Mostrando entradas con la etiqueta Papado. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Papado. Mostrar todas las entradas

viernes, 10 de septiembre de 2021

Etiquetas III

Una aclaración previa, en la presente secuela, suprimimos dos de las anteriores "etiquetas" ("acuerdismo" y "resistencia")  por carecer de actualidad y las sustituímos por la de "Neo tradis" (aunque a decir verdad, aquéllas "etiquetas" dicen relación con ésta, por otros motivos que veremos a continuación).

1- "Neo tradis"

Los así llamados "Institutos tradicionales" (Fraternidad San Pedro, Instituto Cristo Rey, Fraternidad San Felipe Neri, Instituto del Buen Pastor entre otros) emitieron un lamentable comunicado en respuesta al motu proprio "Traditionis custodes".  Es lamentable  porque no va a las causas  (aun cuando se puedan lamentar las consecuencias) y protesta aferrarse a los principios que trajeron estos males o peor aún, condesciende con ellos: «Reafirmamos nuestra adhesión al magisterio (incluido el del Vaticano II y lo que sigue) según la doctrina católica del asentimiento que le corresponde», se lee en el comunicado. Adviértase que no es la "lectura a la luz de la Tradición" (que podría 'salvarlos' a ellos pero no los exime de denunciar o criticar los errores que en él se encuentran), ni la mentada "hermenéutica de la continuidad" (una forma de hacerle decir al Concilio lo que éste no dijo, esto es, una falsedad que pretende disculpar a sus autores). No, en este caso, se dice que se presta un "asentimiento" (para un Magisterio "mere auténtico" no vinculante en caso de presentar errores) que supone o implica aceptación (poco importa si es solo al nivel privado o del fuero interno). Como corolario, aceptan el "birritualismo", contrariando el deseo explícito de la "Bula Quo primum tempore" en el sentido de que hubiera "un sólo rito" en la Iglesia latina, condescendiendo con el rito equívoco y vulnerador de la doctrina "de fide tenenda" que implica -entre otras- la de no separar el tabernáculo del altar. Por fin, la plañidera de dirigirse al Papa con sus mismos argumentos (apelando al "diálogo" y a la "misericordia") como si éstos no constituyeran meros vocablos carentes de sustantividad tendientes a desfigurar la  doctrina genuina en relación a ambos.

2- Papado

Se rumorea de que al Papa le quedarían pocos meses en su oficio, bien sea por motivos de salud o de renuncia voluntaria. Lo cual, en forma subliminal (consciente o no) como que se desea por parte de quienes vierten la noticia. A esto decimos y reiteramos (lejos de la fijación de algunos) de que Francisco no es el peor de los Papas conciliares.  A vía de ejemplo, el reciente Motu proprio no hace más que retrotraer las cosas a 1969-1970, cuando Pablo VI suprimió de hecho la liturgia tradicional y la sustituyó por el rito equívoco.  Rito que tuvo su plena expansión en el largo pontificado de Juan Pablo II, el cual "excomulgó" a quienes querían mantener el rito inmemorial, y rito que fue celebrado siempre por Benedicto XVI pese a su declarada "simpatía" por lo tradicional, creando perplejidad entre los fieles.

3- Fátima

Las apariciones y sus mensajes han quedado sepultadas en el olvido por parte de las autoridades modernistas y,  nos parece a nosotros, han sufrido también cierta marginación en ámbitos más tradicionales, Sin embargo, la promesa del "triunfo" final sigue estando allí, junto con la discutida "séptima aparición" allí mismo dónde ocurrieron los acontecimientos (Cova da iria). A la vista de la realidad -cotejada con la interpretación que hacemos del Apocalipsis- pensamos que la "aniquilación de muchas naciones", no es otra cosa que el resultado del "Juicio de las naciones" y de que a raíz de este o en ese contexto, el Papa sobreviviente haría la consagración de Rusia en las condiciones pedidas por la Virgen. La expresión "al fin" vendría a coincidir pues con el "fin del tiempo de los gentiles" y la entrada de la "totalidad" de éstos a la Iglesia, seguida en forma inmediata por la conversión de los hebreos (Rm 11, 25).

4- Apocalipsis

Hemos actualizado el Album con unas pequeñas notas en relación a los "tres heraldos de los juicios de Dios"  en el capítulo XIV. Seguimos manteniendo reserva en cuanto a los componentes del "misterio de iniquidad". En relación a ello y a la actualidad, recomendamos un artículo de Juan Manuel de Prada sobre la "marca de la bestia" y su supuesta identificación con las vacunas del covid-19. Sabemos que el final de las Bestias se aproxima, pero debemos precisar, respecto de lo informado en la misma "etiqueta" de la entrada segunda, de que no habrá "reivindicación" de los Testigos, no al menos en el sentido que podría dársele en nuestra interpretación anterior sobre estos personajes: la "resurrección"  de éstos "a la vista de sus enemigos" aconteció con el nacimiento de la FSSPX, luego de que los enemigos de la Iglesia se figuraran que la "Iglesia pre conciliar" estaba "muerta". El final de los "1260 días" simbólicos nos depara en cambio una multiplicidad de eventos de altísima repercusión: los relatados en la etiqueta que precede ("Juicio de las naciones" a manera de "siega": "Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado , porque la mies de la tierra está madura" Joel 3. 13, Ap 14, 20), la "purificación del Santuario" (Dn 8, 14)  y la instauración del Reino mesiánico. 

jueves, 25 de junio de 2020

Benedicto XVI y la "salida" del Vaticano



En estos días la prensa católica y en particular algunos medios católicos han analizado el viaje que Benedicto XVI realizó a su tierra natal, más concretamente a la ciudad de Ratisbona,  con el alegado motivo de visitar a su hermano enfermo, el P. Georg Ratzinger de 96 años  (el Papa emérito tiene 93 años).

El hecho no pasó desapercibido, ya que se trata de la segunda vez en siete años que deja su retiro, la primera ocasión fue para pasar unos días en Castel Gandolfo, cerca de Roma. La comitiva estuvo integrada, en la reciente visita, por su secretario, el Arzobispo Georg Ganswein, algunas religiosas y personal de seguridad. 

Nosotros ya hemos definido lo que nos pareció el pontificado del Papa alemán (y en esto podemos ver alguna coincidencia con la visión del ex Arzobispo Vigano el cual expresó que el mismo significó una suerte de 'desaceleración' de la Revolución conciliar): un Papa 'conservador' pero de los 'logros conciliares', especialmente los de su predecesor, de quien continuó la línea sólo con un barniz 'tradicional'. Su mayor mérito en este sentido fue la liberación de la Misa tradicional y el levantamiento de las 'excomuniones' a los Obispos de la FSSPX (y en esto ofició como causa necesaria para que Francisco otorgara de hecho un reconocimiento canónico a la referida Fraternidad).

Lo cierto es que se especuló mucho sobre las verdaderas intenciones del viaje, desde remarcar que el escudo de la ciudad de Ratisbona presenta dos llaves al modo de las llaves del Vaticano, pasando por la eventualidad de que el Papa emérito no regresara al Vaticano, hasta señalar lo raro que este viaje suponía. Pero nos queremos detener en una de estas especulaciones, que es la que trae a colación uno de los sueños de San Juan Bosco, que dicen relación a un Papa que sale del Vaticano con su séquito para luego hacer un retorno triunfal, con canto de 'Te Deum' incluído.

Transcribimos algunos pasajes (el texto completo, en portugués, se encuentra aquí): 

"En ese momento, se vio una multitud de hombres, mujeres, ancianos, niños, monjes, monjas y sacerdotes, con el Pontífice al frente, dejando al Vaticano en procesión. Pero he aquí hay una tormenta furiosa que oscurece algo esa luz. Una batalla parecía librarse entre la luz y la oscuridad. Llegamos a una pequeña plaza cubierta de muertos y heridos, muchos de los cuales pidieron consuelo en voz alta.

Las filas de la procesión se volvieron bastante delgadas. Después de caminar por un espacio de doscientos amaneceres, cada uno se dio cuenta de que ya no estaba en Roma. El asombro invadió los espíritus de todos, y todos se reunieron alrededor del Pontífice para proteger a su persona y ayudarlo en sus necesidades.
(...)
Cuando, por fin, pisó la ciudad santa, comenzó a llorar por la desolación en la que se encontraban los ciudadanos, muchos de los cuales ya no existían. Al entrar de nuevo en Roma, cantó el Te Deum, que fue respondido por un coro de ángeles, cantando: 'Gloria in excelsis Deo, et pax in terris hominibus bonae voluntis'. Cuando terminó el canto, la oscuridad había cesado y apareció un sol muy brillante. Las ciudades, los pueblos, los campos tenían una población muy reducida, la tierra estaba pisoteada como por un huracán, una tormenta y un granizo, y la gente se dirigía a los demás diciendo con un espíritu conmovido: "Hay un Dios en Israel". Desde el comienzo del exilio hasta la canto del Te Deum, el sol salió doscientas veces. Todo el tiempo necesario para lograr estas cosas corresponde a cuatrocientos amaneceres ".

Pues bien, la analogía pretendida con la 'escapada' de Benedicto XVI se termina allí. En realidad, nuestra interpretación del sueño es otra: la "noche oscura" es la que comenzó con Juan XXIII, la 'luz esplendorosa' es la de [ed. las apariciones de Fátima], la "salida del Vaticano" (del Pontífice y su séquito de seglares y clérigos) no puede ser  sino una 'salida' de la verdadera doctrina con 'muertos y heridos' que son las víctimas de esas desviaciones. Le sigue un estrechamiento de las filas de los fieles (la 'apostasía' se hace general); el 'percibir que no se estaba más en Roma' no tiene sentido si se refiere a una salida física y no es otra cosa que la toma de conciencia (por parte de algunos) del hecho de haberse apartado de la doctrina y liturgia tradicionales. 

Luego se ve al Papa (aclarando que no debemos personalizar), el cual es rodeado por los fieles asustados que buscan reunirse entorno suyo y asistirlo en sus necesidades, pero los 'hijos verdaderos' imploran todavía su retorno  y por ello estamos en condiciones de afirmar que, al presente, ni Benedicto ni Francisco están en la verdadera doctrina (dicho esto para los 'benevacantistas' pero también para los 'franciscofóbicos' que dejan de rezar por su conversión). Acto seguido, se describe el auxilio de la Madre de Dios a través de 'ángeles' o mensajeros que sugieren que  'los pobres serán los evangelizadores de los pueblos' y de entre ellos se tomarán a los 'levitas' (ya no habrá cabida para los 'expertos' o los 'teólogos'). Y finalmente, la 'vuelta a Roma', que no puede significar otra cosa que el retorno a la Tradición, pero en un cuadro de desrucción material y humana, lo que hace suponer que dicho triunfo sigue a un juicio general, que será el anticipo de la Venida de Cristo.

sábado, 15 de septiembre de 2018

Veganos


Esta vez dudamos en cuanto a salir al ruedo -contrastando con el prudente silencio oficial de la FSSPX en relación a las denuncias del Arzobispo Viganò- en tanto sería volver sobre aspectos ya elucidados desde esta bitácora. Pero puesto que no somos oficiales sino "oficiosos" -sólo en carácter de fieles de la FSSPX- y que a  los del cisma del "Non serviam" y a los de la herejía-cisma de la "Proditio" les llama la atención ese silencio, vayan nuestras consideraciones.

La crisis en la Iglesia no empezó con Francisco y si no enmarcamos las críticas a este último en un contexto de crisis de Fe que data de acaecida la muerte de Pío XII, con un punto culmen en 1969 con la instauración del Novus ordo missae -comienzo de la 'gran tribulación'- y cuyo final será por intervención divina no obstante los instrumentos humanos de los que El se valga, nada habremos entendido. 

El homosexualismo y sus tapaderas son en definitiva una crisis de Fe  la que, como acabamos de reseñar,  empezó hace más de cincuenta años. Así lo deja en claro San Pablo en sus Epístolas (Rm 1, 18-32) : "porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron  en sus razonamientos y su insensato corazón  se entenebreció: jactándose de sabios se volvieron estúpidos, cambiaron la gloria  del Dios incorruptible por una representación en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos, de reptiles. Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos; a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del Creador, que es bendito por los siglos. Amén""Por eso los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza; igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío."

Y no nos referimos a los pecados individuales de esta naturaleza (o contra naturaleza, como prefieran), de los que se puede rastrear su existencia ya no sólo desde antes del Concilio Vaticano II sino, si se quiere, desde los inicios de la humanidad. Nos referimos al "lobby", a las "redes", al "establishment", a la "logia conciliar" la que, puesto que ha perdido la Fé, no reconoce el pecado ni tampoco teme a su castigo.

Así pues, que quede claro que en la base de estos escándalos está la falta de Fé o más bien, la sustitución de la Fe en Dios por la del hombre: La religión del Dios que se ha hecho hombre se ha encontrado con la religión (porque lo es) del hombre que se hace Dios” (Pablo VI, Discurso de clausura del Concilio Vaticano II). Y si el hombre se hace Dios, puede disponer libremente de su ser y de su sexualidad...Y quienes, azuzados por las "redes" (esta vez aludimos a las que se propagan desde "internet") presentan estos casos como salidos de la nada o de ayer, están falseando la cuestión. 

Notese  que el mismo Mons. Viganò menciona en sus alegaciones a "San" Juan Pablo II, lo que evidencia que no quiere reconocer la raíz del problema. El "Santo" que proclamó que "todo hombre por la Encarnación está unido a Cristo" no nos está diciendo otra cosa que no importa cuál sea el pecado, ya hay salvación, sin necesidad de recurrir a la gracia.  Y así sus denuncias pasan a tener un mero aspecto de naturaleza ofendida, sin otra connotación a lo sobrenatural, y de reclamo de una "facción" (la "conservadora",  que sólo pone énfasis en la "vida" pero no en la "vida de la gracia" que presupone la Fe íntegra). 

Atento a ello, cabe preguntarnos a qué vienen los reclamos de los cismáticos y cismáticos-herejes para que la FSSPX se pronuncie. Si lo hiciera sin más, no haría otra cosa que sumarse a la prédica de los reduccionistas "conservadores", omitiendo el problema de fondo; y en cuanto a denunciar la raíz de los problemas que aquejan a la Iglesia,  ya está más que explicitada por su parte. Podrían alegar que el mal,  probado éste en toda la extensión que se denuncia (no nos olvidemos de ello), necesita publicitarse a fin de erradicarlo.

Pero tampoco ello resulta claro, desde que la solución propuesta (la "renuncia" del Papa) traería aparejada más dificultades que soluciones: las de tener que establecer, nuevamente, si la renuncia sería válida atento a que respondería a "presiones" (sumada a la de Benedicto XVI,  la que ya ofrece dudas); la elección de un nuevo Pontífice el que, a la vista de la composición del Colegio cardenalicio, no presenta buenos augurios; y por último, pero no menos importante, se vería como un elemento propio de los sistemas políticos y no de la Iglesia como institución divina, como bien lo han señalado otros.

Como siempre, los cismáticos y los cismáticos-herejes, quieren adelantarse a la Providencia. No nos dejemos embaucar por sus insidias, ni tampoco por las de los carnales faltos de Fe. Abstengàmonos de sus trampas, seamos veganos.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Visibiliter



Un concepto básico a tener en cuenta en este tiempo de confusión generalizada,  es el de que Dios actúa por instrumentos visibles.

Dios dejó una Iglesia visible, una estructura con una Cabeza visible y con miembros también visibles, en cuanto profesan la misma Fe, practican los mismos Sacramentos y están sometidos a la misma Jerarquía (cfr. la definición de "católico" del Catecismo de San Pío X). Tanto es así que no puede haber Iglesia sin Papa visible ("Ubi Petrus, ibi Ecclesia"), sucesor en la línea de Papas desde San Pedro. De ahí que no pueda nunca sostenerse -sin negar este dogma- la tesis "sedevacantista" y su variante "Papa materialiter" (el Papado es pleno y jurisdiccional). 

Distinto es el caso de sostener, en la coyuntura actual, que el Papa sigue siendo Benedicto XVI. Ello sería posible debido a una renuncia inválida, sea por no haber sido libre o por no haber querido renunciar al papado en forma plena, aunque esto sólo podría conocerse si el propio involucrado reivindicara para sí el papado (atención que aquí vale también lo que se alega para la invalidez, el reclamo debe ser del papado en forma plena, ya que no existe un papado "contemplativo" opuesto a otro "efectivo").

Para la resistencia (sin comillas) a la "Iglesia conciliar" Dios ha elegido también un instrumento visible: una comunidad de Sacerdotes y comunidades de Hermanos o de religiosos así como los fieles unidos a ellas. Esto no puede ser de otro modo. Sabemos que Dios no deja a nadie desamparado: “Yo fui joven, y ya soy viejo, y no he visto al justo desamparado, ni a su descendencia mendigando pan" (Salmo 37). Sabemos también que al comienzo de la "gran tribulación" (en la que estamos inmersos sin lugar a dudas) Dios enviaría a "dos Testigos" ("Testigos" y no "figuras" o "murallas", por tanto: católicos y no paganos, contemporáneos al "misterio de iniquidad" y no "obstáculos" que al ser removidos permiten su aparición, como se sostiene en cierto blog...). 

Y sabemos cuáles son las características que definen a esos "Testigos", similares a la de sus "tipos" bíblicos: 'restaurar el altar que estaba caído' (el rito sacrificial), 'reconciliar a los padres con los hijos' (llevar la Tradición a las nuevas generaciones), 'restaurar todas las cosas previo al Juicio del Señor' (restauración de la Iglesia), ser ejemplo de 'penitencia' (a través del mantenimiento de las "reglas" y la disciplina de las distintas vocaciones religiosas). La indumentaria (real o figurada): 'vestidos de saco' o de penitencia (la sotana y el hábito lo son). El derrotero: testimonial, 'muerte' (espiritual o "excomunión"), 'cadáver insepulto' ("irregularidad canónica"), 'resurrección'.  Sólo una comunidad visible reúne todas estas notas, y ella es la FSSPX (y comunidad de Hermanos o religiosos)

Entonces, la claridad conceptual y de actuación no provendrán de las tesis "sedevacantistas" o "materialiter", ni de los Obispos o Sacerdotes que fuera de una organización visible y reconocible se han transformado en "adalides" de un grupo reducido de seguidores (decimos bien "seguidores" y no "fieles", porque éstos lo son a una doctrina antes que a un "líder" o "maestro", y por ello la FSSPX cuenta con un "Superior General" que es elegido por un Capítulo, que no dura para siempre en su puesto y que no necesariamente es un Obispo de los cuatro que ordenara el fundador). Tampoco de los Obispos o Cardenales que en forma tardía reaccionan o pretenden hacerlo contra el mal instalado en el "Templo" (cfr. Ap 11) y que no califican como "Testigos".

martes, 6 de junio de 2017

Etiquetas II

Habida cuenta de cierta evolución en cada una de las "etiquetas" que comentamos en una entrada anterior, procedemos a desarrollar y a clarificar lo atinente a cada una de ellas, suscribiendo lo anteriormente dicho:

1- "Acuerdismo"

Decíamos que no hay nada que acordar sino que Roma debe reconocer a la FSSPX tal cual es. Lamentablemente, este punto no es entendido por todos dentro de la FSSPX y algunos "exigen" el firmar una "nota doctrinal" en aras de un supuesto mejor entendimiento en el futuro (al parecer, los famosos "prerrequisitos" apuntaban a lo mismo). Este error puede responder a dos factores: el primero, el dar largas a las negociaciones -lo que claramente era la intención de los infiltrados de celo amargo y puede serlo ahora de los dubitativos- a sabiendas de la dificultad que insume tal propósito; el segundo, una condición puesta por la propia Roma para intentar comprometer a la FSSPX de alguna forma. Además de ello, agregamos nosotros, la firma de tal "acuerdo doctrinal" resulta peligroso aun cuando no suponga concesión para la Fe: se corre el riesgo de pecar por omisión, por ej. al afirmar que la nueva misa es "válida", lo cual puede llegar a ser cierto, porque se estaría omitiendo la maldad del rito en cuestión o al decir que los documentos del Concilio deben leerse "a la luz de la Tradición", lo cual también es verdad, porque se estaría omitiendo que muchos de ellos presentan verdaderos errores. Nuevamente, no vemos ninguna necesidad de acordar nada.

2- "Resistencia"

En la entrada anterior distinguíamos la posible fundamentación de esta postura de las formas adoptadas por sus proponentes. Nos quedamos cortos en la apreciación, ciertamente negativa de esta corriente. Las formas están a la vista, no necesitan de mayor explicación. Pero la fundamentación es inexistente o en todo caso carente de verdad. Fuimos nosotros, en un intento de querer blanquear la posición en personas que creemos de buena voluntad, que tiramos el salvavidas del "miedo grave". Pero resulta que éste es alegado sólo en forma implícita y,  en ocasiones, ni siquiera de esa forma. Así por ejemplo, las consagraciones ilícitas de Mons. Williamson tuvieron como fundamento una "amenaza de guerra" (en Siria, extensible al mundo) sin ninguna relación con la perpetuación del episcopado tradicional, y una supuesta "defección" de la FSSPX (excusa que resulta de transformar un eventual miedo subjetivo a traicionar la Fe en una causal objetiva). En consecuencia, la "resistencia" ha devenido en una corriente materialmente cismática. Distinto sería el caso de que mañana Mons. Fellay -en vistas, supongamos, de la existencia de unas condiciones inaceptables para el reconocimiento romano- decidiera consagrar Obispos sin autorización de Roma, puesto que en ese caso lo haría por la misma razón objetiva que Mons. Lefebvre, esto es, la de perpetuar la Tradición (teniendo presente la edad y la salud de los Obispos que permanecen fieles así como las necesidades del apostolado).

3- "Papado"

Seguimos viendo con preocupación las críticas sistemáticas al Sumo Pontífice. Este puede "hablar como el Dragón" (y lo hace), pero "tiene cuernos como el Cordero" (no ha perdido la potestad para mandar cosas legítimas, sea por jurisdicción propia o suplida).  Por otro lado, su hablar contrario a la Tradición pensamos que está lejos,  en cuanto a su poder de seducción, del de un Juan Pablo II con su "gnosis" de la "salvación universal". Algunos perciben su acercamiento a la FSSPX como un intento de debilitar a la institución. Pensamos que no es así, como tampoco lo fue el reconocimiento administrativo operado en Argentina. No debemos descartar en ningún momento que la Providencia divina se valga de instrumentos poco dignos o contradictorios para un buen fin. 

4- "Fátima"

Ya nos hemos referido a ella en entradas específicas en el blog. Otros blogs han insistido en la deformación del mensaje de Fátima que emana de Roma. Nuestra preocupación ha sido desmontar las alteraciones al mensaje que provienen de sectores que podríamos denominar de la "oposición" al conciliarismo, sean éstos "neo tradis" o "sedevacantistas", por estimarlas más peligrosas. La postura de que la consagración de Rusia ya fue realizada, la hemos contradicho con dos argumentos: las declaraciones de la auténtica Hna. Lucía al P. Agustín Fuentes en 1957 que recuerdan que aquél país no se había "convertido" en ese año y no olvidemos, la afirmación de que "la Santa Virgen está muy triste porque nadie hace caso de su mensaje, ni los buenos ni los malos...", así como por otras declaraciones de la misma Hna. Lucía, cuando ante la noticia de la consagración (incompleta) de 1952 pide "paciencia" (lo que supone seguir esperando algo) o cuando, en 1967, indica cómo "el mundo podría entrar en una era mejor de paz, tranquilidad y salvación": "arrancando esta gracia del Corazón de Dios por medio del Corazón Inmaculado de María"; la constatación de la realidad: el sinsentido de un "cese de la persecución interna en Rusia" mientras se sucedían los ataques del comunismo en todo el mundo y la falta de paz ininterrumpida desde el fin de la Segunda guerra mundial. Recordemos que la promesa de un "triunfo final" es incondicional y que sea "tarde",  como lo será, no quiere decir en forma defectuosa, puesto que las promesas anexas también se cumplirán infaliblemente (nosotros pensamos que se trata del triunfo de la Virgen sobre la serpiente antigua, del fin de la era de los gentiles y de la paz escatológica). 

5- "Apocalipsis"

Esta claro para nosotros que el final de los "1260 días" se encuentra relativamente próximo. Ese término simbólico, equivalente a los "42 meses", a los "tres años y medio" y al "tiempo, tiempos y medio tiempo" se caracteriza por dos desarrollos paralelos: la predicación de los "dos Testigos" (Ap XI, 3) y la persecución de los santos (Ap XIII, 5). En relación a ello, nos vemos obligados a hacer una precisión importante, dada la identificación que hemos efectuado de los Testigos: no creemos posible que vaya a existir "reconocimiento" de la FSSPX mientras perdure el "Falso profeta", puesto que este opera como soporte de la "primera Bestia" -a la que se le dió "poder sobre los santos para vencerlos"-  y  no podría contravenir ese poder. Así pues, la "reivindicación" de los Testigos es casi probable suponga algo distinto, quizás hasta la misma desaparición de sus oponentes [pronóstico que no altera los criterios de actuación que mencionamos en las etiquetas  1 y 2]

sábado, 12 de noviembre de 2016

Los trasfondos de algunas críticas

Se ha abierto en el foro de Hispanismo.org un interesante hilo de discusión  cuya lectura recomendamos a nuestros lectores. 

En líneas generales compartimos la opinión del participante "Kontrapoder", de quien extraemos estas consideraciones al azar: 

Por descontado, puede darse el caso de personas que critiquen al Papa pero sin que esto venga determinado por su apreciación positiva del Putin. O de personas cuyas críticas vienen dictadas por su amor a la Iglesia y no porque quieran utilizarla para sus fines políticos

Comentas tu desagrado por el mamoneo con los luteranos. Créeme que soy el primero que detesta cualquier tipo de trato con los protestantes. Pero, si no recuerdo mal, en estos mamoneos con los protestantes incurrieron también los dos papas anteriores. Entonces entiendo que no hay que atribuir toda la responsabilidad a Francisco al tiempo que se idealiza a los dos papas anteriores; ni hay que alarmarse en exceso por una cosa que, por desgracia, nos es muy familiar a los que llevamos más de tres décadas en el mundo. Lógicamente, hay que combatir estas desviaciones, pero atribuyendo a cada uno la cuota de responsabilidad que le toca. Por otra parte, siempre he creído que al pontífice reinante hay que guardarle un respeto extra, que no es exigible con los papas anteriores, sólo por el hecho de estar en ese momento a la cabeza de la Iglesia. Porque entiendo que si las críticas rebasan cierto nivel pueden empezar a hacer daño a la Iglesia.

Hablábamos sobre el "mamoneo" con los protestantes. Es razonable estar disgustados por lo del Papa Francisco en Suecia, pero me gustaría recoger varias noticias que prueban que estas acciones no son nuevas ni sorprendentes, sino que responden a una sucesión temporal de eventos en la que tienen un papel muy destacado los dos papas anteriores. Es fundamental conocer los antecedentes de de las noticias. A veces con la hemeroteca se comprende el presente mejor que con las noticias de actualidad.   [ver la documentación con que apoya sus afirmaciones, muy ilustrativa]

Está claro que hay que dar una respuesta. Pero hay respuestas y respuestas. Las de la FSSPX suelen ser bastante equilibradas y caritativas. Las de Infocatólica faltan a la caridad más elemental y en mi opinión son fruto de oscuras razones ideológicas. Cualquier repuesta que no pase por reconocer que los males de Francisco vienen de papados anteriores es un engaño.


En una línea parecida, los infocatólicos critican absolutamente todo lo que ha hecho el Papa Francisco salvo una cosa: la canonización exprés de Juan Pablo II. Esta es una grave contradicción que indica un fallo de base.

Si se presenta lo de Francisco como una iniciativa loca salida de la nada, sin anclaje en los papados anteriores, en mi opinión estas críticas no sirven para mejorar la Iglesia y de hecho podrían resultar contraproducentes. Por otra parte, referirse a Francisco en términos irrespetuosos, como los del viejo verde, hace daño al papado como institución y siembra de bayonetas el camino del próximo papa, incluso si resultase ortodoxo.

Lo que pasa es que ese tic neocón lo tienen los infocatólicos y lo tienen la mayoría de críticos de Francisco en el espectro conservador. El mensaje de Pío Moa lo puse para ejemplificarlo. También he observado que algunos tradis han adquirido el tic, y es que estas cosas suelen ser contagiosas. Naturalmente, dejo fuera a la FSSPX, que siempre ha planteado una crítica global (por lo menos hasta el CVII) y coherente.



Por cierto la misma Infocatólica anuncia con cierto recelo que el acuerdo con la FSSPX está casi listo:

Y, como en ocasiones anteriores, surgen los conservadores --últimamente radicalizados hasta rozar el sedevacantismo-- que intentan boicotear el regreso [digamos el "oficial"] de la FSSPX a la Iglesia, demostrando que en el fondo se mueven por impulsos ideológicos


Además, tenemos la certeza de que los derechistas provida en realidad son pro elección: en ningún caso están dispuestos a encarcelar a las mujeres que abortan, a las que contemplan como víctimas. Como mucho aspiran a que sus asociaciones provida reciban subvenciones. Lo vimos con la reciente mascarada de los provida polacos y lo vemos a diario con el PP y las asociaciones provida que operan en sus aledaños. Por lo tanto, que Trump se haya definido como provida no significa nada. Es una táctica habitual de todos los candidatos republicanos.

Uno de los problemas de Francisco es que hace muchas declaraciones, con lo que los diferentes grupos de presión seleccionan sus palabras, aislándolas del contexto, para hacer sus campañas de propaganda. Esto ya ocurría con Juan Pablo II, que inauguró la era de los papados mediáticos. Por otra parte, el hecho de que le siga una cámara que registra todos sus gestos y declaraciones hace que Francisco parezca poco santo y poco sabio. Mas seamos sinceros: si los papas anteriores (incluidos aquellos a los que se tiene por santos) hubieran seguido ese ritmo mediático, tampoco habrían parecido muy santos y de hecho habrían dado lugar a toda clase de críticas. Esa constante presencia en los medios desacraliza el papado y es incompatible con la percepción de santidad o de sabiduría de la que disfrutaron otros papas. Ya no te digo lo que pareceríamos nosotros si nos siguiese una cámara a todas partes. Eso debería hacer que seamos más benignos a la hora de juzgar a Francisco, aunque también debemos recomendarle que, por el bien de la Iglesia, deje de frecuentar los medios.

Muchas de estas consideraciones las hemos formulado en esta bitácora y nos complacemos si, de algún modo, hemos podido influir en el pensamiento de quien escribe las líneas citadas más arriba. Para muestra, nuestras entradas en reacción a la "Amoris laetitia" (aquí)  y -valga la redundancia- a la "reacción tardía de los tradi-fariseos-tardíos" (aquí)

jueves, 20 de octubre de 2016

Ubi Sedes

Hay quienes sostienen que la "Iglesia conciliar" no es la Iglesia católica.  En unos, ello es pretexto para negar jurisdicción a las actuales autoridades;  en otros,  para rehusarle obediencia (aún en lo que es legítimo, i.e la recepción de un marco canónico). 

Han sido múltiples los intentos por demostrarles que tal aserto es simplemente un sofisma, entre ellos, destacamos el último, de la revista "Si si no no" reproducido en el portal "Adelante la Fe". Por nuestra parte, hicimos lo mismo al categorizar al "Falso profeta" (aquí)

Pues bien, vamos a recurrir ahora a un texto, la conocida oración-exorcismo del Papa León XIII, del cual reproducimos un fragmento en sus versiones latina y castellana, para luego formular un simple silogismo que desmonta la separación que se pretende efectuar entre "Iglesia conciliar" e "Iglesia católica":

En antiquus inimicus et homicida vehementer erectus est. Transfiguratus in angelum lucis, cum tota malignorum spirituum caterva late circuit et invadit terram, ut in ea deleat nomen Dei et Christi ejus, animasque ad æternæ gloriæ coronam destinatas furetur, mactet ac perdat in sempiternum interitum. Virus nequitiæ suæ, tamquam flumen immundissimum, draco maleficus transfundit in homines depravatos mente et corruptos corde; spiritum mendacii, impietatis et blasphemiæ; halitumque mortiferum luxuriæ, vitiorum omnium et iniquitatum.
ECCLESIAM, AGNI IMMACULATI SPONSAM, FAVERRRIMI HOSTES REPLEVERUNT AMARITUDINIBUS, INEBRIARUNT ABSINTHIO; AD OMNIA DESIDERABILIA EJUS IMPIAS MISERUNT MANUS. UBI SEDES BEATISSIMI PETRI ET CATHEDRA VERITATIS AD LUCEM GENTIUM CONSTITUTA EST, IBI THRONUM POSUERUNT ABOMINATIONIS ET IMPIETATIS SUÆ; UT PERCUSSO PASTORE, ET GREGEM DISPERDERE VALEANT.
He aquí que el antiguo enemigo y homicida se ha erguido con vehemencia. Disfrazado de “ángel de luz” (II Cor. 11, 14) con la escolta de todos los espíritus malignos rodea e invade la tierra entera, y se instala en todo lugar, con el designio de borrar allí el nombre de Dios y de su Cristo, de arrebatar las almas destinadas a la corona de la gloria eterna, de destruirlas y perderlas para siempre. Como el más inmundo torrente, el maligno dragón derramó sobre los hombres de mente depravada y corrompido corazón, el veneno de su maldad: el espíritu de la mentira, de la impiedad y de la blasfemia; el letal soplo de la lujuria, de todos los vicios e iniquidades.
LOS MÁS TAIMADOS ENEMIGOS HAN LLENADO DE AMARGURA A LA IGLESIA, ESPOSA DEL CORDERO INMACULADO, LE HAN DADO A BEBER AJENJO, HAN PUESTO SUS MANOS IMPÍAS SOBRE TODO LO QUE PARA ELLA ES MÁS QUERIDO. DONDE FUERON ESTABLECIDAS LA SEDE DE SAN PEDRO Y LA CÁTEDRA DE LA VERDAD COMO LUZ PARA LAS NACIONES, ELLOS HAN ERIGIDO EL TRONO DE LA ABOMINACIÓN DE LA IMPIEDAD, DE SUERTE QUE, GOLPEADO EL PASTOR, PUEDA DISPERSARSE LA GREY. OH INVENCIBLE ADALID, AYUDA AL PUEBLO DE DIOS CONTRA LA PERVERSIDAD DE LOS ESPÍRITUS QUE LE ATACAN Y DALE LA VICTORIA.
Premisa universal: la Sede de Pedro y la Cátedra de la Verdad es la Iglesia Católica
Premisa particular: los enemigos de la Iglesia han erigido el "Trono de la abominación de la impiedad" ("Iglesia conciliar") en la Sede de Pedro y la Cátedra de la Verdad
Conclusión: la "Iglesia conciliar" se encuentra en la Iglesia católica

Por supuesto que el hecho de que se encuentre en ella no quiere decir que sea propio de ella, así como un virus que se encuentra alojado en un cuerpo humano es ajeno a éste. Por eso decimos que la "Iglesia conciliar" es un cuerpo doctrinal enquistado en la Iglesia católica. El Pastor  -y no el "falso Pastor"-  es "golpeado" en cuanto retoma las falsas doctrinas, y así es que la "grey se dispersa". 

jueves, 15 de septiembre de 2016

"Todo es posible"



Ya hemos planteado las dificultades que presenta el saber con certeza sobre quién recae el Papado desde la renuncia de Benedicto XVI (aquí y aquí). Hemos referido que existe una posibilidad que la misma haya sido inválida y que en ese caso Francisco sería sólo "Papa putativo", ejerciendo de hecho la potestad papal pero limitada a los actos para el bien común de la Iglesia (ello explicaría, entre otras cosas, la "no asistencia" para "canonizaciones" dudosas...)

Pues bien,  en el reciente libro-entrevista "Ultimas conversaciones" con el Papa emérito, el periodista  Peter Seewald le pregunta : "Usted conoce la profecía de Malaquías quien en la Edad Media compiló una lista de futuros Papas, previendo asismismo el fin del mundo, o al menos el fin de la Iglesia. Según esta lista, el papado se terminaría con vuestro pontificado. ¿No será que Ud. es efectivamente el último en representar la figura del Papa tal como la conocemos hoy? La respuesta de Ratzinger fue la que sigue: "Todo es posible". Y agrega: "Probablemente esta profecía nació en los círculos del P. Felipe Neri".

La respuesta no deja de sorprendernos, puesto que él sabe que ha sido sucedido por el Papa Francisco, y la profecía tampoco es clara en su parte final, que dice así "En la última persecución de la Santa Iglesia romana, se sentará en el trono Pedro Romano, el que apacentará a sus ovejas en el medio de grandes tribulaciones, tras lo cual la ciudad de las siete colinas será destruída y el Juez tremendo juzgará al pueblo". 

La entrevista luego ofrece una salida para esta respuesta ambigua, cuando el periodista le pregunta: "¿Usted se considera el último Papa del mundo antiguo o como el primero del nuevo?" La respuesta es: "Entre ambos". Pero resulta claro que entre Benedicto XVI y Francisco no hay ruptura alguna en lo sustancial (sí en la "práctica", como el calificó el pontificado de Francisco en el mismo libro-entrevista), por lo que la última respuesta (y convengamos, también la pregunta) tampoco convence si no es a la luz de la proximidad de eventos que cambien el giro de la historia.

A su vez, para quien quiera  ver "entre líneas", toda apunta pues a un desenlace, que el Papa emérito conoce de primera mano por haber leído el texto de la explicación del tercer Secreto de Fátima, como él mismo reportó para la revista "Jesús" en 1984: "en él (el secreto) se habla de los peligros para la Fe y la vida de los cristianos. Pero lo que se dice está contenido en las profecías de la Escritura y confirmado por muchas otras apariciones marianas". Además,  (el secreto) recalca "la importancia de los novísimos" (Muerte, Juicio, Infierno, Paraíso). 

Ese desenlace lo hemos encuadrado, por nuestra parte, en el final de la "gran tribulación" (Mt. 24), la desaparición de las fuerzas del mal mediante un "Juicio", el comienzo de la restauración-purificación de la Iglesia y la instauración del Reino mesiánico.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Etiquetas


Como algunos pretenden encasillar  las posiciones del blog etiquetándolas de diversos modos a los que por lo general se les confiere una connotación negativa (por caso, la de "acuerdistas" o "apocalípticos", etc) aquí va un compendio -actualizado- de aquéllas y las precisiones que estimamos oportuno efectuar en relación a cada una, por separado:

1- "Acuerdismo": 

Nunca fuimos "acuerdistas",  puesto que no hay nada que "acordar": Roma debe reconocer a la FSSPX tal cual es (deber que se extiende a todos los Papas, sean éstos ortodoxos o no). En miras al apostolado,  nos basta con la concesión pública de facultades para la administración de todos los Sacramentos, lo cual, en un sentido laxo,  se podría decir que ya es una realidad: se hicieron lícitas las confesiones durante el "Año de la Misericordia" -las que en forma verosímil seguirán vigentes más allá de su finalización- por las cuales se absuelven las eventuales dudas que los penitentes pudieran tener sobre la recepción lícita de los restantes sacramentos impartidos por la FSSPX  y se autorizaron ordenaciones de Sacerdotes sin necesidad de contar con el visto bueno de los Obispos locales,  careciendo de sentido una autorización que recayera en Sacerdotes que luego impartieran sacramentos en forma ilícita. Entonces, no nos interesa el "marco canónico" (al que la FSSPX tiene derecho). Luego,  dijimos que un eventual reconocimiento no transformaría a la FSSPX y a la Tradición en un fenómeno de masas, siendo que constituyen  -y lo seguirán siendo- un "resto".


2- "Resistencia":

Aquí debemos distinguir la posible fundamentación de la postura por sus proponentes, de las formas utilizadas para su adopción. Respecto de la primera, como no conocemos las conciencias de sus sostenedores, no podemos concluir si en ellos prima un "miedo grave" (a las consecuencias que podría acarrear el someterse a un "marco canónico" ) justificante de la postura (puesto que no lo han alegado expresamente o no se colige de sus manifestaciones) o bien el "celo amargo", el "espíritu sectario o cismático", el "liberalismo protestante" o simplemente el "quinta columnismo" (de hecho, es significativo que los enemigos de la Iglesia tengan el mismo parecer que los "resistentes" en este punto). En cambio, las formas (publicación de cartas privadas, ataques "ad hominem", desear el mal bajo apariencia de lo contrario, etc) claramente no son católicas.


3- "Papado":

Hemos demostrado la existencia perpetua y visible del Papa, sea con jurisdicción propia o suplida, lo que desmonta las tesis "sedevacantistas", sea en su variante "Papa materialiter" o absoluta. En este capítulo vemos con preocupación la crítica sistemática de las actuaciones papales (las que han incluído en algún caso montajes fotográficos) por ciertos grupos de "neo tradis". La crítica se debe hacer con respeto, no atacando a la persona del Papa ni a su investidura. Y sobre todo, enmarcando el pontificado actual, como siendo un corolario -ciertamente más directo y chocante- de la deriva conciliar.


4- "Fátima":

Ya hemos demostrado que falta hacer la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María y que falta divulgar el texto que explica la visión del "tercer secreto" (sobre cuyo contenido, dicho sea de paso, hemos recibido algunas "luces"). Dicho esto, el "triunfo final" de la Virgen que supone la consagración solemne de Rusia (como surge de forma palmaria de las palabras conocidas del Secreto: "Al fin mi Inmaculado Corazón triunfará, el Santo Padre me consagrará Rusia la que se convertirá y le será dado al mundo un cierto tiempo de paz") debe enmarcarse en los eventos que preparan inmediatamente la Parusía (el "tiempo de paz" es esjatológico, implica la conversión de los gentiles -entre los cuales está el pueblo ruso- y la de los hebreos que es al "filo de la historia").


5- "Apocalipsis":

La crítica proviene de quienes carecen de los conocimientos o de la inspiración necesarios para la comprensión de todos y cada uno de los símbolos que nos proporciona el apocaleta  (y los profetas vetero testamentarios) o de quienes los mal interpretan, postergando sine die o para una época posterior, la efectiva realización de los acontecimientos predichos en el último libro de la Revelación. Entre los primeros, contamos con algunos integrantes del clero, que se sienten interpelados por su falta de conocimiento y recelan de los laicos (máxime si estos son coterráneos, puesto que se verifica aquéllo de que "nadie es profeta en su tierra" y de que "nada bueno ha de salir de tal o cual lugar"...); entre los segundos, los "modernistas" (a los que no interesa en lo más mínimo verse confrontados con los acontecimientos finales) o los "restauracionistas" (que consideran que estamos en la "Iglesia de Sardes" y que luego de un "castigo" viene un "triunfo" seguido de otro "castigo", a saber el Anticristo, que entonces pisotea el "triunfo"...). La verdad es que estamos en la "Iglesia de Laodicea" y que los Capítulos XI, XII y XIII están desarrollándose ante nuestros ojos, faltando sólo la apertura del "sexto sello"...Sin embargo, conviene precisar que la Iglesia sí será restaurada (lo dicen las Escrituras) pero enmarcándose dicha "purificación" en los tiempos pre parusíacos, que introducen el "Reino".


viernes, 27 de mayo de 2016

El status del "Papa emérito" (II)

Atento a la complejidad del tema, nos vemos obligados a hacer unas precisiones, las que hemos formulado igualmente en un comentario en el sitio amigo "Hacia la verdadera cristiandad": 

"No hay -no puede haber- un Papa 'jurídico' y otro 'espiritual', porque el primado de jurisdicción es uno y es pleno. Al renunciar Benedicto XVI al papado (como todo oficio es renunciable), el Papado recae en Francisco, con jurisdicción única y plena. Pero si Benedicto XVI renunció por presiones o amenazas (lo que no podemos asegurar), entonces la elección de Francisco es inexistente, porque Benedicto sigue siendo Papa. En ese caso Francisco sería un anti-papa, pero como Benedicto no ejerce el Papado y los fieles consideran que Francisco sí lo hace -de hecho o de derecho- o tienen la opinión probable de que es verdadero Papa, se genera la "suplencia de la Iglesia" para el bien común de ésta. Esa suplencia implica que los actos del anti-papa que son para el bien común de la Iglesia son válidos, aunque luego, por algún motivo, el verdadero Papa reasuma el Papado. Entre tanto, no es la Cabeza visible: sostengo que el Papa putativo es "Cabeza visible de verdadera jurisdicción" (no por ser suplida por la Iglesia deja de ser verdadera)"

Esto que afirmamos, a su vez, requiere de las siguientes aclaraciones:

* El "verdadero Papa" (en la HIPOTESIS que manejamos) lo es por tener legitimidad de origen, pero la legitimidad de ejercicio la tiene el "Papa putativo".

* A la pregunta entonces de ¿sobre cuál de los dos recaen las palabras del Señor: "Tu es Petrus..."? respondo: 

Mientras el "verdadero Papa" no reasuma su Papado (denunciando que renunció en forma inválida y ejerciendo como tal) el Papa o Pedro sería Francisco, porque es quien ejerce el Papado (tiene jurisdicción).  La jurisdicción suplida es "verdadera" (no por ser suplida deja de serlo) y es "propia" (no es "delegada" por el "Papa emérito" sino por la misma Iglesia). 

La prueba de ello es que el Papa Francisco podría por ejemplo efectuar una definición "ex-cathedra" por el bien de la Iglesia y ella sería perfectamente asistida por el Espíritu Santo, de lo contrario la "suplencia de la Iglesia" no tendría ningún efecto para salvaguardar la Fe de los fieles. Y queda claro que esas definiciones son otorgadas al Papa: "El Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra, esto es, cuando en el ejercicio de su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina de fe o costumbres como que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina de fe y costumbres. Por esto, dichas definiciones del Romano Pontífice son en sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia, irreformables"

Como podemos leer en manuales de Derecho canónico, la potestad de régimen de que habla el canon pertinente es una: "Se trata de una sóla potestad, que se diferencia por el objeto inmediato de su ejercicio, ya sea que se utilice para enseñar, santificar o regir, pero que está siempre presente en su integridad, según la misión que se recibe y el grado con que se participe de ella" ("Técnica legislativa canónica",  Pbro. Dr. Alejandro W. Bunge). 

Un ejemplo traído de la Escritura puede ayudar a comprender esta situación: San José no era el verdadero "Padre" de Jesús, sin embargo era la "Cabeza (visible) de la Sagrada familia"  y  Jesús (como Hombre) "le estaba sometido"  (puesto que tenía la potestad paterna). 

martes, 24 de mayo de 2016

El status del "Papa emérito"

La situación anómala en que ha colocado al Papado la renuncia de Benedicto XVI sigue teniendo coletazos, como el que resulta de las manifestaciones de su secretario personal, Mons. Gänswein, en el sentido de que el Papa emérito percibe su renuncia como un "ministerio petrino expandido", con un miembro "activo" (Francisco) y otro "contemplativo" (Benedicto XVI). 

Tales afirmaciones no se sustentan en la concepción del Papado que fuera definida en el Concilio Vaticano I, refiriéndose tanto al primado como a la sucesión petrina por "institución del mismo Cristo o derecho divino" como la "potestad plena y suprema de jurisdicción sobre la Iglesia universal" y su "magisterio infalible" cuando habla "ex-cathedra" y que pueden reducirse al principio de "unus grex, unus pastor" ("un sólo rebaño, un sólo pastor"). 

Sobre la naturaleza de la potestad papal podemos leer: "...El Papa no es “el primero entre iguales”, como ocurre con el Arzobispo de Canterbury entre los anglicanos, que no tiene jurisdicción fuera de su diócesis; ni tampoco se limita a un primado de honor, reducible a un simple orden de precedencia en actos protocolarios, como ostenta el Patriarca de Constantinopla entre las iglesias autocéfalas ortodoxas".

En relación a la renuncia de Benedicto XVI, la opinión del profesor de derecho canónico  Stefano Violi, recogida por Sandro Magister, es la de que " al abdicar, Benedicto XVI ha dejado efectivamente el ejercicio activo del ministerio petrino, pero no el oficio, el "munus" del papado, irrenunciable precisamente porque le fue confiado para siempre con la elección como obispo de Roma y sucesor de Pedro".

En contra de esta postura,  Roberto de Mattei opinó: "Es posible que Benedicto XVI comparta esta posición, expuesta por Violi y Gigliotti en sus ensayos, pero la eventualidad de que él se haya apropiado de la tesis de la sacramentalidad del papado no significa que sea verdadera. Un papado espiritual diferente del papado jurídico no existe o lo hace sólo en la fantasía de algún teólogo.  Si el Papa es, por definición, quien gobierna la Iglesia, al renunciar al gobierno renuncia al papado. El papado no es una condición espiritual, o sacramental, sino un “oficio”, es decir, una institución"

Así pues, Francisco es verdadero Papa y no, como menciona el mismo autor "un Papa a tiempo parcial".

No obstante, queremos marcar una excepción a este planteo y es el que deriva de una hipótesis hasta ahora inverificable, el de una renuncia inválida de Benedicto XVI. Nos citamos de una entrada anterior: "Si la misma tuvo lugar por efecto del miedo o de las amenazas,  como es posible conjeturar, no sería libre y por ende la elección de Francisco sería nula o más bien, inexistente, al carecer de objeto (la diferencia entre una acto inexistente y el nulo radicaría únicamente en que el segundo requiere de una declaración con efectos retroactivos)" y en tal caso: "una 'convalidación' no podría operar ya que se convalida o sana lo que existe (ej. en el matrimonio, si no existe el consentimiento matrimonial no puede sanarse ni convalidarse)". 

En dicha hipótesis, el "error común de hecho o de derecho" (canon 144) es generador de la jurisdicción de suplencia dada por la Iglesia en razón del bien común de la Iglesia: "En el error común de hecho o de derecho, así como en la duda positiva y probable de derecho o de hecho, la Iglesia suple la potestad ejecutiva de régimen, tanto para el fuero externo como para el interno". 

sábado, 23 de enero de 2016

Superlativo falacioso


Se ha publicado una transcripción en video de unas declaraciones de Mons. Fellay el cual contesta, entre otras preguntas, una que concierne a las relaciones con Roma. La respuesta es clara, no ofrece lugar a dudas y se limita a exponer una contradicción en el Pontífice reinante, que por una lado denosta a la Tradición en dichos y actitudes y por la otra se acerca a su estructura más genuina (la FSSPX).

Estas declaraciones, sin embargo, provocan el ya reiterado rasgarse las vestiduras en los del cisma williamsoniano y afines. Uno de ellos reproduce el video y como único argumento se limita a colocar un gif pretendidamente irónico. Los otros, la conocida pareja de "Non serviam" y "Compendio de errores", recurren a una calificación superlativa del Papa Francisco al tildarlo de "el gran destructor de la Iglesia" con la finalidad de justificar el juicio a Mons. Fellay.

Ya hemos demostrado que el Papa Francisco no es peor que sus predecesores conciliares, ni siquiera diríamos que los iguala en su actividad de demoler a la Iglesia. Recientemente se conoció la disposición del Papa de modificar el rito de lavatorio de pies del Jueves Santo, permitiendo que entre los participantes se hallen mujeres. Pues bien, alguien notó que peor había sido la permisión de monaguillas en el altar, obra de Juan Pablo II. Lo mismo podría decirse del video en el cual se coloca a todas las religiones en pie de igualdad, el cual no sobrepasa el escándalo causado por las convocatorias de Asís que incluyeron la colocación de "Buda" en el altar de la Basílica de San Francisco, obra de Juan Pablo II y que continuó Benedicto XVI.

¿Es peor Francisco que Pablo VI, el cual modificó todos los ritos multiseculares de la Iglesia al grado que muchos discurren hasta hoy sobre su validez y que proclamó que tenía el "culto del hombre"? ¿Es peor Francisco que Juan Pablo II, el cual excomulgó a la Tradición, proclamó la "divinización" de todo hombre, presidió los escándalos de Asís, besó el Corán y se dejó marcar en su frente por "Shiva"? No parece, y por añadidura, las invectivas de Francisco en contra de la Tradición carcen de ese trasfondo teológico del cual eran portadores los Papas conciliares anteriores.

¿Porqué es falaz el calificativo de los cismáticos? porque pretende ver una contradicción o una ofensa en que Francisco reconozca a la Tradición tal cual es, siendo a su vez "el gran destructor de la Iglesia" (ya no "un" destructor). Estos cismáticos no se oponían a que Mons. Lefebvre mantuviera contactos con Juan Pablo II. El problema para ellos es Francisco porque es el que más cerca ha estado de reconocer a la FSSPX (si es que ya no la ha reconocido). 

También el Papa recibe críticas sistemáticas por parte de los neocones devenidos en tradis. Las críticas son justas, pero también aquí se cae en el exceso al tildar al Papa de "insuperable" (¿realmente supera en maldad el Papa Francisco a Juan Pablo II? ¿o será que como el Magno está "canonizado" el ex neocon no debe tocarlo?). Llama la atención cómo en esa nota se contrapone al Papa actual a Pablo VI y a Benedicto XVI como para reforzar la idea de que Francisco es peor que aquéllos. Es bueno recalcar que hay excepciones y que algunos de éstos destacan los pocos aciertos del Pontífice, como en este caso, salvando así la objetividad.

Por este lado, la calificación superlativa conjeturamos que puede encubrir una defensa velada a Juan Pablo II y sobre todo a Benedicto XVI, siendo que ninguno de los dos puede ser considerado "tradicional" y quizás también una envidia por el acercamiento con la FSSPX y no con otros grupos más o menos tradicionales (¿?)

Esto no es una defensa del Papa Francisco, es simplemente un poner las cosas en su lugar. En el "Falso profeta" conciliar -ente colectivo- no hay graduación en el mal. Pertenecen a él todos los que usando de su poder y autoridad -simbolizado por los "cuernos"- se permiten trasmitir errores doctrinales -"hablan como el Dragón"- pervirtiendo la Fe. Donde sí hay graduación es en la culpabilidad individual que sólo Dios conoce y que nosotros podemos inferir por los actos externos. Y repetimos que de ellos no se extrae que Francisco sea peor que sus predecesores al tiempo de deber calificarlo de "el gran destructor de la Iglesia".

lunes, 28 de septiembre de 2015

Petrus romanus


Todos los días surge algo nuevo en torno al Papa Francisco y a su elección. En este caso, se habla de una conspiración de Cardenales que habría tenido como finalidad la de elegirlo como Papa. Y consecuentemente, que la dicha elección habría sido inválida en razón de lo establecido en el art. 81 de la Constitución Apostólica "Universi Dominici Gregis" de Juan Pablo II : "Los Cardenales electores se abstendrán, además, de toda forma de pactos, acuerdos, promesas u otros compromisos de cualquier género, que los puedan obligar a dar o negar el voto a uno o a algunos. Si esto sucediera en realidad, incluso bajo juramento, decreto que tal compromiso sea nulo e inválido y que nadie esté obligado a observarlo; y desde ahora impongo la excomunión latae sententiae a los transgresores de esta prohibición. Sin embargo, no pretendo prohibir que durante la Sede vacante pueda haber intercambios de ideas sobre la elección".

El argumento ha sido rebatido en un artículo de The Remnant que publica "Adelante la fe" (aquí) en base a una norma de Pío XII que dice así: «Ningún cardenal puede, de ningún modo o por ningún pretexto o razón de excomunión, suspensión, interdicto o cualquier otro impedimento eclesiástico ser excluido de la elección activa o pasiva de Sumo Pontífice. Por la presente, suspendo tales censuras, con el único propósito de dicha elección; para otros casos, deberán permanecer en vigor.» (AAS38 [1946], p. 76). Es de hacer notar que esta norma no está derogada en "Universi Dominici Gregis" y que, de hecho, ésta última lo único que hace es excomulgar a quienes participan de la conspiración pero nada dice de su efecto en la elección. Inclusive un artículo inmediato anterior, el 78, que refiere al crimen de simonía, prescribe que no se invoque la nulidad de ese pacto para que "no sea impugnada por este motivo la validez de la elección del Romano Pontífice" y se remite como fuente a: " S. Pío X, Const. ap. Vacante Sede Apostolica (25 diciembre 1904), 79: Pii X Pontificis Maximi Acta, III, 1908, 282; Pío XII, Const. ap. Vacantis Apostolicae Sedis (8 diciembre 1945), 92: AAS 38 (1946), 94; Pablo VI, Const. ap. Romano Pontifice eligendo (1 octubre 1975), 79: AAS 67 (1975), 641."

Resulta muy ilustrativa la nota de Fray Brian Harrison a la que remite The Remnant. Esta destruye totalmente el argumento sedevacantista de la invalidez de la elección papal por excomunión de herejes, cismáticos, etc invocando la norma de Pío XII antes citada y las disposiciones del Código de Derecho Canónico de 1917 por las cuales la pérdida del oficio -canon 2263- implica que los actos son ilícitos pero que si no media declaración de condena, son válidos (canon 2264). Todo ello en aras de evitar un caos en la Iglesia.

Y esta normas de por sí derogan claramente lo que en forma disciplinar había dispuesto Paulo IV en la Bula "Cum est apostolatus officio" sobre la invalidez de los actos de un Papa hereje. Decimos en forma disciplinar y no dogmática, puesto que no se trata de una "doctrina de Fe o costumbres que deba ser sostenida". Y si hablásemos de derecho divino, los mismos Papas San Pío X y Pío XII habrían sido herejes (y no Papas...) al proponer normas directamente contrarias a él.

Ahora bien, el caso de la invalidez de la renuncia de Benedicto XVI es otro asunto. Si la misma tuvo lugar por efecto del miedo o de las amenazas,  como es posible conjeturar, no sería libre y por ende la elección de Francisco sería nula o más bien, inexistente, al carecer de objeto (la diferencia entre una acto inexistente y el nulo radicaría únicamente en que el segundo requiere de una declaración con efectos retroactivos). Esto no lo podemos asegurar, pero vamos a considerarlo como un hecho a los efectos de vislumbrar todas las consecuencias que se siguen en orden a la autoridad de Pedro.

En forma inmediata, el colegio cardenalicio aceptó la elección de Francisco, inclusive el "Papa emérito". Se produjo por tanto la "aceptación universal" de la Iglesia, que según algunos (De Ecclesio, Cal Billot, t. XXIX, § 3, p. 621) constituye una muestra de infalibilidad de la Iglesia. Lo cual se entiende fácilmente: si toda la Iglesia reconoce a alguien como Papa (sin serlo) y éste ejerce actos de gobierno o de magisterio, los fieles podrían verse engañados en lo que deben acatar o creer. No obstante, queremos levantar algunas objeciones, no al principio en sí sino al contexto actual en que la aceptación universal se verificaría: dijimos que sería respecto de un acto inexistente, en cuyo caso una "convalidación" no podría operar ya que se convalida o sana lo que existe (ej. en el matrimonio, si no existe el consentimiento matrimonial no puede sanarse ni convalidarse); por otro lado el alcance no sería total puesto que también se acepta universalmente que Benedicto XVI es "Papa emérito", lo cual podría enervar la aceptación universal de Francisco. Así pues, podemos considerar, nuevamente en tren de hipótesis, que el Papa Francisco no fuera verdadero Papa (lo cual no quiere decir que éste sea consciente de ello).

En esta última hipótesis, cabe lo que hemos dicho respecto del "error común de hecho o de derecho" (canon 144) que es generador de la jurisdicción de suplencia dada por la Iglesia en razón del bien común de la Iglesia: "En el error común de hecho o de derecho, así como en la duda positiva y probable de derecho o de hecho, la Iglesia suple la potestad ejecutiva de régimen, tanto para el fuero externo como para el interno". Alguien se preguntará qué pasa con la jurisdicción de Benedicto XVI. En realidad, éste no ejerce el ministerio petrino y por ello mismo, la situación no sería la de dos Papas que se enfrentan y donde los actos del anti-papa son nulos puesto que en tal caso no habría precisamente "error común". El "Papa putativo" es igualmente "sucesor en el primado" de "verdadera y propia jurisdicción" (de suplencia), a la vez que "Cabeza visible" de la Iglesia.

Y si esta hipótesis fuera cierta, el lema "Petrus romanus" de la profecía de San Malaquías encontraría su verdadero significado: quien regiría los destinos de la Iglesia en esta fase final ("extrema") de la Persecución, no sería Francisco (a quien se le "prestaría" la jurisdicción necesaria) sino el mismo Pedro en cuanto representante del Papado como institución perpetua.