la FSSPX a la Iglesia, demostrando que en el fondo se mueven por impulsos ideológicos
Además, tenemos la certeza de que los derechistas provida en realidad son pro elección: en ningún caso están dispuestos a encarcelar a las mujeres que abortan, a las que contemplan como víctimas. Como mucho aspiran a que sus asociaciones provida reciban subvenciones. Lo vimos con la reciente mascarada de los provida polacos y lo vemos a diario con el PP y las asociaciones provida que operan en sus aledaños. Por lo tanto, que Trump se haya definido como provida no significa nada. Es una táctica habitual de todos los candidatos republicanos.
Uno de los problemas de Francisco es que hace muchas declaraciones, con lo que los diferentes grupos de presión seleccionan sus palabras, aislándolas del contexto, para hacer sus campañas de propaganda. Esto ya ocurría con Juan Pablo II, que inauguró la era de los papados mediáticos. Por otra parte, el hecho de que le siga una cámara que registra todos sus gestos y declaraciones hace que Francisco parezca poco santo y poco sabio. Mas seamos sinceros: si los papas anteriores (incluidos aquellos a los que se tiene por santos) hubieran seguido ese ritmo mediático, tampoco habrían parecido muy santos y de hecho habrían dado lugar a toda clase de críticas. Esa constante presencia en los medios desacraliza el papado y es incompatible con la percepción de santidad o de sabiduría de la que disfrutaron otros papas. Ya no te digo lo que pareceríamos nosotros si nos siguiese una cámara a todas partes. Eso debería hacer que seamos más benignos a la hora de juzgar a Francisco, aunque también debemos recomendarle que, por el bien de la Iglesia, deje de frecuentar los medios.
Muchas de estas consideraciones las hemos formulado en esta bitácora y nos complacemos si, de algún modo, hemos podido influir en el pensamiento de quien escribe las líneas citadas más arriba. Para muestra, nuestras entradas en reacción a la "Amoris laetitia" (aquí) y -valga la redundancia- a la "reacción tardía de los tradi-fariseos-tardíos" (aquí)
Diría que Francisco muestra continuidad y discontinuidad respecto de Pablo VI-Juan Pablo II (dejo aparte a Benedicto XVI por algunas singularidades de su pontificado, para no hacer matizaciones que serían demasiado extensas):
ResponderEliminar(1) Hay continuidad en el núcleo de las novedades problemáticas del Vaticano II. Francisco le agrega su estilo personal, pero el fondo es el mismo.
(2) Y hay discontinuidad en algunos temas, en los cuales Francisco parece dar señales de radicalización progresista. Pienso ahora en lo que ha dicho sobre la pena de muerte (en un deplorable vídeo) que va más allá de Juan Pablo II, y se aproxima a teólogos progresistas de lo peor. También en la Comunión de los divorciados. O en temas de DSI. Quiere marcar diferencia.
A los juanpablistas todo esto los desconcierta y a veces los irrita. Directa o indirectamente Francisco da a entender que ha leído a Rahner (o a rahnerianos) y así pone en crisis a un juanpablismo que creyó sepultado al “teólogo estrella” de la CJ por la “ortodoxia” de Von Balthasar y Congar.
Saludos.
Estimado:
ResponderEliminarBuen análisis. Creo que Francisco busca ese efecto de irritar a los juanpablitas o neocones-neo tradis; la pregunta es porqué. Será verdad que es porque se ha volcado a la teología de la liberación, a la línea Arrupe así como son sus afinidades políticas? la FSSPX como es considerada una "periferia" escapa a esa vindicta.
Mi interpretación se mete en la mentalidad de Francisco, de modo que es muy conjetural.
ResponderEliminarBergoglio es jesuita y en su formación inicial hubo dos líneas que lo marcaron a fuego: (1) el jesuitismo pre-conciliar (decadente, rigorista, voluntarista; el de esos jesuitas que le hicieron la vida imposible a Castellani) y una serie de lecturas de autores de buena doctrina, aunque mal asimilados por esa teología débil no tomista de los años 1940-50; (2) el jesuitismo conciliar, que es bastante heterogéneo, pero que sustituyó a Suárez por Rahner como teólogo oficial de la SJ. A partir de Rahner, se abren muchísimas direcciones.
El Bergoglio que envió una carta a Caponnetto, alentó a Yanuzzi, fue opuesto a la TL marxista, es el deudor de (1). También cuando cita la novela de R.H. Benson o habla del demonio… Y es opuesto a (1) cuando habla de la “rigidez” de los jóvenes pro Misa Tridentina; se está rebelando contra sí mismo, contra algo que formó parte de su vida.
No busca de modo directo irritar a los juanpablitas o neocones-neo tradis. Si sucede, no le importa. Más bien prevalece una idea jesuita conciliar: “ir a las fronteras”, que en lo teológico es el arte de aproximarse todo lo que se pueda a la herejía sin llegar a ser hereje (a veces no se puede, si uno conserva la lógica clásica en la mente). Tiene sus preferencias personales, arrupistas y populistas-peronistas, pero me parece que es más partidario de un dejar hacer, y un fomentar, estas actitudes border line, si es del “centro” hacia la “izquierda”, pero sin llegar a la “extrema izquierda” de un Küng. Es más, si alguno se pasa de un límite izquierdo que él ha fijado, podría sancionarlo con todo el peso de su autoridad.
Saludos.
Resulta por demás curiosa la recomendación del Papa de la obra de Benson que Ud. menciona, puesto que el personaje de Felsenburgh es un mundialista, decadente que encubre su maldad bajo una apariencia filantrópica: si la denuncia fuera cierta debería confiar en un Putin (y hacer la consagración de Rusia...) y es todo lo contrario (ya lo vimos con su apoyo velado a la Hilaria)...
EliminarEs difícil encontrar coherencia en la mente de Francisco. Es como un lavarropas que da vueltas con elementos heterogéneos en su interior. Un día dice una cosa. Otro la contraria. Un día parece ultramontano, otro marxista, otro peronista, otro ecologista... Una personalidad alterada.
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