viernes, 26 de marzo de 2021

Nuestro comentario al capítulo I de la mini serie documental sobre el Apocalipsis



En un post precedente habíamos hecho alusión al entonces proyecto de mini serie documental sobre el Apocalipsis producido por Caravel TV que ahora reproducimos. Allí mostrábamos nuestro beneplácito por el proyecto, sin dejar de percibir un cierto paralelismo -en la concepción- con nuestro Album del Apokalypsis, al tiempo de advertirles de la premura con la cual debían llevar a cabo el proyecto (una vía indirecta para indicar que nos encontramos en el final del final de los tiempos, por si no lo habían asumido).

Retomando entonces aquellas consideraciones, ante el primer capítulo ya publicado en la red, nos permitimos efectuar, en esta ocasión, las siguientes:

La idea, desde el punto de vista técnico, nos parece muy bien lograda, por lo que felicitamos desde aquí a los cineastas. Lo interesante es que la red cuenta con millares de videos sobre el tema, la mayoría concebidos por protestantes, los cuales distorsionan, como no puede ser de otra manera, el enfoque dado al Apocalipsis o a los tiempos del fin. Con esta producción se salva la carencia que existía en esta materia en ámbitos católicos. 

Desde el comienzo vislumbramos (sin tener prueba fehaciente de ello) que pudimos haber servido de inspiración para la idea, por el paralelismo con nuestro Album, que dejamos dicho. No pretendemos con ello tener "derechos de autor", pero habríamos visto con buenos ojos que los guionistas hubieran realizado una suerte de "ateneo" con aquellos que nos hemos adentrado en estos temas, al menos los de habla hispana. 

De una tertulia de ese tipo, hubiese resultado claro que hay un quiebre entre las Iglesias de Filadelfia y de Laodicea que no es la Segunda Venida, puesto que el "estoy a la puerta y llamo" significa, como lo señala Straubinger, que "lo que aquí se indica es, con mayor apremio, lo mismo que las cartas precedentes", esto es, precisamente, la Parusía, la que por tanto, a diferencia de lo que se afirma en el video, no tiene lugar en Filadelfia. Como señalan todos los comentaristas, la Iglesia de Filadelfia es la única que no merece reproche alguno de Dios, claro está, por su fidelidad a la Doctrina, aun en medio de las mayores asechanzas de sus enemigos. Repetimos que las "cartas a las siete Iglesias" describen a los fieles pero también a su jerarquía. De hecho, si la "Revolución francesa" fue de tales consecuencias que permiten ubicarla como el final de la "Iglesia de Sardes" y el comienzo  de la "Iglesia de Filadelfia", con más razón la "Revolución francesa en la Iglesia" (Concilio Vaticano II) ha de representar ese "quiebre" que introduce la "Iglesia de Laodicea".

Quizás ello exija, de nuestra parte, el explicar porqué la característica de nuestro tiempo es la "tibieza", la cual aparentemente sería incompatible con las herejías que hicieron eclosión con el Concilio Vaticano II y de las cuales fueron fieles exponentes los "Papas conciliares". En realidad, los mismos fueron (y son) profundamente liberales y fueron  capaces de exponer, a la vez, las más osadas herejías junto con alguna que otra reafirmación de lo tradicional (por caso, "Humanae vitae" para Pablo VI u "Ordinatio sacerdotalis" para Juan Pablo II). En tal sentido, no son "ni fríos ni calientes", lo que no los excusa, y los hace merecedores de ser "vomitados de la boca" del Señor (Ap 3, 16).

Asimismo, anticipamos que, al no seguir esta secuencia, los autores se verán enfrentados a dificultades de exégesis en los capítulos siguientes, por cuanto todo en el Apocalipsis sigue una línea lógica. De hecho, nos parece a nosotros que ninguno de los septenarios alude al "Reino de paz" : este es incompatible con cualquier "tibieza" y es definitivo (no hay "revuelta final"); los sellos culminan con el misterioso "silencio de media hora" que más parece a un preámbulo que a un estado definitivo o de larga duración; las trompetas finalizan con lo que para nostros es el último "ay", el que a su vez señala la segunda mitad de la última "semana de años" o "gran tribulación" (en la que nos encontramos, por si hay algún despistado) y las copas o redomas finalizan con la caída definitiva de "Babilonia". De ello se sigue que no se menciona en ninguna parte, en estos capítulos,  al pseudo "milenio" ni siquiera a nuestro "Reino de paz" (de duración corta y sin revuelta final). 

La explicación de esta omisión que acabamos de describir es compleja. Pero pensamos que todos los septenarios se terminan con el "resplandor de la Venida" de Cristo, que es ya la Venida (en forma anticipada a la Venida física, del mismo modo que la Resurrección de Cristo precedió a su Ascensión o, para ejemplificarlo con la liturgia, la oblación que es ya un anticipo de la Presencia real), pero no se enfocan en la misma sino en lo que la precede. Por lo dicho, las "cartas a las siete Iglesias" no podrían divergir del resto en este tema. 

Nuestro sistema ofrece fechas tentativas para el desenlace, las que mantenemos y reafirmamos con nuevas iluminaciones, aunque claro está, con el inconveniente de que, hasta tanto ello no se produzca, los escépticos llevarán la delantera..."he aquí que vengo como ladrón" (Ap. 16, 15)

1 comentario:

  1. Nos consta que en el canal de youtube de "Caravel TV" censuraron un enlace a nuestro "Album del Apokalypsis". Puede tratarse de una política de los administradores del canal, de no incluir comentarios con enlaces externos, no lo sabemos. En todo caso, sospechoso, y un indicio de lo que decíamos: se pretende desconocer la fuente de inspiración para la realización del proyecto, al tiempo que se busca justificar el apartamiento voluntario de nuestra exégesis por razones que desconocemos. Si estas consistieran en el hecho de que la producción quiso atenerse a la exégesis del P. Castellani "in totum" (casi como si se tratara de un profeta de los canónicos), estarían cayendo en un error, tanto más lamentable cuanto el mismo P. Castellani dejó bien en claro lo de que "un enano en los hombros de un gigante ve más" (lo que equivale a decir que nosotros, porque estamos presenciando los acontecimientos profetizados, podemos ver mejor que aquellos que nos precedieron).

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