lunes, 28 de marzo de 2022

Desmontando a los últimos "katejones"

El Diablo no pudo impedir que, luego de casi cien años de efectuados los pedidos de la Virgen de Fátima, se diera cumplimiento a la "consagración de Rusia al Inmaculado Corazón" por el Papa y los Obispos. No obstante, intentó por todos los medios sembrar duda en cuanto a la validez del acto, invocando falsos argumentos: que se mencionaba a "Ucrania";  que los Obispos no acompañarían; que se consagraba también a la "Humanidad", a la "Iglesia" y a las "personas". Todos y cada uno de estos obstáculos fueron sorteados.

Ante ello, como última ratio, se le ha ocurrido atacar la legitimidad del acto, puesto que sí la oración recitada por el Papa Francisco contenía errores -como ocurre, por ejemplo, con el Concilio Vaticano II o la Nueva Misa- entonces la eficacia decaería, puesto que la Virgen no cumpliría sus promesas mediando algún ataque contra la Fé (aun quedando a salvo la validez).

Para ello recurrió recientemente, por un lado, a una pluma exquisita (no es para menos, el "envase cuenta") y, por otro, a la herejía sedevacantista. Respecto del primero, supimos tener un intercambio epistolar -vía la sección de comentarios- en nuestros respectivos blogs, en los que, entre otros temas, le participamos algo de nuestro sistema escatológico. El segundo es un viejo conocido, no tanto el autor de la nota sino el portal.

El primer artículo busca equiparar con falacia al acto de consagración de Rusia con un Sacramento, cuando expresa: "Y quisiéramos albergar al menos una sombra de optimismo respecto a que la fórmula de consagración entrañada en el collage católico-antropolátrico de Bergoglio... pueda surtir algún efecto salutífero al modo de un ex opere operato, con total prescindencia de las disposiciones de su mentor". Decimos que esto es falacia, ya que el acto de consagración practicado no se trata de un Sacramento, sino de un acto de régimen el cual, desde el punto de vista teológico, es  un Sacramental. Vale decir, en palabras de Mons. Schneider, "es un acto cuya eficacia depende de la oración impetratoria de la Iglesia (ex opere operantis ecclesia), el cual no produce la gracia sino que la prepara".

En tal caso, no importa la intención del consagrante, como sí es el caso en un Sacramento, sino lo que se impetra en el acto de consagración. En el acto del 25 de marzo pasado, se llevó a cabo la "consagración de Rusia al Corazón Inmaculado", tal como fuera pedido por la Virgen de Fátima. Tampoco importa que al invocar el título mariano "Tierra del Cielo" el Papa hubiese tenido en mente a la "madre tierra", sino que esa expresión pudiera ser leída en forma católica, como es el caso. 

El segundo artículo busca atacar también la legitimidad,  por la vía de su presunta inconformidad con el dogma, buscando equiparar este acto de consagración, como dijimos, con los actos contra la Fe del Vaticano II y de la Nueva Misa. Aquí conviene repasar lo conceptos ampliamente vertidos desde esta bitácora: 1) en el Concilio Vaticano II encontramos postulados que reiteran lo que la Iglesia dijo 'siempre y en todas partes', postulados ambiguos y postulados contra la Fe (caso por ejemplo de la "libertad religiosa"); los primeros se aceptan, los segundos se deben interpretar en forma católica y los terceros deben ser rechazados. 2) en la Nueva Misa, pese a que se sostuvo por muchos de que no había nada contra la Fé, nosotros hemos llegado a la conclusión de que la misma es contraria a doctrinas de "fide tenenda" (por contradecir la Bula 'Quo primum tempore' y por propiciar el error del 'arqueologismo' condenado en la Encíclica "Mediator Dei"). Con esto en vista, veamos de analizar el "acto de consagración" del Papa Francisco.

Comienza el articulista por citar la frase: "Hemos desatendido los compromisos asumidos como Comunidad de Naciones y estamos traicionando los sueños de paz de los pueblos y las esperanzas de los jóvenes.". Pues bien, aunque estos compromisos  (la paz y los 'sueños de los jóvenes' de vivir en paz) fueran los de la masónica ONU y aludieran sólo a la paz material, la misma, si bien no es la paz de Cristo, la integra: "Él juzgará entre muchos pueblos, Y enjuiciará a naciones poderosas y lejanas; Entonces forjarán sus espadas en rejas de arado Y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, Ni se adiestrarán más para la guerra" (Miqueas 4, 3).

Luego cita esta otra: "Nos hemos encerrado en intereses nacionalistas… olvidándonos de que somos custodios de nuestro prójimo y de nuestra casa común." Todos sabemos de que hay 'nacionalismos'  que pueden ser malos, que buscan separarse de entidades con las cuales tienen historia y destino común o los que son portadores de ideas paganas, comunistas o globalistas anticristianas. Que el hombre sea custodio del prójimo y de la creación se puede extraer fácilmente de las Escrituras (Génesis 4, 9 cuando Caín le pregunta a Dios en sorna : "¿soy yo acaso el guardián de mi hermano?" o Génesis 9, cuando Dios hace un pacto con Noé y todas las creaturas prometiendo no destruirlas, etc). 

E insiste con desmerecer la "harmonía",  cuando la 'entente' o 'concordia' son perfectamente católicas, como se lee en Amós 3, 3:  "¿Pueden acaso dos ir juntos sin estar de acuerdo? "

Luego, invoca en su ayuda a San Pío X citando su Encíclica "Notre Charge apostolique", la cual condena las nociones de igualdad y fraternidad tal como eran creídas por los modernistas. Pero volvemos a que un acto de consagración no es un Sacramento donde cuenta la "intención" del consagrante o de los consagrantes, sino lo que dice el texto -lo que se impetra- y lo que dice el texto, como acabamos de ver,  puede interpretarse en forma católica.

Así pues, los 'katejones' ya son historia, tanto los escatológicos como los de la legitimidad de un acto que,  pese al instrumento deficitario utilizado por Dios,  habrá de dar frutos abundantes, a su debido tiempo.


11 comentarios:

  1. Yo pienso más bien que si hay una suerte de "ex opere operato" no a la manera verdadera y propia de un sacramento, pero sí de un modo análogo, en cuanto a que la Virgen misma prometió un efecto particular a su realización. A diferencia de la Misa, que de por sí debe ser sacrificio puro y que, por tanto, no puede estar mancillado por expresiones heterodoxas, una Consagración, por muy solemne que sea, depende su acción sólo de lo que el mismo Cielo quiere extraer del mismo, en la medida de que se cumplan sus contenidos esenciales, con independencia de los defectos del consagrante y sus declaraciones. La Consagración de Rusia es un claro acto del Papa Francisco n unión querida y manifestada con los obispos del mundo, mientras que todo el resto de su ornamentación no es más que el decorado de Jorge Mario Bergoglio. No hay modo de hacer un símil aquí con validez y licitud de un sacramento, pues difieren por su misma esencia.
    A propósito de "katejones" leyendo un muy buen estudio publicado en "En Gloria y Majestad" llegué a la conclusión que este es uno de los temas escatológicos más mal interpretados de la historia de la Iglesia. El katejón no es ningún misterio, pues San Pablo mismo lo señala: antes debe venir la apostasía y manifestarse el hombre de perdición. Katejón, que también puede traducirse por dilación, no es un obstáculo misterioso a la aparición del anticristo, es más bien el anticristo mismo, cuya aparición es necesaria para que Cristo venga. La carta de San Pablo precisamente tiene por objeto refutar la falsa idea existente en múltiples cristianos de su tiempo de que la venida de Cristo era inminente. El les expresa que no lo es, pues lo retiene - dilata, la apostasía previa y la venida del hombre de perdición. Cristo sólo vendrá a la tierra cuando previamente se haya manifestado el misterio de iniquidad. Entonces estos katejones "imperio romano", "papado" o lo que se quiera son puras sandeces, pues proceden de un error de lectura que priva completamente la carta de san pablo de su sentido natural y obvio.

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    1. Anónimo: si, estamos basicamente de acuerdo. Advierta igualmente, ya que refiere a la 'ornamentación', que en el momento de recitar su oración frente a la imagen de la Virgen, el Papa estaba sin su báculo modernista...El peligro de equiparar (o sugerir equiparar) un acto de consagración a un Sacramento es el de que alguien objete: "El Papa no tuvo intención de consagrar sino de 'encomendar' o de agradar a una de las partes del conflicto, etc, etc". Se presta a confusión. Por otro lado, todo acto de régimen tiene sus requisitos de validez y licitud, y este no sería la excepción; aunque en este caso, quien ha puesto las condiciones es la misma Virgen.
      En cuanto al "katejón" escatológico, tenemos nuestra propia idea, pero no han llegado los tiempos para su exposición.

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    2. Zorell:

      “κατ-έχω: Parecería que la mejor es la sentencia de los Padres, según la cual el imperio Romano es τὸ κατέχον, y el Emperador ὁ κατέχων (…), para otros como Reischl, Crampon, Griesbach, τὸ κατέχον es la apostasía, ὁ κατέχων el hombre de pecado (v. 3), lo que retarda el día y venida del Señor”.

      Crampon:

      “Lo que retiene, versículo 6, es pues el conjunto de las condiciones previas a la venida de Cristo, es decir, la apostasía y la aparición del anticristo. El que lo retiene: es el anticristo que debe, antes de la venida de Cristo, salir del medio de la humanidad entrenada por el espíritu anticristiano”.

      Estimado: lo que me interesa destacar es que el Katejón NO es un obstáculo a la venida del anti cristo, como buena parte de los exegetas piensa (sea cual fuere éste) sino, como expresa Crampon el "obstáculo" lo es la venida de Cristo, de ahí que no pueda ser otra que "el conjunto de las condiciones previas a la venida de Cristo, es decir, la apostasía y la aparición del anticristo".
      Por eso el texto bíblico señala: "Y ahora sabéis qué es lo que le contiene, hasta que llegue el tiempo de manifestarse"
      el "ahora que sabéis" tiene sentido porque San Pablo ya nos lo dice en la carta (la apostasía, la venida del hombre de perdición) y no es una realidad oculta ni misteriosa como muchos pretenden. El "tiempo de manifestarse" es a manifestarse Cristo, no el anti cristo, por lo que cualquier interpretación acerca de un supuesto katejón misterioso que impedía al anticristo aparecer es pura especulación estéril, porque divaga sobre un sentido completamente ajeno al del texto revelado, que se entiende perfectamente si la exégesis se realiza desde esta base.

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  2. Le agradezco lo de “pluma exquisita”, aunque hubiera renunciado con gusto al halago a cambio de ver retirada la temeraria vinculación con el diablo, que se habría servido de mí para “atacar la legitimidad del acto”. Si bien es cierto que nadie está completamente libre de sufrir las acometidas del maldito, arrancar una refutación con semejante ad hominem obliga a poner reservas sobre lo que se pueda argüir a continuación.
    Reservas que bien pronto se ven justificadas -al menos en mi caso, ya que no se me puede escapar que quedo involucrado hasta en las acusaciones más desopilantes. A saber:
    «…supimos tener un intercambio epistolar -vía la sección de comentarios- en nuestros respectivos blogs, en los que, entre otros temas, le participamos algo de nuestro sistema escatológico (del que se aparta visiblemente en sus últimas notas publicadas en internet, al referir a Rusia como una suerte de "katejón" -u obstáculo- para la instauración del "Anticristo")».
    Lo primero es preguntarle en cuáles notas publicadas en internet me referí a Rusia en esos términos. ¿No se le habrá traspapelado mi nombre en textos que me son ajenos? Rusia, a partir de Fátima (y de las sucesivas comunicaciones celestiales recibidas por sor Lucía en su vida consagrada) parece llamada a cumplir un papel protagónico en los hechos por venir. Que la Virgen pidiera su consagración lo sugiere con creces. Pero de ahí a señalarla como «el katéjon» hay todo un trecho. Y yo no lo hago. Hágame el favor de señalarme dónde sostuve tal cosa.
    [Mención aparte para ”nuestro sistema escatológico, del que se aparta visiblemente”. Le sugeriría, para evitar el moderno mal del solipsismo, parar mientes en aquel adagio tan socorrido en los velorios: “no somos nada”. Escribimos apenas para un puñadito de lectores que nos hacen la graciosa merced de detenerse a repasar nuestras ocurrencias. Dios nos conceda devolverles al menos el fugitivo consuelo de unas pocas palabras impregnadas de esperanza sobrenatural y amor celeste, y aleje de nosotros la demencial presunción de haber excogitado tanto como un “sistema”. «Servi inutiles sumus»». No somos nada.]
    «…busca equiparar con falacia al acto de consagración de Rusia con un Sacramento, cuando expresa: "Y quisiéramos albergar al menos una sombra de optimismo respecto a que la fórmula de consagración entrañada en el collage católico-antropolátrico de Bergoglio... pueda surtir algún efecto salutífero al modo de un ex opere operato, con total prescindencia de las disposiciones de su mentor". Decimos que esto es falacia, ya que el acto de consagración practicado no se trata de un Sacramento, sino de un acto de régimen el cual, desde el punto de vista teológico, es un Sacramental».
    Mire que la acusación de falacia no se le vuelva en contra, o que más bien no se le reclame una mayor comprensión lectora, que es lo mínimo que se espera de quien emprende una refutación. Decimos, en efecto, «PUEDA surtir ALGÚN efecto salutífero AL MODO de un ex opere operato» porque damos por sentado que no hablamos de un sacramento, y quisiéramos -por un imposible- que este acto actuara un efecto feliz por alguna analogía con los sacramentos. Le subrayo adrede las palabras que confirman ese matiz. Francamente, nunca hubiera creído necesario subrayarlas. (sigue)

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    1. El hecho de haber disminuído las oraciones, el regocijo -obligados, por tratarse nada menos que del "Triunfo del Corazón Inmaculado"- no puede venir menos que del Diablo. Luego, todos quienes viabilizan esto -consciente o inconscientemente, no juzgamos el interior- son 'instrumentos' del Diablo. El que hayamos hecho una selección -para mejor centrar la denuncia- no es para nada 'ad hominem', de hecho, en otra nota decimos que son "muchedumbre" los que están en esta postura. Hasta podríamos hablar de un 'ad hominem' por vía inversa, pues somos minoría en defender la validez y legitimidad del acto...
      ¿Le parece una 'acusación más desopilante' el traer a colación un amable y respetuoso intercambio de opiniones? En lo que sí le pedimos las disculpas del caso es en haberlo confundido con otra persona con su mismo mombre, por lo de Rusia como 'katejón', por lo que retiraremos la parte entre paréntesis que hace alusión a ello. Igualmente, el título y la conclusión seguirán estando allí puesto que el significado es el de 'obstáculo' para algo y que Ud. menciona la palabra en su texto...
      En relación al 'sistema escatológico' que tanto le rechina, Ud. parece afiliarse a ese preconcepto del "nada bueno puede venir de...". Es decir, descalifica de entrada a alguien porque, estando en el siglo XXI, usa una plataforma 'moderna' para expresarse y referirse al Apocalipsis, como si para ello no se necesitara mas que el don de Dios para interpretarlo...y que puede recaer en un Castellani (cito sus palabras -espero que esta vez no sean las de su homónimo- "A Castellani la virtud de la esperanza, vivida en grado eminente, le dio la lucidez necesaria para penetrar el misterio de la Segunda Venida del Señor") como de un servidor...
      Claro que reparamos en su ´matiz' pero se olvida que ese 'matiz' implica que el consagrante PUDO no creer en los efectos de lo que hacía...lo cual es desmentido por nosotros como NO teniendo ninguna REPERCUSION en el caso (sigue)

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    2. No, amigo, no, reincide usted en una y otra confusión. Las acusaciones desopilantes no pasan por el "amable y respetuoso intercambio de opiniones", como debiera ser obvio. Eso no es acusar; acusaciones son las que me endilgaba -con crasa confusión respecto del autor- sobre la identificación de Rusia con el katejon (entuerto finalmente corregido), o la relativa a la presunta falacia de confundir sacramental con sacramento. Yo desearía que en la consagración obrada por Francisco no tuvieran ninguna parte el contexto de extrema crisis de fe ni las intenciones del consagrante (que podemos deducir de su fraseología usual, expresiva de una cosmovisión no católica y que vuelca en el texto en cuestión). Ergo, que la consagración actuara de modo similar al ex opere operato sin tratarse de un sacramento. Por cierto, esto es desear algo muy improbable, y lo sé, y así lo expreso. Pero resulta ser que es justo usted el que le confiere apodícticamente ese modo de obrar. No es un sacramento, pero a su juicio actuaría como tal. ¿En qué quedamos?
      «Ud. parece afiliarse...» «Es decir, descalifica de entrada...». De un renglón al siguiente pasamos de una presunción ("parece...") a una afirmación neta. Mire, cuando le señalo "el moderno mal del solipsisimo" no me estoy refiriendo al uso de la computadora. Me estoy refiriendo al solipsismo.
      Me explico: si usted anda voceando con tanta convicción sus dones (que deben ser reconocidos antes por los demás que por uno mismo) y se gloría de su "sistema escatológico" del que nadie aún vino en conocimiento sino sólo usted, le diré que: o bien a usted lo ofusca el orgullo, o bien lo ofusca una dolencia psíquica. Pierda cuidado -por lo que sugiere en la respuesta de abajo- que ninguna de las dos cosas me resulta para nada envidiable.
      Creo, por fin, que la misma precipitación con la que hizo estas acusaciones infundadas es la que lo lleva a dogmatizar la presunta bondad y eficacia de la consagración de Francisco, asunto sobre el que será Dios y sólo Él quien se servirá juzgar. Mandar al infierno (como lo hace en comentario del siguiente post) a quienes descrean de la bondad del acto aduciendo motivos para nada soslayables, es -otra vez las derivas del solipsismo- tomarse una atribución que no le corresponde. Hacerse Dios, cuando «no somos nada».
      Y corto acá. No quiero abusar de su paciencia ni de la mía.

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    3. El afirmar que alguien sostenga que 'Rusia es el katejón' no es ninguna 'acusación': en el caso del homónimo suyo sería sólo un error de exégesis o de apreciación de la realidad; en su caso, puesto que se le participó de un sistema que da por ya realizados muchos eventos apocalípticos, hubiese sido (no fue el caso por nuestra confusión en la persona) un error pertinaz, aunque seguiría siendo un error de exégesis o de percepción de la realidad (en mi juicio subjetivo) ya que nadie está obligado a adoptar nuestra exégesis. Es Ud. el que sobredimensiona el asunto.
      En cuanto al tema de la falacia: Ud. afirma categóricamente que el texto es un "collage católico-antropolátrico", por tanto, a sus ojos, ilegítimo. Puesto que la 'intención' no cuenta porque no estamos ante un Sacramento, NO hay forma que ese texto (que es la obra realizada), sea salvada por ...la obra realizada. Allí está la falacia: o el texto es legítimo (lo que decimos nosotros) o es ilegítimo (lo que dice Ud), pero no hay 'ex opere operato'. Y si es 'a modo de', la obra realizada es necesariamente buena y tiene virtud por sí misma (lo que Ud. no dice y que nosostros sí decimos).
      En cuanto a los dones, en todo momento nos referimos a que son dados por Dios ("don de Dios para interpretarlo"), no nos atribuimos méritos propios, y están puestos al servicio de la Verdad (tampoco sabe -pero lo afirma como si lo supiera- si hemos o no compartido el 'sistema escatológico' con otras personas: de hecho, para su conocimiento, le contamos que sí).
      Como queda probado, ninguna precipitación: bajo una apariencia de 'fiel esperanzado' se permitió una comparación que en sí misma no se sostiene. Todo para no tener que reconocer la legitimidad evidente de un acto. Y después de ser puntilloso con 'su matiz' en la inadecuada comparación, ahora deja de serlo con 'nuestro matiz': "corren el riesgo de..." y le recuerdo para terminar, qu también existe lo que se denomina 'falsa humildad' (Col 2, 18)

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  3. «…tampoco importa que al invocar el título mariano "Tierra del Cielo" el Papa hubiese tenido en mente a la "madre tierra", sino que esa expresión pudiera ser leída en forma católica».
    Como incluye esta observación en la parte que dedica a mi artículo, tendré que advertirle, por las dudas, que ni siquiera aludí a ese infrecuente “título” mariano que suscitó tanto revuelo. Aludí, sí, a otras expresiones de inequívoco sabor laicista-masónico. [Entrecomillo lo de “título” porque creo que podría tomarse más bien como una alusión poética más o menos afortunada, más o menos oportuna, rastreable con bastante arqueología y tesón -como la que exhibe mons. Schneider en el artículo que Ud. enlaza. Esto tiene tanto de título mariano como sus elucubraciones de usted de “sistema escatológico”].
    Para cerrar: no puedo afirmar ni negar nada acerca de la recepción que les merecerá a Nuestro Señor y a su Ssma. Madre la fórmula de consagración pronunciada por Francisco, ni si el minimalismo en boga (basta que se diga tal y tal palabra) alcanzará para producir el efecto requerido. O si, más bien, aún debemos esperar aquella consagración contenida en la promesa de la Virgen: “el Santo Padre me consagrará Rusia, etc.”. Me sorprende (o quizás ya no, habiéndosele hecho hábito el alardear en esta y otras cuestiones que sobrepasan ostensiblemente sus capacidades) que pueda usted ostentar tan voluntariosa certeza. Que no advierta lo problemático de la consagración hecha a instancias de un consagrante que llenó su pontificado de herejías notorias, de blasfemias, de ofensas muy concretas a la Virgen. Dios nos libre de la hermenéutica de los que omiten el contexto inexcusable de las cosas.

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    1. La alusión venía al caso por lo que le acabo de referir: en ningún caso importa la 'intención' del consagrante...lo del 'título' no es más que eso: "nombre que se da a una persona en vez del suyo propio y que hace referencia a una cualidad..." y que conste que, si se trata de una invocación 'rastreable' en un himno eslavo bizantino venía perfectamente al caso, por tratarse el consagrado de una nación de origen eslavo y de estrecha relación histórica con Bizancio...ah y "un corazón tranquilo es vida del cuerpo, carcoma de los huesos es la envidia" (Proverbios 14, 30)
      La certeza la dan los dones que Ud niega que un internauta pueda tener y la realidad objetiva de condiciones que se verifican y que ninguno de la 'muchedumbre' que hemos denunciado ha podido rebatir. Y por último, mientras estamos en vida, todos podemos ser capaces de actos objetivamente buenos o malos independientemente de nuestro 'contexto' y hasta los peores, como Caifás, pueden 'profetizar' (Jn 11).

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  4. No podemos olvidar aquí lo básico: la Virgen es quien nos dice qué efectos se derivarán de la consagración: conversión de Rusia y tiempo de paz. Si el cielo empeña su palabra, eso no se puede desvirtuar porque el agente del sacramental sea imperfecto.
    Lo importante es que sea el Papa quien en un acto público, en unión de todos los obispos consagre Rusia al Inmaculado Corazón y eso, por primera vez en la historia, se ha cumplido. Esto es paradójico, porque desafía, como siempre, los prejuicios y la imaginación de quienes pensabamos que este acto sería realizado por poco menos que un Papa taumaturgo. Los neocones y buena parte de los "tradis" aborrecen a Francisco y a los progres la consagración no les interesa o derechamente les molesta. Que Dios haya elegido este hombre, tan vilipendiado de todos los frentes, no obstante ser el verdadero Santo Padre, es un desafío a nuestra creencia en el poder de Cristo por intermedio de su Iglesia. Para mí es hasta poético y, sinceramente, me encantaría que Francisco terminara siendo Pedro el Romano, luego de su travesía por la persecución extrema. Un tapabocas para todo sectarismo que se ha develado como nunca a partir de este tan simple hecho.

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