martes, 30 de junio de 2015

Respuesta a la fácil objeción a una carta angustiada


La "fácil objeción" a una carta angustiada, aquí.

Mi respuesta, siguiendo los literales correspondientes, retomando el material que publiqué en la bitácora y el presentado por la excelente serie publicada en el blog "Infocaótica":

A.        El dogma que conculcan los sedevacantistas es el de que debe haber “PERPETUOS SUCESORES EN LA CATEDRA DE PEDRO”.  La única vacancia es precisamente aquella que dura  mientras se tramita la “sucesión”. Pero la sucesión se termina con la elección de un candidato:
 La Constitución ” Vacante Apostolicae Sedis” del 8 de diciembre de 1945 dice así:
« Hoc consensu prestito intra terminum, quatenus opus sit, pendenti arbitrio Cardinalium per majorem votorum humerum determinandun, illico electus VERUS PAPA, atclue actu plenam
absolutamque iurisdictionem supra totum orbem acquirit et exercere potest » (Constitutión Vacante Apostolicae Sedis, 8 de diciembre de 1945, cap. VII, 101, en AAS Pío XII, t. VII, p. 276).
«Una vez dado el consentimiento (del elegido Papa a sus electores), el elegido es inmediatamente VERDADERO PAPA, y adquiere por ese mismo hecho una plena y absoluta jurisdicción sobre todo el universo y su ejercicio”

B. Cita del Cardenal Billot: “No es posible ventilar la cuestión de un vicio en la elección o de la ausencia de una de las condiciones requeridas para su legitimidad. La adhesión de la Iglesia cura totalmente todo vicio posible en la elección. Y de manera infalible, demuestra que se han verificado todas las condiciones requeridas” ( De Ecclesio, Cal Billot, t. XXIX, § 3, p. 621.)
y ejemplifica:
“…cuando Savonarola escribía sus cartas a los príncipes [para denunciar la supuesta herejía de Alejandro VI] toda la Iglesia adhería a Alejandro VI y le obedecía como verdadero pontífice. Por esta misma razón, Alejandro VI no era un falso Papa sino un Papa legítimo... ”
De Ecclesia Christi, Cal Billot, Roma, Ed. 5a, p. 635.
" Pero la pacífica aceptación de la Iglesia Universal uniéndose presentemente a un determinado elegido como el jefe a quien someterse es un acto en el cual la Iglesia compromete su destino. Es una acto de por sí infalible y es inmediatamente percibido como tal” Cf. Jean de Saint-Thomas, II-II, qu. 1 a 7 ; disp. 2, a. 2. Nos 1, 15, 28, 34, 40 ; pp. 228 y siguientes.

C.  Esta Bula [la bula "Cum est apostolatus officio"] no es dogmática ni está vigente: leer la magnífica nota de http://info-caotica.blogspot.com/2013/11/vigencia-de-la-bula-cum-ex-apostolatus.html

D. El automatismo en la pérdida del pontificado tiene un enorme potencial para volver dudoso e inestable cualquier pontificado. Porque siempre puede haber quien considere hereje al papa reinante y se apoye en la autoridad de Bellarmino para romper la comunión con el Romano Pontífice. Razón por la cual parece mejor solución para el caso de herejía papal la opinión común expresada por el tomista Billuart:
“De acuerdo con la sentencia más común, el Pontífice, por una dispensación especial de Cristo, por el bien común y la tranquilidad de la Iglesia, continúa en la jurisdicción [pontificia] hasta tanto sea declarado hereje manifiesto por parte de la Iglesia.”

E. El Papa (fuera del magisterio infalible) puede errar. Así lo supone la mismísima Bula “Cum est apostolatus officio” cuyo exordio dice: “El Papa tiene el deber de impedir el magisterio del error”.
Luego F. Suarez dice: "si el Papa incurre en herejía, no por eso pierde automáticamente su dignidad por razón de la pérdida de la fe —según se ha probado en general—, dado que en esta materia no existe ninguna ley divina especial acerca de eso ni tampoco hubiese sido eso conveniente a la Iglesia por el peligro de cismas.
Tampoco queda depuesto automáticamente en virtud de las censuras eclesiásticas, porque el Pontífice, mientras es Pontífice, no es capaz de censuras, ya que a ninguno en la tierra está sujeto en cuanto al poder coactivo, al cual pertenecen las censuras. Así que el único remedio que le queda a la Iglesia es que en concilio general sea declarado hereje jurídicamente, pues con solo eso pierde su dignidad no tanto por poder humano como por poder divino".

F. Joseph Fessler fue uno de los miembros más eminentes del episcopado austríaco del siglo XIX. Desde 1852, Fessler había sido profesor de Derecho Canónico y de Historia de la Iglesia en la Universidad de Viena. Siendo obispo auxiliar de Brixen (1862) y obispo de St. Pölten (1865), había tenido algunos encuentros personales con el papa Pío IX, que le mostró simpatía y respeto: "Es absolutamente cierto… que esta bula no es una definición de fe, una decisión doctrinal, un juicio ex cathedra. Esta es, evidentemente, un acto proveniente del supremo poder legislativo y penal de los papas, pero no de su suprema autoridad doctrinal".

Joseph Hergenröter (1824-1890), historiador de la Iglesia y canonista, primer cardenal prefecto de los archivos vaticanos, destacan sus obras por el manejo directo y riguroso de las fuentes: “esta bula de ningún modo puede considerarse como dogmática o ex cathedra; es una mera norma penal, fundada en un principio en esa época prevalente en la jurisprudencia eclesiástica y secular…” (Hergenröther, J. Anti-Janus: an historico-theological criticism of the work entitled "The pope and the Council," by Janus. W.B. Kelly, Dublin, 1870, ps. 256-257).

Justin Fevre: (1829-1907), protonotario apostólico, erudito historiador de la Iglesia, escritor prolífico, polemista antiliberal y ultramontano: "1. Haber hecho una batalla equivocada a favor de la causa por la que combate, al servirse de un acto de gobierno [la bula "Cum ex apostolatus officio"], evidentemente fuera de las condiciones de la infalibilidad, para amotinar los terrores insensatos de muchos hombres de nuestro tiempo en contra de la infalibilidad…” (Fèvre, J. Histoire apologétique de la papauté. Vivès Edition, Paris, 1882, Tomo VII, p.275).

Amédée de Margerie (1825-1905), filósofo católico, profesor en las facultades de Nancy y Lille, publicó estudios monográficos y biografías históricas: “Ud. sabe, por el testimonio unánime de los doctores de la escuela ultramontana, es decir por el testimonio de casi toda la Iglesia, que la doctrina de la infalibilidad no afirma más que la infalibilidad del Papa cuando enseña ex cathedra; y Ud. alega contra la infalibilidad, como argumento final y decisivo, ¡un acto [la bula "Cum est apostolatus officio"] que, por su propia confesión, no puede ser ex cathedra! (Margerie, A. L'Infaillibilité. Troisième lettre au R. P. Gratry. Ed. C. Douniol, Paris, 1870, pp. 80-82)

domingo, 21 de junio de 2015

Fátima, requeteinvertida


Dada la confusión reinante, me he visto obligado a reabrir el blog a los efectos de escribir sobre un tema muy (mal) tratado estos días por todas las corrientes reaccionarias, entre las cuales se encuentran los pseudo resistentes y los sedevacantistas (radiales, dimonianos, Moimunan). Se trata del tema de los últimos tiempos y el de las apariciones de Fátima.

Una aclaración previa: cada una de las corrientes reaccionarias que mencioné, independientemente de su error fundamental de no reconocer a la autoridad perpetua y visible que es de Fe para todo católico, presentan aciertos y desaciertos por igual en este tema puntual de los últimos tiempos y de las apariciones de Fátima.

Así por ejemplo, los pseudo resistentes equivocan la edad de la "Iglesia" apocalíptica en la cual nos encontramos, afirmando que nos encontraríamos en la "Iglesia de Sardes” y que pronto, luego de la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María y con la conversión de Rusia, entraríamos en la "Iglesia de Filadelfia" a cuyo frente estarían un "Gran Monarca" y un "Gran Papa" profetizados, para desembocar en la "Iglesia de Laodicea", Iglesia del Anticristo.

Estos aciertan en cuanto a que la consagración de Rusia y por tanto el triunfo “final” del Corazón Inmaculado de María no han tenido lugar, pero yerran en decir que ese triunfo es el preludio de una restauración anterior al Anticristo, el cual entonces vendría a pisotear el triunfo "final" de la Virgen. Equivocan la “Iglesia” puesto que en mi opinión, la “Iglesia de Sardes” fue la Iglesia del Renacimiento, la de “Filadelfia” fue la Iglesia misionera que va desde Pio VII hasta Pio XII y actualmente, desde Juan XXIII, nos encontramos en la Iglesia  tibia (liberal) de “Laodicea”.

Por otro lado, invocan en apoyo una multitud de profecías privadas. A este respecto quisiera dejar en claro que dada la contradicción existente entre ellas, se impone PRESCINDIR absolutamente de las mismas. Lo seguro en este caso es atenerse a lo que nos dicen las Escrituras. Ciertamente, el intérprete es el Magisterio de la Iglesia, pero como por un lado existen pocas referencias en lo atinente al tema y por otro y por razones obvias difícilmente haya de pronunciarse en lo que resta del tiempo, nos es perfectamente legítimo aventurar hipótesis.

Quiero ser terminante, aun a sabiendas de ofender a los "aparicionistas" compulsivos, en cuanto a que después de Fátima, la mayoría sino todas las "apariciones" de la Virgen o de Nuestro Señor son FALSAS. Y alego: la aparición de Fátima (y su secuela en Tuy, Pontevedra, etc) resulta ser la aparición más importante de la historia de la Iglesia, autentificada por un portentoso "milagro del sol", por unos mensajes proféticos que se verificaron todos (excepto en lo que resta por suceder) y por la aprobación de todos los Papas. Es, no me cabe duda, la aparición de la "Mujer vestida de sol" (Lucía percibió a la Virgen como "una Señora, vestida toda de blanco, más brillante que el sol, esparciendo luz más clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina, atravesado por los rayos del sol más ardiente") sin perjuicio de la otra aplicación que se hace de ella como siendo la Iglesia. Lo cual se corrobora asimismo por desarrollarse en el año 1917, significativo por muchas razones de carácter político. Habiendo la Virgen dado un secreto de suprema importancia y cuya última parte permanece aun sin develar, me parece que toda otra “aparición”  que  se entretenga en otros temas sin mencionar el ocultamiento, no puede resultar verdadera sino más bien un engaño del diablo. Engaños de los que ya fuimos advertidos por Nuestro Señor de que ocurrirían en nuestro tiempo  en forma de “falsos prodigios”, obra del “Falso profeta”.

Entre los sedevacantistas tenemos a los nucleados en la “Radio cristiandad” y a los “dimonianos”. Estos sostienen que la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María ya tuvo lugar con la carta “Sacro vergente anno” de Pío XII de julio de 1952. Dicen que la misma, por su tenor de incompleta, al carecer de la solemnidad y no contar con la participación de todos los Obispos del mundo, resultó en un efecto limitado (el cese de la persecución en Rusia o el de de su expansionismo). Sostienen asimismo que el verdadero triunfo final del Corazón Inmaculado de María será uno con la Parusía.

En realidad, hay un sólo "triunfo del Corazón Inmaculado" al "final", no dos. "Sacro vergente anno" no supuso ni un triunfo provisorio (no se hace mención de un triunfo con esas características en el Secreto) ni el final, por cuanto Rusia no se convirtió teniendo presente que, en boca de la Virgen, "conversión" no puede ser otra cosa que conversión al catolicismo, esa que esta corriente menciona tendrá lugar precisamente al final alcanzando a todas las naciones; luego, el tiempo de paz es relativo en lo temporal (“cierto tiempo” y no “cierta paz”) y es "dado al mundo" (no a Rusia) y desde 1952 hubieron guerras por doquier en el mundo (Corea en esos años, Medio oriente, Vietnam, Afganistán, Malvinas, Irak, etc). Se refiere por tanto a la paz mesiánica, la cual durará un “cierto tiempo”: “luego, el fin, cuando Cristo entregue el reino al Padre”.

Un argumento para su rechazo es que el triunfo que ellos dicen representó “Sacro vergente anno” se encuentra profetizado por la Virgen después de “muchas naciones serán aniquiladas”. Según ellos, esta expresión refleja la anexión o destrucción de los países del este europeo. No los contradigo en cuanto a la magnitud de tales horrores. Pero resulta que, luego de 1952, en pleno “triunfo” para esta hipótesis, ocurre la revolución húngara de 1956, que supuso la muerte de más de 2500 húngaros y la huída de unos 200000 húngaros de su patria en calidad de refugiados.

Pero además: el frère Michel, experto de Fátima, menciona que alguien le pasó a la Hna. Lucía un recorte de diario con la consagración de Pio XII  y que ella comentó: "no se realizó como la Virgen pidió, paciencia!" (por tanto, hay que seguir esperándola) y, más decisivo aun, en la entrevista con el P. Fuentes de 1957, la Hna. Lucía dice que "Rusia será el instrumento de castigo para el mundo entero si antes no obtenemos [presente] la conversión de esta pobre nación". El Frère Michel enlaza con el tema de las lágrimas de la Virgen de Siracusa (fenómeno que hoy, seguramente por inspiración del diablo, se ha vuelto común, pero que en aquél tiempo se lo tomó muy en serio) que representaba al Corazón Inmaculado (lágrimas que no tendrían sentido en un contexto de "triunfo" aunque sea relativo).

Entonces, RESTA hacer la consagración de Rusia, pero cuando se haga será seguida inmediatamente por la Parusía (el tiempo de paz es esjatológico). Como dice San Luis María Grignon de Montfort: Cristo vino por primera vez a través de María, y lo hará del mismo modo en la Segunda. Esta es la crisis final, como lo demuestra el hecho histórico del retorno del pueblo hebreo a su tierra (dejo constancia de que este dato requiere de muchas aclaraciones).

El tema de la figura del actual líder ruso, V. Putin, es interesante. Para los sedevacantistas radiales éste no es confiable (a diferencia de los pseudo resistentes que ponen su confianza en él) y hacen un repertorio de su pasado comunista del cual no habría renegado, empezando por su fecha de nacimiento (se olvidan de resaltar que ésta coincide con la fecha de Nuestra Señora del Rosario). Pero en su purismo, no consideran la posibilidad de que cualquier persona pueda ser tocada en un instante por la gracia, tal como lo fue Constantino. Luego, no se trata de establecer si la Rusia actual representa un peligro o no. Los efectos de la revolución (judeo-masónica) perduran hasta hoy y la condición para escapar de ellos (que nos puede parecer tan extraña como la necesidad para el jefe sirio Naaman de tener que lavarse siete veces en el Jordán para curarse de la lepra) es la consagración de Rusia.

La traducción de “consagrar-me á a Russia” como la de "ha de consagrarme" hasta el mismo P. Méramo la descartó (no me mencionó, a pesar de que lo expliqué públicamente, pero dijo que un "Padre" se lo hizo ver). Está claro que la traducción es "me consagrará Rusia, la que se convertirá" (un condicional no podría ir seguido de una afirmación futura).

Una variante entre los sedevacantistas es la de Moimunan (blogger de “Amor a la verdad”). Este último tiene la virtud de interesarse por estos temas cruciales pero lo hace –siempre con corrección es bueno decirlo- de tal modo que estamos en las antípodas de su pensamiento. El mismo cree en una sustitución de la Hna. Lucía por una o más personas desde el temprano año de 1949 (se basa en una extraña “fecha de defunción” de la Hermana Lucía consignada en los archivos informáticos del Carmelo de Coimbra)  y plenamente en una versión del “tercer secreto” aparecida en internet hace unos años –una falsificación evidente- negando autoría del Cielo a las palabras “En Portugal se conservará siempre el dogma de la fe, etc”

Respecto al primer punto (sustitución de la Hna. Lucía desde el año 1949) le manifesté: “Ello es imposible: no es la Iglesia de Filadelfia (hasta Pio XII) que hubiera pergeñado esa sustitución, hay una foto de los años cincuenta que es de la verdadera Hna. Lucía, hay un mensaje personal de Nuestro Señor a la Hna. Lucía que transcribe Frère François en “Joie intime, evénement mondial” que es de mayo de 1952 por el cual Nuestro Señor “sigue esperando la consagración, sin la cual Rusia no se convertirá ni habrá paz” y la entrevista auténtica de 1957 con el P. Fuentes. Luego en los sesenta se nos plantea la cuestión decisiva de la participación de la Hna Lucía en el novus ordo, lo cual es imposible, y aun más imposible que Nuestro Señor no le advirtiera si es que ella no pudo conocer su alcance. Es allí cuando aparece la Hna. Lucia de aspecto diferente (con lentes, diferente dentadura, etc). Hay una foto de ésta con Oliveira Salazar. No obstante, sustitución no quiere decir que la verdadera Hna. Lucía hubiera muerto o la hubieran matado. Lo más probable es su reclusión, con una “libertad vigilada”. Me explico: existen escritos de Lucía que son conformes a la verdad (la “desorientación diabólica” en los setenta, “la consagración no se hizo como pidió la Virgen” en los ochenta, etc)

En lo referente a la parte ocultada del tercer Secreto conviene tener presente lo que sostuvo el P. Schweigl, enviado por Pio XII a Fátima: “el tercer secreto consta de dos partes: una que refiere al Papa y la otra, aunque nada deba decir, es lógicamente, la continuación de las palabras "en Portugal se conservará siempre el dogma de la fé". No se puede dudar pues de que esta frase forma parte del Secreto.

Se podrían decir muchas cosas de esta frase trunca: primero, en cuanto a su ubicación, ya advertimos que no se podía alterar el orden de las palabras de la Virgen. Recalcamos lo de que son palabras de la Virgen, no inventadas por la hermana Lucía. Y esa ubicación es después de “le será dado al mundo un cierto tiempo de paz”. El orden del secreto pudo ser éste: visión del infierno- devoción al Corazón Inmaculado para salvar a Rusia y al mundo- visión del Papa muerto (si consideramos la existencia de dos textos complementarios en el tercer  Secreto) -las palabras que vienen después de “En Portugal se conservará siempre el dogma de la fe, etc” (estas palabras son de hecho el Secreto que se envió a Roma en sobre cerrado, el que asustó a las autoridades al punto de ocultarlo y que debía abrirse “a más tardar en 1960”); segundo, esto no quiere decir que se siga necesariamente una cronología, pudiera pasar como en el Apocalipsis donde las visiones no son lineales, ya que el secreto consta de tres partes “distintas”. En tal caso, suponiendo que se hable de una apostasía, ésta perfectamente pudiera tener lugar antes del triunfo final; tercero, “dogma de fe” no supone necesariamente que se esté hablando de la Fe como virtud teologal, puesto que pudiera referir a algún dogma en particular: “fe en la Resurrección , en la Presencia real, etc” (nótese que “fe” se encuentra en minúscula en la transcripción de la Hna. Lucia). Por tanto, la deducción de todos los expertos de que se refiere a la apostasía en los más altos puestos no puede asegurarse con base en esta sola frase; cuarto, si se tratara de la Fe en general, es cierto que ésta no se ha conservado en Portugal, tampoco vislumbramos que en Portugal se haya conservado algún dogma en particular. Que se conserve en un “resto” no parece condecir con el adverbio “siempre” ya que ese “resto” haría su irrupción en algún momento y precisar que esa preservación tenga lugar en un remanente parecería redundante; quinto, de acuerdo a lo que acabo de decir, se trataría de una profecía que tendrá lugar en el futuro, probablemente después de instaurado el reino de paz y algo más sobre lo que todavía tenemos dudas y que no podemos aseverar.